Guía para viajar a Francia
Artículos de Francia:
Estrasburgo
Nancy (Ciudad Vieja)
Nancy Art Nouveau
Obernai (Alsacia)
Rosheim (Alsacia)
Películas rodadas en París.
Alsacia y la Ruta de las Crestas
Francia en cifras:
Superficie: 551.500 km²
Población: 64.668.000 hab.
Capital (población):
París (ciudad: 2.206.500; área metropolitana: 10.843.000)
Otras ciudades importantes: Marsella (1.850.636 ), Lyon (1.491.268), Toulouse (447.340)
Idiomas oficiales: Francés
Moneda: Euro (EUR)
Número de turistas anuales que recibe: 82.570.000 (2018)
Turismo de Francia
Oficina de Turismo de París
Consejos para viajar a Francia
En Cuaderno de Viaje daremos algunas claves para organizar tu ruta por Francia y conocer un poco más sobre el país galo. También intentaremos dar los mejores consejos para viajar a Francia y su capital París.
En primer lugar es conveniente conocer algunas pinceladas de su historia, su división administrativa y otras características.
Posteriormente explicamos la documentación necesaria para entrar al país y cual es la mejor época para viajar a Francia.
Finalmente comentamos algunas de las ciudades y regiones que cuentan con mayores atractivos para visitar.
Para no perderte nada puedes contratar alguna de las muchas excursiones y free tours en París que ofrece Civitatis, además en español.
Algunos apuntes sobre Francia
Los límites de la Francia actual no difieren demasiado de la Galia romana. Pero tras el hundimiento del Imperio romano distintos pueblos bárbaros invadieron estas tierras. En primer lugar los Hunos y después distintos pueblos germánicos que cruzaron el Rin. Uno de los pueblos más numerosos que se establecieron en estas tierras fueron los Francos cuyo nombre dio lugar, posteriormente, a la denominación de Francia.
A lo largo de los siglos, Francia, tuvo momentos de gran expansión como durante el Imperio Carolingio de CarloMagno en el siglo IX. Y mucho más tarde con el Imperio francés de Napoleón a principios del XIX.
Este país ha sido cuna de grandes artistas, escritores, científicos… Algunas de las obras más importantes de la arquitectura románica, gótica o barroca se encuentran en suelo galo. Por no hablar de su maravillosa gastronomía, una de las señas de identidad del pueblo francés.
En la actualidad Francia es el primer destino turístico del mundo, con más de 82 millones de visitantes al año.
El mayor país de Europa Occidental se encuentra dividido administrativamente en 13 regiones situadas en territorio europeo. Más diversos territorios repartidos por todo el globo, conocidos como departamentos o colectividades de ultramar y que tienen diversos status y grados de autonomías.
Las regiones de ultramar francesas son entre otras Guadaloupe y Martinique (en el Caribe) la Guyane Française (junto al Brasil), las islas de Réunion y Mayotte en el Índico o la Polynésie Française en mitad del Pacifico.
La Francia europea se le conoce como la metrópoli. Francia cuenta con uno de los patrimonios histórico y artístico más deslumbrantes del mundo, así como las ciudades más hermosas. Y es en este territorio donde nos centraremos.
Documentación y Visados
Para los ciudadanos de la Unión Europea (entre los que se incluyen los españoles) basta con presentar el DNI o el pasaporte en regla.
El espacio Schengen permite la libre circulación de personas entre los distintos países. Tanto para las personas que hayan entrado en la Unión Europea de manera regular o las que residan en uno de los países firmantes del acuerdo.
Para las personas provenientes de Iberoamérica, en general, podrán entrar a Francia sin visado si su estancia es menor a 90 días. En todo caso, lo mejor es acceder en esta página del Gobierno de Francia- Visados donde rellenando unos pocos datos es posible saber si cada individuo precisa o no Visado de entrada.
Clima. Cuándo ir a Francia
Aunque siempre es buen momento para viajar a Francia conviene evitar los meses de julio y agosto por las aglomeraciones que se producen en los lugares más turísticos. En pleno agosto, Notre-Dame de Paris, los alrededores de la Torre Eiffel o El Palacio de Versalles pueden parecer el metro de Tokio en hora punta.
En julio y agosto también hay que tener en cuenta que al ser temporada alta, los precios son más elevados y en algunos lugares será necesario reservar alojamiento y restaurante con bastante antelación.
