Qué ver en Riga y el resto del país báltico

Bandera y escudo de Letonia

Artículos de Letonia:

Qué hacer y qué ver en Letonia

Modernismo en Riga
Parque Nacional de Gauja
Kuldīga
Palacio de Rundāle


Letonia en cifras:
Superficie: 64.573 km²
Población: 1.950.000 hab.
Capital (población): Riga (641.423)
Otras ciudades importantes: Daugavpils (92.776), Liepaja (76.604), Jelgava (61.162)

Composición étnica (2023): letones 62.4%, rusos 23.7%, bielorrusos 3%, ucranianos 3%
Idioma oficial: Letón
Moneda: Euro
Número de turistas anuales que recibe: 2.024.000 (2017)
Turismo de Letonia
Turismo de Riga

Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, Riga

Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores (Riga, Letonia)

Para no perderte nada puedes contratar alguna de las muchas excursiones y free tours en Riga que ofrece Civitatis, además en español.

Antes de viajar

Documentación y Visado

Letonia pertenece a la Unión Europea, por lo que para los ciudadanos de estos países basta identificarse con el Pasaporte o Documento de Identificación (DNI) en regla (tanto a la entrada como a la salida del país).

Pero tampoco es necesario expedir un visado para los nacidos en la mayoría de estados del mundo, entre otros: Argentina, Colombia, Chile México o Estados Unidos.
Puede consultar el listado completo de países que no precisan visado de entrada a Letonia:

Además como pertenece también al espacio Schengen, se pueden atravesar libremente las fronteras con Estonia al Norte y con Lituania al Sur. Sin embargo, se mantienen las aduanas en las fronteras orientales con Rusia y Bielorrusia.

Más información sobre visados e inmigración en el Servicio de extranjería letón

Bosques del Parque Nacional de Gauja a solo 50km de Riga

Bosques del Parque Nacional de Gauja a solo 50km de Riga

Seguridad

En principio, los problemas de seguridad no son preocupantes y pueden considerarse similares a otros países europeos. En la capital Riga se han producido algunos incidentes en horas nocturnas, sobre todo en el entorno de discotecas o locales de alterne.

Las precauciones de los turistas han de ser las mismas que en cualquier otro lugar: evitar los taxis no oficiales, estar alertas para evitar timos y cuidado con los carteristas en lugares turísticos o con mucha gente.

Debido a que Letonia posee grandes masas forestales, incluso ya a las afueras de Riga. Esto permite la proliferación de todo tipo de insectos. Si se va a realizar alguna ruta senderista o salir de zonas urbanas conviene llevar consigo un botiquín con repelentes de insectos y antihistamínicos.

La atención sanitaria no es gratuita aunque se tenga la Tarjeta Sanitaria Europea. Por lo que es aconsejable contar con un seguro de viaje.

Cuándo ir a Letonia

El verano es probablemente la mejor época para visitar Letonia. La temperatura media está entre los 16-22℃ durante el día. Lo que puede ser ideal para realizar rutas por los numerosos bosques o lagos de Letonia.
También se puede disfrutar de ls numerosas playas letonas, en especial en la zona de Jurmala o el cabo Kolka.

Tampoco es mala época la primavera y el otoño cuando los vuelos y los alojamientos son más baratos, aunque las temperaturas pueden rondar sólo los 10℃.

En invierno los días son más cortos y muy fríos, con nevadas habituales. Puede ser época para practicar deportes de invierno o disfrutar de las decoraciones navideñas en la hermosa Riga.

Edificio modernista o art nouveau en Riga

Edificio modernista o art nouveau en Riga, principios del siglo XX

Historia reciente de Letonia

Al igual que los otros estados bálticos, el último siglo ha sido muy convulso para los letones. Tras la 1ª Guerra Mundial y la Revolución Rusa, Letonia accedió a la independencia en 1918.
Años después, durante la 2ª Guerra Mundial sufrió la ocupación tanto de la Alemania nazi como de la Unión Soviética. Y con la derrota alemana Letonia pasó definitivamente a formar parte de la URSS.

Letonia fue la república báltica que más se industrializó durante el medio siglo de dominio soviético, su distancia a Moscú era relativamente corta y además contaba al menos con dos grandes puertos: Riga y Liepāja.
La pujante industria produjo la necesidad de gran cantidad de mano de obra, por lo que Letonia recibió enormes cantidades de inmigrantes de dentro de la Unión Soviética, sobre todo rusos, bielorrusos y ucranianos. Al mismo tiempo, la represión política de Stalin provocó que miles de letones sospechosos de ser nacionalistas o anti comunistas fueran ajusticiados o ‘reeducados’ en lejanos campos de trabajo en Siberia y otros lugares.

Todo esto causó que la población de letones se redujera drásticamente en detrimento de otras nacionalidades hasta llegar apenas al 52% en 1989. Ese mismo año el número de rusos en Letonia llegaba a los 900.000 (el 34%), más otro 10% originarios de otras repúblicas soviéticas.

