Viajar por España. Cultura y Naturaleza
España en cifras:
Superficie: 505.970 km²
Población: 47.100.396 hab.
Capital (población): Madrid (3.266.126)
Otras ciudades importantes: Barcelona (1.636.762), Valencia (794.288), Sevilla (688.592) (Datos del INE 2019)
Idioma oficial: Español (más otros cooficiales en sus respectivas Comunidades Autónomas: catalán, valenciano, euskera, gallego, aranés)
Moneda: Euro
Resulta complicado, por no decir imposible, condensar en un artículo la enorme variedad y encanto de ciudades, pueblos, paisajes, gastronomías y lugares que ofrece España.
Este país atesora tal riqueza cultural y natural que nos contentaremos con dar unas pocas pinceladas, que den una idea de lo que supone viajar por España.
Muchos visitantes vienen atraídos por sus playas y su clima benigno, les suenan los nombres de Madrid y Barcelona y apenas conocen algunos tópicos muy poco representativos de la enorme diversidad del país.
Pero España es ante todo una tierra de grandes contrastes geográficos. Desde la meseta esteparia del centro de la península, pasando por las altas cumbres de los Pirineos o Sierra Nevada, hasta las playas de arena fina de la costa mediterránea. Desde los volcanes extintos de las islas Canarias a los verdes bosques de la cornisa Cantábrica y el desierto de Tabernas en Almería.
España posee más de 120 tipos de hábitats diferentes (según Red Biodiversidad) lo que provoca que posea la mayor variedad de especies animales de Europa. Incluidas algunas especies en grave peligro de extinción y que encuentran aquí sus últimos refugios. Entre ellas destacan el lince ibérico, el águila imperial o el lobo ibérico.
Viajar por España también da la posibilidad de visitar sus sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. España está a la cabeza con 48 sitios, solo por detrás de China e Italia.
Y es que al igual que estos dos países, la península ibérica posee una vasta cultura milenaria.
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La herencia cultural
Fenicios, griegos, romanos…
Los países ribereños del Mediterráneo han visto y sufrido el paso de numerosos pueblos, culturas e imperios. Y por ello poseen también un poso cultural enorme.
Las tierras ibéricas fueron colonizadas por celtas, íberos, fenicios, griegos, romanos, visigodos, árabes…
Esta tremenda amalgama de influencias no hizo otra cosa que enriquecer todos los aspectos de la vida de los pobladores de esta península. Desde la gastronomía a la agricultura, pasando por las distintas lenguas que todavía se hablan, la arquitectura o las fiestas y tradiciones.
Sirvan de ejemplo los carnavales, que se celebran en cientos de localidades españolas. Aunque se relacionan con las celebraciones que tienen lugar justo antes de la cuaresma cristiana, es muy probable que su origen se remonte a unas fiestas paganas en honor al dios romano Baco o incluso al antiguo Egipto, según algunos historiadores.
Los carnavales gallegos, llamados entroidos son especialmente espectaculares y 9 de ellos están reconocidos como de ‘Interés turístico’, la mayoría de ellos en la provincia de Orense. Los más llamativos por sus máscaras son probablemente los que se celebran en las poblaciones de Verín y Xinzo de Limia, cerca de la frontera portuguesa.
Mudéjares y sefardíes
La mezcla de los distintos pueblos que se establecieron en la península dio lugar también a estilos arquitectónicos únicos como el mudéjar, desarrollado por artesanos musulmanes en tierras cristianas entre los siglos XII al XVI.
Estas obras solían construirse en el estilo cristiano predominante en aquel momento (románico, gótico…) pero incorporaban elementos y materiales propios del arte musulmán cómo yeserías, cerámica, arcos de herradura, artesonados de madera…
Todavía se conservan multitud de elementos mudéjares en especial en torres, iglesias, sinagogas o castillos por todo el territorio español, aunque destacan especialmente en Aragón, Toledo y zonas de Segovia y Valladolid. Uno de los edificios más singulares es, de hecho, el castillo de Coca muy cerca de Segovia.
En la península Ibérica también vivió una próspera comunidad judía que nos dejó un ingente legado (no siempre bien reconocido) en la gastronomía, la cultura o el trazado urbano de numerosas ciudades.