También se considera temporada alta la Pascua y la Navidad.
Mientras que la temporada media suele coincidir con la primavera y el otoño que suele tener temperaturas suaves que permite visitar perfectamente casi cualquier lugar de Francia.
Es probablemente la mejor época para visitar la capital y otros lugares como Bretaña, Normandia y la Costa Azul.
La temporada baja se extiende desde octubre a marzo aproximadamente, exceptuando el periodo navideño. En los enclaves de playa y veraniegos muchos hoteles y restaurantes cierran durante varios meses.
Las temperaturas en pleno invierno bajan hasta casi los 0º en muchos lugares por lo que no es la mejor época para actividades al aire libre. Excepto para los deportes de invierno. Francia cuenta con numerosas estaciones de esquí en los Pirineos y los Alpes.
Qué ver en Francia
París
La Ciudad de la Luz (La Ville Lumière) es uno de los destinos más visitados por los españoles. París tiene múltiples atractivos para todos lo gustos y edades. Posee un patrimonio arquitectónico excepcional, catedrales góticas, palacios barrocos, algunos de los mejores museos del mundo y sin duda se trata de una de las capitales más fotogénicas del mundo.
La capital gala tiene algunas visitas imprescindibles (o casi) como la Torre Eiffel, la Catedral de Notre-Dame de Paris, la Basílica del Sacré-Coeur o el Arco de Triunfo. Sin embargo posee maravillas como la poco visitada Basílica de Saint-Denis en las afueras, todo un hito del gótico y que alberga la tumba de varios reyes borbones.
París cuenta con maravillosos museos conocidos por el gran público como el Museo del Louvre, el Centre Pompidou de arte moderno o el Museo de Orsay. Hay otras joyas menos transitadas, como el Museo de Cluny (o de la Edad Media) instalado en bonito edificio que fue sede de los Abades de Cluny y que esconde en su interior unas termas galo romanas del siglo I, uno de los restos más antiguos de la ciudad.
Pero si lo que se desea es pasear, también es una buena ciudad par hacerlo. Bien a orillas del río Sena o cruzando alguno de sus bellos puentes: el Pont Neuf o el Puente Alejandro III que aparece en una película de James Bond. También es posible dar un agradable paseo sitios tan encantadores como la Plaza de los Vosgos o los Jardines de Luxemburgo.
Disfrutar de la gastonomia francesa es otra buena razón para visitar París. Desayunar en una de sus numerosas boulangeries o comer en un bonito bistró de Montmartre y quizá cenar en una crêperie. Las opciones son casi infinitas. O también se puede uno comprar su propia comida en algunos de los más bellos mercados cubiertos de la capital parisina: el Marché des Enfants-Rouges o el Marché Couvert Saint-Quentin, por ejemplo.
Pero quizá una de las maneras más sugerentes de recorrer París sea siguiendo los pasos de Amélie Poulain. O haciendo alguna ruta de cine visitando los lugares donde se rodaron algunas de las mejores películas en París.
Y a tan sólo 25 kilómetros de la capital se encuentra el Palacio de Versalles, la gran obra barroca del siglo XVII, para mayor gloria de los reyes absolutistas franceses. Este suntuoso palacio y sus jardines cubren más de 800 hectáreas y sirvió de modelo para numerosos palacios de la época.
Bretaña
La Bretaña, la región más occidental del país es también una de las que posee una cultura y personalidad más propia y acentuada. Sus costas surcadas de acantilados rocosos, hermosas calas y pueblos de pescadores bien merecen una ruta en coche.
Desde el punto de vista patrimonial destacan los centros históricos de Rennes o Quimper o los alineamientos prehistóricos de Carnac.
También posee lugares tremendamente fotogénicos como Pont-Aven, la «ciudad de los pintores» o Saint-Malo. Muy cerca de esta bella ciudad, pero ya en Normandia se encuentra el bello y turístico Mont-Saint-Michel.
La gastronomía bretona también brilla por su calidad, marisco fresco, crêpes flambeadas o embutidos locales como la andouille de Guémené.
Alsacia y Lorena
Apiñada entre el caudaloso Rin que separa Francia de Alemania y las suaves montañas de los Vosgos surge una de las regiones más hermosas y sugerentes de Francia. La Alsacia cuenta con una naturaleza espectacular que brinda innumerables opciones de rutas de senderismo. Otras más largas recorre montes y lagos como la ruta de las Crestas.
