Circuito corto: Angkor Wat, Ta Prohm, Bayon, Terraza de los Elefantes…
Angkor Wat

Interior del recinto del Angkor Wat

Nuestro segundo día en Camboya iba a ser el más completo en todos los sentidos. No solamente porque disponíamos de toda la mañana y la tarde sino que visitaríamos los templos más importantes de todo el complejo. Realizaríamos el que se conoce como circuito corto (Small circuit).

Muchos turistas se levantan de madrugada para ver el amanecer en el Angkor Wat. Nosotros decidimos prescindir de semejante madrugón, llevábamos una semana viajando de acá para allá y preferíamos descansar un poco, aunque no dudamos que será una experiencia preciosa. Seguro que nuestro tuktuk driver también lo agradeció…

Advertencia para fotógrafos torpes. Comprobad por la mañana la ISO de vuestra cámara réflex, por si acaso.
“La sensibilidad ISO es un parámetro que nos permite indicar al sensor qué cantidad de luz debe recoger.” (www.xataka.com)

Mapa de Angkor

No es que me pasara a mí ¿Cómo podéis pensar eso?

Angkor Wat

Salimos del hotel, tomamos la Rue Charles De Gaulle y en apenas unos minutos el tuktuk nos depositó ante la entrada del Angkor Wat. Un espléndido puente de piedra daba acceso al recinto, rodeado por un lago artificial en forma de rectángulo casi perfecto que a modo de foso de un castillo protegía el templo. Lo que nos sorprendió desde el principio eran las enormes proporciones de todo el complejo y la gran distancia que nos separaba todavía del edificio central. Entre los primeros peldaños del puente y la torre central hay no menos de 800 metros.

El templo tiene una estructura de recintos concéntricos en forma de rectángulo. Si se mira una fotografía aérea o de satélite la estructura del Angkor Wat puede verse nítidamente:
Angkor Wat en Google maps

Llegamos a la puerta del primer recinto. Aunque la mayoría de gente simplemente la atraviesa, lo cierto es que tenía un bello pasillo interior ricamente decorado. Una vez al otro lado, la estructura del puente de piedra continuaba aunque no sobre el lago sino sobre tierra firme con un edificio a cada lado que se cree que pudieron ser bibliotecas y unos pequeños estanques un poco más allá. Por fin alcanzamos el templo central o Bakan. No hay que tener prisa en llegar al centro del Angkor Wat, los muros de la galería exterior contienen unos frisos en bajorrelieve realmente exquisitos. Para deleitarse con ellos, conviene llevar una guía detallada que explique cada escena. Algunos de los frisos más espectaculares cuentan la Batalla de Kurukshetra, los Cielos y los infiernos y el Batido del océano de leche.

Por fin entramos en el recinto central. Aquí la acumulación de turistas era bastante más alta y tuvimos que hacer un poco de cola para subir al templo de las cinco torres mediante una empinada escalera. Como se trata de un lugar sagrado para acceder hay que cubrirse los hombros. La zona central del Angkor Wat no decepciona, tiene una decoración y unos relieves realmente preciosos. Merece la pena detenerse en cada detalle, en cada rincón, en cada ventana para echar un vistazo al exterior.

 La selva devorando el Ta Prohm

La selva devorando el Ta Prohm

Salimos por el acceso opuesto donde nos estaba esperando como siempre Bunrat al pie del tuktuk con su sonrisa y unas botellas de agua fría.

Banteay Kdei

Después de visitar la majestuosidad del Angkor Wat, el modesto Banteay Kdei queda muy eclipsado por el recuerdo del anterior templo. El Bankeay Kdei es de pequeño tamaño y es evidente que no está entre las prioridades a la hora de restaurarlo y afirmar sus muros. En algunos casos un simple poste de madera colocado en forma de cuña servía para mantener en pie unas columnas tambaleantes. Sin embargo este poco visitado templo contaba con algunas esculturas exentas y relieves mejor conservados que recuerdo. En especial los leones que flanqueaban las escaleras de la entrada.