La convivencia de los judíos sefardíes con las otras religiones dominantes no siempre fue armoniosa y finalmente fueron expulsados por los Reyes Católicos en 1492. Sin embargo, sus descendientes siguen teniendo un fuerte vínculo con España, la antigua Sefarad. La mayor parte de los actuales sefardíes viven en Israel, Francia, Argentina o México.
(Recientemente el Gobierno español ha concedido la nacionalidad española a más 31.000 sefardíes residentes en el extranjero que han podido demostrar su ascendencia, en un intento quizá de paliar las injusticias pasadas.)
En España, de hecho, se conservan preciosas juderías en ciudades como Toledo, Girona, Hervás (Cáceres) o Ribadavia (Orense). La Red de Juderías de España vela por la conservación y promoción de este legado judío en las 22 ciudades que forman parte de la asociación.
Una de ellas es Lucena, una pequeña ciudad andaluza que estuvo habitada durante tres siglos casi exclusivamente por judíos, en tiempos del Emirato de Córdoba.
La historia a través del patrimonio
Prehistoria y Edad Antigua
Podemos conocer la historia de España visitando sus monumentos más significativos, gran parte de ellos declarados Patrimonio de la Humanidad. El recorrido iría desde la prehistoria, pasando por la antigua Roma, la Edad Media hasta el Modernismo de principios del siglo XX.
Como ya hemos señalado, España posee casi medio centenar de sitios que aparecen en la lista de la Unesco. La mayoría de ellos (42) de carácter cultural y solamente 4 sitios naturales y 2 mixtos.
La prehistoria está representada por los yacimientos de Atapuerca (Burgos) dónde se han descubierto restos de homínidos de más de 900.000 años de antigüedad. Y algo más al norte, en Cantabria encontramos las extraordinarias pinturas de Altamira con sus icónicos bisontes, aunque también hay representados ciervos, caballos y jabalíes.
La cueva sólo es accesible para científicos y arqueólogos por ser tremendamente sensible. Pero muy cerca es posible visitar una réplica perfecta conocida como Neocueva en el Museo de Altamira.
El imperio romano dejó su impronta por toda Iberia, y todavía existen impresionantes muestras, sobre todo, de su obra civil. Las murallas de Lugo (las únicas que se conservan completas en el mundo), el teatro de Mérida o el acueducto de Segovia son buena prueba de ello.
Edad Media y Moderna
Entre los siglos VIII-X, en los reductos cristianos del norte de la península se levantaron un puñado de magníficas y robustas iglesias conocidas hoy con la denominación de prerrománico asturiano.
Mientras que más al sur, en el Emirato de Córdoba y más tarde en el Reino de Granada se cincelaban algunos de los monumentos más bellos de la humanidad. Nos referimos, por supuesto, a la Mezquita de Córdoba, los palacios de Medina Azahara y la Alhambra de Granada, obras cumbres del arte islámico.
El arte románico está representado en el listado del Patrimonio de la Humanidad por el conjunto de preciosas iglesias del Valle de Boí en Lleida. Aunque la mitad norte de España está plagada de excelentes muestras de románico, ya sean iglesias, ermitas o castillos. También se han conservado obras maestras del gótico como la Catedral de Burgos o la Lonja de la seda de Valencia, uno de los edificios del gótico civil más bellos de Europa.
Pero son quizá los conjuntos monumentales donde España destaca especialmente. Varias ciudades han preservado un centro histórico de una belleza y trascendencia tal que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad en su totalidad. Es el caso de las ciudades de Toledo, Cuenca, Salamanca, Santiago de Compostela, Cáceres, Úbeda y Baeza.
Cada ciudad tiene sus propias singularidades, pero todas conservan edificios, monumentos e incluso barrios enteros de gran valor histórico y artístico.
De entre los numerosos monumentos barrocos de España, cabe destacar en la lista de la Unesco, los palacios y jardines de Aranjuez, situados a unos 50 kilómetros al sur de Madrid.
El patrimonio más reciente apenas está representado en la lista de la Unesco, salvo las obras maestras del modernismo catalán. Por un lado, las obras más conocidas de Antoni Gaudí en Barcelona y por otro los excepcionales edificios del Palau de la Música y el Hospital de Sant Pau del arquitecto Lluís Domènech i Montaner.