Castillo de Césis junto al Parque Nacional de Gauja

Castillo de Césis junto al Parque Nacional de Gauja

Los letones se refugiaron en la música, una de las pocas actividades identitarias que les permitieron mantener las autoridades soviéticas.

En 1991 junto a las otras repúblicas bálticas Letonia accedió de nuevo a la independencia. Comenzando poco a poco a revertir los efectos producidos por 50 años de ocupación soviética. Las autoridades de Letonia entregaron la nacionalidad solamente a los habitantes de origen letón y se inició un proceso de naturalización encaminado a asimilar a las otras nacionalidades y también arrinconar de algún modo a la importante minoría rusa ( en torno al 24% del total en 2023).

Décadas después las tensiones continúan, aunque apenas es visible para el visitante extranjero. La Región oriental de Latgale de mayoría rusa es con diferencia la más desconocida y menos turística del país.

La invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022 no ha hecho más que empeorar las cosas entre las dos comunidades.

Monumento a la Libertad de Riga (Brīvības piemineklis)

Monumento a la Libertad de Riga (Brīvības piemineklis)

Qué ver en Letonia

Riga

Letonia no puede entenderse sin Riga, su cosmopolita capital. Es la ciudad de mayor tamaño de los tres países bálticos y el lugar dónde muchas empresas internacionales situaron su sede regional. Es muy visible las diferencias, por ejemplo, entre Vilnius, la apacible capital lituana y la tremenda actividad de Riga.

La ciudad de Riga además cuenta con un interesante centro histórico, plagado de plazuelas con encanto y bonitas iglesias. Por no hablar del precioso Barrio Art Nouveau, la mayor concentración de edificios modernistas del mundo.
Riga merece una visita de dos o tres días al menos y es una excelente base para visitar otros lugares de la república báltica.

Parque Nacional Gauja

El mayor y más antiguo parque nacional letón acoge algunas de las montañas más altas. Pero también paisajes muy hermosos y pintorescos pueblos como Cesis o Sigulda.

Cesis cuenta con uno de los castillos más espectaculares de Letonia, su visita es tremendamente interesante ya que además se completa la participación de actores con atuendos medievales y una curiosa área de juegos de la época.

Por su parte la ciudad de Sigulda, en el límite sur del parque, cuenta con algunos castillos y edificios de gran interés, a parte de numerosas rutas entre bosques y rios que merece la pena recorrer.
Puedes leerlo en: Bosques y castillos de Letonia. El Parque Nacional de Gauja

Centro histórico de Riga, capital de Letonia

Palacio de Rundale (Letonia)

Palacio de Rundale y Bauska

El Palacio de Rundale situado en mitad de la campiña letona podría considerarse el ‘Versalles del Báltico’. Construido por el Duque de Curlandia a mediados del siglo XVIII, es la mejor exponente del barroco palaciego en toda la región. Aunque lo cierto es que el acceso no es precisamente barato (13€ el billete combinado). Las Salas de Estado son las suntuosas y bellamente decoradas, en especial el Salón Dorado y el Blanco.

Bauska a apenas 10 kilometros de distancia es una pequeña ciudad con algunos lugares de interés, en particular su castillo situado en un enclave privilegiado entre dos rios y la encantadora iglesia luterana del Espítitu Santo.

Kuldiga

Situada a unas dos horas de Riga, Kuldiga bien merece hacer una escapada de un día. Es una de las ciudades con más encanto de toda Letonia, con un centro histórico con un buen puñado de edificios de los siglos XVII al XIX.

No hay que perderse la encantadora y heterogénea plaza del Ayuntamiento, rodeada de edificios de muy diversos estilos.
Y además tiene una fantástica cascada de 250 metros de longitud, según parece la más ancha de Europa. Llena de niños y jóvenes en verano, que vienen a refrescarse a este bonito salto de agua.

Esta pintoresca localidad cuenta también con interesante templos de distintas comunidades religiosas: luteranos, católicos, ortodoxos y judíos.

Centro histórico de Riga, capital de Letonia

Cascada del río Venta en Kuldiga

De compras en Letonia

Una de las experiencias más placenteras para algunos viajeros es comprar algún objeto o recuerdo en el país que visita que difícilmente se pueda encontrar en otro lugar. En Letonia destacan sus preciosas prendas y tejidos bordados y sus joyas de ámbar. Aunque si hay un lugar donde hacer compras, que destaca por encima de los demás, es el espectacular mercado de su capital.

Mercado Central de Riga

Alentado por el comercio, ya en el siglo XIII se instaló un mercado en Riga, junto al navegable Daugava.
Aunque su actual emplazamiento data de 1930, situado en el conocido como Maskavas Forštate (o suburbio Moscú) porque aquí vive buena parte de la población rusa de la ciudad. Riga tiene una minoría rusa, nada desdeñable de en torno al 38%. De hecho, no muy lejos de aquí se encuentra la Academia de Ciencia de Letonia, un imponente edificio comunista levantado en los años 50 a mayor gloria de Stalin. Aunque de menor tamaño resulta muy similar al Palacio de la Cultura y la Ciencia de Varsovia.