Ta Prohm

A un corto paseo se encuentra uno de los templos más célebres: El Ta Prohm, en el que la selva engulló literalmente gran parte de los edificios. De hecho la interdependencia entre los árboles que envuelven a los templos y éstos, es tal que en muchos casos si se talaran estas plantas, los edificios se desmoronarían. En el Ta Prohm se habían venido abajo muros enteros y es probablemente el templo en el que vimos más piedras por los suelos aunque en muchos casos numeradas y clasificadas por lo que es de esperar que en los próximos años se levanten otra vez secciones enteras del templo.
El Ta Prohm es muy celebre, gracias en parte porque fue uno de los escenarios del film de Angelina Jolie “Lara Croft: Tomb Raider» (2001). Y los turistas más gregarios se reúnen en torno a los árboles más fotogénicos.

Ta Nei

Tras cierto agobio más propio de un parque temático que de un templo jemer del siglo XII nuestro guía nos llevó al solitario Ta Nei. Habíamos pasado de largo por el Ta Keo, totalmente cubierto de andamios por las obras. El Ta Nei suele quedar fuera de los recorridos más habituales ya que queda algo apartado y es de un tamaño muy modesto. Pero el recorrerlo en soledad, salvo por los lugareños que se desperezaban en una cabaña cercana y algún perro despistado fue un lujo tras soportar tanto turista de palo-selfie.

 Victory Gate

Victory Gate en la parte oriental del Angkor Thom

Thommanom y el Chau Sai Thevoda

Antes de entrar en el recinto amurallado de la antigua ciudad (el Angkor Thom) quedaban otros dos templos de pequeño tamaño por visitar el Thommanom y el Chau Sai Thevoda uno a cada lado de la polvorienta carretera. Son más bien indistinguibles entre sí, pero bonitos. Lo que más me gustó fueron los relieves de devatas (figuras femeninas estáticas a modo de guardianes) que se situaban a menudo a ambos lados de las puertas, como las jambas de las iglesias románicas.

Angkor Thom

Las puertas de Angkor

Y por fin entramos en el Angkor Thom a través de la Victoria Gate. Personalmente me encantan las puertas de Angkor, tienen una majestuosidad imponente. El acercarse paulatinamente a una de ellas por la carretera y verla irse engrandeciendo produce un gran impacto. Y contemplar empequeñecido el enorme rostro que aparece en la parte alta, justo por encima de donde la atraviesas. También tiene su importancia el material en que está construido: la piedra, sólida e imperturbable al tiempo, en la que apenas unos matojos han crecido entre sus grietas en 800 años.

 Bayon

Rostros de la terraza del Bayon (Foto: Pablo (CdV)

Templo el Bayón

En el centro mismo del Angkor Thom se encuentra otra de las joyas de todo el conjunto arqueológico: el Bayon. El templo de las 54 torres y los 200 rostros sonrientes.
Comenzado por el rey Jayavarman VII a finales del siglo XII, el Bayon es el ejemplo perfecto del barroquismo jemer. Mientras que las galerías, de la parte baja, se encuentran profusamente decoradas con bajorrelieves, en la terraza superior destacan las numerosas torres con sus caras apuntando a los distintos puntos cardinales.

Baphuon

En el resto de la ciudad de Angkor Thom hay otros templos y construcciones interesantes aunque desde luego no se acercan a la maestría del Bayon.
El Baphuon, es un templo de montaña, como también lo eran otros que vimos el día anterior. Lo más destacable del Baphuon es su gran altura. Desde lo alto de la torre central hay una vista espectacular sólo ocultada por la propia selva. También destaca su emplazamiento, con un gran estanque en la entrada y muy cerca del Bayon.

La terraza de los elefantes

La terraza de los elefantes destaca sobre todo por su singularidad, no existe nada parecido en todo el conjunto arqueológico. Se trata de una terraza, de medio kilómetro aproximadamente, construida para que el Rey contemplara el paso de las tropas victoriosas después de alguna batalla. Los muros de esa terraza se encuentran decorados por distintos motivos entre ellos unos magníficos elefantes.

Diario de viaje a Camboya:

Día 1. Visita al parque arqueológico de Angkor. Banteay Srei, Mebon Oriental (East Mebon) y el Pre Rup
Día 2. Visita al parque arqueológico de Angkor. Angkor Wat, Ta Prohm, Bayon, Terraza de los Elefantes…
Día 3. Parque arqueológico de Angkor. Preah Khan, Neak Pean, Ta Som y el grupo de Roulos.
Mercados, restaurantes y pagodas de Siem Reap