Reservas y Parques Nacionales
El país posee centenares de espacios protegidos repartidos por toda la geografía, aunque bajo figuras administrativas muy distintas. Visitar estos lugares es una de las mejores razones para practicar el turismo rural en España. Un turismo de espacios abiertos, actividades al aire libre como el senderismo, rutas ciclistas o deportes acuáticos.
Parques Nacionales
Las zonas protegidas más conocidas son, sin duda, los 15 Parques Nacionales que cuentan con un amplio grado de protección y un acceso limitado de visitantes. Aunque en los enclaves más sensibles, como el Parque Nacional de las Islas Atlánticas de Galicia, pueda resultar un número de personas excesivo, al menos en verano.
Los Parques Nacionales son zonas de un alto valor ecológico y científico ya que albergan en muchos casos especies endémicas de animales y plantas.
Entre ellos destacan los Picos de Europa (el primero en crearse en 1918) o el Parque Nacional de Sierra Nevada, el más extenso y que con sus 86.200 hectáreas alcanza prácticamente el tamaño de la isla de Lanzarote.
Algunos son verdaderos santuarios para las especies más amenazadas, como el Parque Nacional de Monfragüe en Cáceres, que cuenta con importantes poblaciones de buitre negro, águila imperial o cigüeña negra.
Parques Naturales
Los parques naturales tienen un menor grado de protección, se permiten ciertas actividades humanas (ganadería, agricultura…) y su administración recae en las Comunidades Autónomas. Es el caso por ejemplo de la Albufera de Valencia, en la que el cultivo del arroz está íntimamente ligado a la supervivencia del propio ecosistema de la laguna.
En España hay más de 130 parques naturales por todo el país y que cubren prácticamente todos los hábitats del país. De hecho, su menor fama hace, en muchos casos, que soporten menos presión de visitantes, cosa que favorece su conservación.
En este primer caso, podríamos considerar al Parque Natural de Corrubedo, en las Rías Altas gallegas, que cuenta con unas lagunas costeras y unas dunas en muy buen estado de conservación. Corrubedo no suele recibir demasiados visitantes, si tenemos en cuenta la belleza de este enclave y su importancia para las aves migratorias.
También hay parques naturales mucho más visitados como las preciosas Hoces del río Duratón. Quizá por su cercanía a grandes ciudades y a pueblos de gran belleza como Sepúlveda o Pedraza.
Otras Zonas protegidas
Además, existen muchas otras figuras de protección a nivel estatal como las Reservas naturales, Paisajes protegidos o Monumentos naturales, otras de carácter autonómico toman muy distintos nombres. Mientras que otras reservas tienen un reconocimiento internacional como las Zonas de especial protección para las aves (ZEPA).
Las reservas declaradas como tal por las Comunidades Autónomas suelen ser enclaves de menor tamaño e importancia y pueden cubrir apenas unas pocas hectáreas en las que se encuentra una cascada de interés paisajístico, unas lagunas vitales para las aves acuáticas o una colina con raros endemismos botánicos.
Canarias es una de las regiones con mayor porcentaje de territorio protegido. Llega hasta el 40% en el conjunto de las islas, mientras que en la Isla del Hierro ronda el 60%.
El Parque Rural de Anaga es una de estas reservas de carácter autonómico que protege este singular enclave de la costa norte de la isla de Tenerife. Es un enclave de alta valor geológico y botánico y además también se han encontrado yacimientos arqueológicos. Todo ello a tan sólo 5 kilómetros del centro de Santa Cruz de Tenerife.
Enlaces de interés:
Ruta por el mudejar de Aragón
Red de parques nacionales
Sitios Patrimonio de la Humanidad en España
España (zona Norte):
Consejos para Viajar por España:
Asturias:
Oviedo prerrománico
Proaza y Bandujo
El concejo de Teverga
Galicia:
Allariz (Orense)
A Coruña
Costa Ártabra (A Coruña)
Lugo (Arde Lucus)
Muros, Carnota y Ézaro
De Muxia a Camariñas
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