El mercado Central de Riga está instalado en el interior de cuatro inmensos hangares para zepelines de principios del siglo XX. Por un momento el visitante queda asombrado por el entramado metálico de la techumbre. Pero cuando baja la mirada se ve desbordado por miles de productos provenientes de todos los rincones del país e incluso algunos puestos especializados en mercancías de otras ex repúblicas soviéticas.

Las tiendas de frutas y verduras tienen un aspecto excelente, aunque quizá puedan llamar más la atención los racimos de pescados ahumados y tiesos o los puestos con hierbas y especias de Asia Central.
Junto a los hangares el mercado se desparrama por la plazoleta contigua, con más tenderetes de fruta y ropa principalmente.

Mercado Central de Riga

Mercado Central de Riga (Letonia)

Telas y textiles tradicionales

Las prendas de ropa y demás complementos letones son muy apreciadas por los visitantes. Destacan los abrigos, bufandas y guantes en especial con motivos romboides, muy arraigados en la tradición de Letonia. Y sobre todo en los tonos granate de la bandera, es un rojo oscuro muy concreto (con su propio Pantone) que ya utilizaban las tribus letonas en sus estandartes allá por el siglo XIII.

Fresas, arándanos y frutos rojos

Más de la mitad de la superficie de Letonia está cubierta de bosques. Eso favorece la proliferación de frutas del bosque: grosellas, moras, arándanos, frambuesas, fresas…
Y a los letones les encantan estos frutos rojos, hasta el punto de que en sus mercados pueden encontrarse puestos que sólo ofrezcan este tipo de producto.

No son algo que uno pueda traerse de vuelta a su país, pero el visitante no debe pasar la ocasión para degustar este pequeño manjar mientras curiosea por algún mercado letón.

Artículos ámbar y joyería tradicional

El ámbar es una piedra semi-preciosa que se encuentra en abundancia en esta parte del Báltico. Por ello es habitual encontrar en las joyerías anillos, pulseras y demás piezas realizadas con este material.
Además, se pueden encontrar joyas que toman emblemas o símbolos tradicionales letones y que pueden ser un regalo perfecto para traer desde esta república báltica.

Hoteles en Riga y Letonia

Apartamento en Riga

La capital de Letonia es una ciudad con varios focos de interés (centro histórico, barrio Art Nouveau, Mercado Central y barrio ruso), por lo que existen muchas zonas adecuadas para buscar alojamiento. En principio, el centro histórico es un buen lugar para hospedarse. Hay decenas de buenos hoteles, aunque los precios no son demasiado económicos.
Por ello una magnífica opción es alojarse en un apartamento,sobre todo si se viaja en familia y se desea más espacio. Si se llega a Riga en coche lo mejor es evitar el centro histórico para alojarse ya que está lleno de callejuelas, unos pocos parkings de pago y en general puede ser dificultoso circular por él.

Nuestra experiencia en los A1 Apartments en Riga fue inmejorable. Están situados junto a Brīvības bulvāris, una de las avenidas comerciales más concurridas de la ciudad, a unos 15 minutos andando del centro, y lo mismo del barrio Art Nouveau. Nuestro apartamento para 3-4 personas constaba de un dormitorio enorme, un saloncito con cocina americana y un buen baño. La única pega es que hay que realizar el checkin´en el A1 Hotel a tres calles de distancia.
Un apartamento muy confortable y recomendable.

Hotel rural Blankenfeldes Muiza cerca del Palacio de Rundale (Letonia)

Hotel rural Blankenfeldes Muiza cerca del Palacio de Rundale (Letonia)

Hotel rural en Letonia

En un viaje a Letonia se suelen visitar sobre todo sus ciudades: la preciosa capital Riga, la turística Jurmala o la interesante Liepaja. A menudo también se hace una escapada a algún parque nacional como el de Gauja. Pero se suele olvidar la zona rural de la región de Zemgale. Quizá una zona no tan llamativa pero con muchísimo encanto.
El mayor atractivo de la zona son sin duda el palacio barroco de Rundale y también el castillo de Bauska. El resto de Zemgale podría considerarse la campiña de Letonia, una región llana, rural y agrícola.
Aquí a apenas 500 metros de la frontera con Lituania encontramos un precioso hotel rural que merece una visita por si mismo.
El Blakenfeldes Muiza se halla en los terrenos de lo que parece una antigua hacienda. En él encontramos un edificio histórico de principios del siglo XX, ajado y desconchado pero tremendamente atractivo.
Las habitaciones de huéspedes se encuentran en construcciones modernas en un lateral, mientras que el jardín central con sus enormes árboles es ideal para las noches de verano. Este hotel se encuentra muy apartado, alejado de grandes poblaciones y es perfecto si se desea pasar un par de días de descanso. En los alrededores se pueden realizar rutas senderistas.
Tiene una pequeña sala de exposiciones en el que hay un curioso museo de campanas. Además en el Blakenfeldes Muiza se embotellan zumos y demás conservas propias, algunas de las cuales se pueden degustar en el desayuno.

Las habitaciones son modernas, amplias y agradables están construidas en gran parte de madera.

(Actualizado en Junio 2019)