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En primavera viajé a Múnich y alrededores en Alemania con mis amigos Jordi y Anita.
Apartamento en Múnich
Aunque yo prefiero la comodidad que supone hospedarse en un hotel (el tener el desayuno preparado, que te limpien la habitación y te cambien las sábanas y toallas). Mis amigos suelen viajar alquilando un apartamento que es siempre más económico y te da más libertad. Lo cierto es que también tiene sus ventajas, siempre que consigas un buen apartamento como el nuestro, limpio, acogedor y no muy alejado del centro.
Tras charlar con los simpáticos dueños del apartamento, una pareja de alemanes jóvenes con un inglés perfecto (no como yo) y dejar las maletas dónde no molestaran demasiado, nos fuimos a patear la ciudad.
Casco antiguo de Múnich o Altstadt
Pasamos junto a la estación de trenes (München Hauptbahnhof), moderna y funcional. La estación tiene en su interior varias cafeterías, tiendas y algún supermercado con horarios más extensos de lo normal por lo que era una buena opción para comprar cena o algo si se nos hacía demasiado tarde.
Entramos en el centro de la ciudad por la Karlsplatz. Que nos pareció el lugar de reunión de todo Múnich, algo así como Sol en Madrid o la plaza de la Virgen en Valencia. Atravesamos la Karlstor, una reconstrucción poco afortunada del siglo XIX, de una de las puertas medievales de la ciudad. Enfilamos entonces la peatonal Neuhauser Straße (y su prolongación Kaufimger Straße) probablemente una de las calles comerciales más importantes de Europa donde se agolpan no sólo las tiendas más populares sino también las más exclusivas.
Para no perderse nada se puede contratar alguna de las muchas excursiones y free tours que ofrece Civitatis, además en español.
Neuhauser strasse
El eje formado por las calles Neuhauser, Kaufimger y Tal divide el casco antiguo (Altstadt) de Múnich en dos mitades norte y sur.
Puedes verlo en este mapa: München/ Munich (Altstadt/Citycenter)
Y precisamente caminando por estas calles te vas encontrando los monumentos más destacables del centro de la ciudad.
En primer lugar nos topamos con la iglesia de San Miguel (St. Michael Kirche), una iglesia renacentista cuya fachada blanca impoluta y repleta de santos en sus hornacinas nos incitó a investigar su interior. San Miguel tiene dentro una enorme bóveda de cañón considerada la segunda mayor del mundo tras San Pedro del Vaticano.
Catedral de Nuestra Señora (Frauenkirche)
Apenas a dos calles de la anterior se encuentra uno de los iconos de la ciudad. La Catedral de Nuestra Señora (Frauenkirche). Construida a finales del siglo XV en estilo gótico tardío destaca especialmente por su gran altura. Las torres se finalizaron más tarde, hacia 1525 y alcanzan los 99 metros.
Su estampa resulta imponente ya que es visible casi desde cualquier lugar de la ciudad, pero fue realizada en ladrillo rojo uno de los materiales constructivos más baratos y toscos, lo que le resta gran parte de la suntuosidad y magnificencia que se espera de una catedral de estas características.
Ayuntamiento Nuevo (Neues Rathaus)
Un poco más allá, conseguimos despegar la mirada de los múltiples escaparates, el ser pobres nos ayudó y fuimos a parar a la hermosa (a pesar de las obras) Marienplatz. Presidiéndola está el Ayuntamiento Nuevo (Neues Rathaus) uno de los edificios neogóticos más hermosos que recuerdo y que probablemente se inspirase en el Ayuntamiento de Bruselas. Atravesamos unas puertas doradas y negras y accedimos al patio interior, pequeño pero muy coqueto, lleno de detalles arquitectónicos góticos: ventanas con tracerías flamígeras, gárgolas, arcos apuntados…
Saliendo de nuevo a la plaza nos tropezamos con la curiosa Fuente del Pez (Fischbrunnen), coronada por un pez (lógicamente) hinchado y de ojos saltones. Lo cierto es que la fuentecilla es más bien intrascendente a no ser que uno de tus amigos se ponga a imitar a un pez globo delante de todo el mundo. No digo que a mí me haya pasado.
En el lado más oriental de la plaza se encuentra el Antiguo Ayuntamiento (en alemán, Altes Rathaus) un bello edificio de finales del siglo XV, horadado posteriormente con arquerías para permitir el paso de vehículos y peatones.
Viktualienmarkt
Muy cerca de allí se encuentra el Viktualienmarkt, el mercado más famoso de la ciudad, pero ya era tarde y apenas quedaba algo de actividad en los puestos y tiendas. Ya volveríamos otro día, porque el Viktualienmarkt es sin duda uno de los lugares más singulares y auténticos de la capital bávara. Volvimos callejeando a nuestro apartamento y nos tropezamos con un edificio precioso e inclasificable: el Ruffinihaus, que los estudiosos definen como: “un edificio historicista neobarroco con guiños a la arquitectura tradicional”. Lo cierto es que en la mayoría de las guías ni aparece pero es cuanto menos curioso. Se encuentra en la Rindermarkt, un bonita placita a dos pasos del mercado y del Ayuntamiento. Es el tipo de cosas que te encuentras cuando caminas sin rumbo por una ciudad tan interesante como Múnich.
Museos de Múnich. Distrito del arte o Kunstareal
Múnich posee varios de los museos más interesantes de Alemania, el Deutsches Museum de ciencia y tecnología, el BMW Museum creado por la conocida empresa de automoción.
Pero son los museos de arte por los que destaca la capital bávara, casi todos apiñados en el Distrito del arte o Kunstareal. Varias pinacotecas: la Antigua, la Nueva y la Moderna que albergan cronológicamente pinturas desde el medievo a nuestros días. La Gliptoteca, probablemente el más importante museo de escultura clásica del mundo y la Lenbachhaus con una colección excelsa de expresionismo alemán.
Mis amigos Jordi y Anita y yo hemos cursado carreras artísticas y disfrutamos mucho pasando horas en los museos. Aunque claro, tuvimos que hacer una selección porque la oferta artística en Múnich es enorme.
Pinacoteca antigua (Alte Pinakotheke)
A primera hora fuimos a la Pinacoteca antigua (Alte Pinakotheke) que posee una magnífica colección de pintura europea de las distintas escuelas: La alemana por supuesto (Durero, Cranach…), pero también buenas muestras de escuela flamenca (Rembrandt, Van Dyck, Rubens…) italiana (Tiziano, Boticelli, Leonardo…) e incluso española con obras de Murillo o Zurbarán.
El edificio neoclásico construido entre 1826 y 1836 es enorme por lo que nosotros estábamos ya salivando ante la perspectiva de ver tantos maestros de la pintura. Pero empezamos a sospechar algo malo cuando llegamos y la entrada era algo así como una caja de zapatos negra gigante acoplada a una de las puertas laterales. Junto a las fachadas del edificio había algún andamio aquí y allá. ¿Os he comentado que en todos mis viajes me persiguen los andamios? Siempre hay algún monumento o museo en obras y que no se puede visitar.
Pues sí, la Alte Pinakotheke estaba en obras y lo estará hasta al menos 2018. Pero mantiene algunas salas abiertas a los visitantes, quizá un tercio del museo. Que yo recuerde pudimos visitar algunas salas holandesas e italianas. Pero no tiene visibles muchas de sus joyas. Lo mejor es informarse en la web del museo para saber el avance de las obras y que salas permanecen abiertas. Por cierto creo que el precio la entrada se mantenía inalterado. Así que no salimos muy contentos que digamos. Tendremos que volver dentro de unos años.
web de la Alte Pinakothek
La Gliptoteca y la Lenbachhaus
Luego por la tarde, volvimos al Distrito del arte (Kunstareal) para entrar a otro museo. Mis amigos que son amantes del clasicismo se metieron en la Gliptoteca.
Mientras que yo más interesado por las vanguardias me fui a la Lenbachhaus. Este Museo exhibe principalmente obras de artistas de los siglos XVIII al XX que se establecieron en Múnich. Aunque su mayor referente es la excelente colección de obras del Jinete azul (Der Blaue Reiter) un movimiento, fundado en esta ciudad en 1911, clave dentro del expresionismo. En la Lenbachhaus pueden admirarse obras maestras de todos los componentes de Der Blaue Reiter: Vasili Kandinski y Franz Marc, August Macke, Alexei von Jawlensky, Ernst Ludwig Kirchner, Paul Klee…
El Jardín inglés (Englischer Garten)
Entre tanto museo nos fuimos dimos un paseo hasta el Englischer Garten o Jardín inglés de Múnich. Se trata de un parque situado en la orilla occidental del rio Isar de enormes dimensiones, más de 400 hectáreas. Mayor incluso que el Central Park de Nueva York con sus 341 hectáreas.
Aunque todavía era principios de abril y había que ir abrigado, el sol ya brillaba débilmente lo que hacía que fuera un día agradable, perfecto para pasear por este bien cuidado parque, salpicado de estanques y canales. Pasamos junto al Monopteros, un templito de inspiración griega situado en lo alto de una loma. Y finalmente llegamos a la pagoda china (Chinesischer Turm) un buen punto de referencia para orientarse en el parque. Junto a ella hay una típica taberna muniquesa, el Restaurant und Biergarten am Chinesischen Turm. En él puedes elegir entre los platos que tienen expuestos, básicamente salchichas y demás carnes y embutidos calóricos. La zona de ensaladitas y baja en grasas es que no la ví…
Lógicamente entre nuestro nulo alemán y el nulo inglés o español de los camareros tuvimos que señalarlo todo, nada que no pueda conseguirse con un dedo y una sonrisa. Una vez nos sirvieron nuestro tremendo codillo asado con patatas cortadas a gajos y nos pusimos varios chorros de salsas, nos instalamos en una de las mesas que tenían allí en el exterior, apenas a unos metros de la pagoda.
¿Hay algo más hermoso que comerse un codillo con su cerveza al solecito en Múnich? No penséis, la respuesta es no.
Ruta modernista de Múnich (Jugendstil)
Con la tripa bien llena decidimos salir del parque y seguir parte de la ruta modernista que proponían en esta estupenda web de Múnich:
La mayoría de estos edificios modernistas (art nouveau para los franceses o Jugendstil en Alemania) que pueden encontrarse en torno a la Leopoldstraße son propiedades privadas por lo que no son visitables. Sin embargo vale la pena ver el exterior de estos precioso edificios. En especial la Jugendstilhaus (literalmente “casa modernista”) de Ainmillerstraße 22 y el Palais Bissing en la Georgenstraße que pese a resultar muy dañado en la 2ª Guerra Mundial y ser restaurado a finales de los 70 conserva todo su encanto.
Me encanta el art nouveau por su tremenda sensualidad y su inspiración en formas de la naturaleza. Y Múnich es junto a otras grandes ciudades europeas como Bruselas, Viena, Nancy o Barcelona dónde pueden descubrirse pequeños tesoros a la vuelta de la esquina.
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