La región cuenta con numerosas singularidades y una enorme influencia alemana ya que durante siglos esta zona ha formado parte bien de un país o de otro. De hecho la lengua que habla buena parte de sus habitantes, el alsaciano, es un dialecto del alemán.
La Alsacia rural tiene un enorme encanto, pueblos como Obernai, Riquewihr o Rosheim, aunque las ciudades de mayor tamaño como Colmar y Estrasburgo, tienen gran interés y merecen una visita bien pausada.
La vecina región de la Lorena cuenta también con muchos atractivos, es especial su antigua capital Nancy.
Esta ciudad de mediano tamaño, apenas supera los 100.000 habitantes sorprende a los viajeros no advertidos. Nancy posee un patrimonio histórico y arquitectónico espectacular y no dejará indiferente a los viajeros que gusten del art nouveau.
Borgoña
La región borgoñona evoca indudablemente a un buen vino. Y naturalmente los amantes del buen vino francés podrán encontrar aquí algunas de las mejores bodegas de Francia. Los viñedos cubren muchas de las ondulantes colinas de Borgoña y la Unesco los incluyó en la lista de Patrimonio de la Humanidad por su gran valor etnográfico. Pero Borgoña también atesora algunos pueblos con gran encanto y un patrimonio histórico realmente espectacular.
Su capital Dijon es una preciosa ciudad de tamaño medio y además Borgoña posee también gran numero de importantes iglesias y abadias: Cluny, Vezelay, Tournus, Paray-le-Monial. Estas convierten a la región en uno de los lugares más importantes donde disfrutar de la arquitectura medieval en especial de los estilos románico y gótico.
Occitania y Aquitania
La región histórica de Occitania cubre una extensa zona del sur francés desde los Pirineos centrales hasta el río Ródano. Aquí podemos encontrar grandes ciudades de gran interés turístico como Toulouse o Montpellier. Y otras de menor tamaño y gran encanto como Carcassone, Albi o Nimes.
La Occitania es perfecta para realizar rutas senderistas tanto en montañas de gran altitud como los Pirineos, o en cotas más bajas. La región está surcada por algunos grandes ríos en especial el Garona que permite incluso realizar cruceros gracias al Canal du Midi.
Si todo esto no es suficiente se puede seguir la ruta de los castillos cátaros en las cimas más recónditas o recorrer algunos de los tramos más interesentates del camino de Santiago en suelo francés. Algunas de las iglesias románicas más bellas se encuentran aquí como Sainte-Foy de Conques.
Como no podía ser de otro modo la gastronomía de esta parte del sur de Francia es espectacular, platos como la cassoulet o el confit de pato son prueba de ello.
Por su parte la Aquitania se extiende desde el país vasco francés, por toda la zona costera atlántica de Francia hasta el estuario del Garona, uno de los grandes ríos franceses. Aquí podemos encontrar dunas kilométricas, enormes viñedos, ciudades tan importantes como Burdeos y pequeñas ciudades medievales como Sarlat-La-Caneda o Perigueux.
Esta zona sur de Francia está bien conectada con España por carretera, especialmente por las autopistas y carreteras cercanas a la costa, ya que los Pirineos impiden en muchos casos la conexión entre ambos países. En todo caso, en el Pirineo Central el largo túnel de Somport con más de 8,6Km permite transitar entre España y Francia de forma rápida.
El avión es otra de las opciones que permite llegar a esta región, en la que podemos encontrar los aeropuertos internacionales de Toulouse y Burdeos, que se encuentran entre los más transitados de Francia.
Provenza
La Francia más mediterranea, la Provenza, es también una de las regiones más hermosas y con más contrastes del país. Desde las estrivaciones de los Alpes, hasta las playas de fina arena de la Costa Azul. Desde las residencias más exclusivas de Saint Tropez, los casinos de Niza y el festival de cine de Cannes hasta los barrios más humildes de Marsella, una de las ciudades con mayor inmigración de Francia.
Desde el punto de vista de la naturaleza destaca la Camarga, una zona inundada por la desembocadura del caudaloso Ródano. esto crea un ecosistema único en Europa y que es parada obligada para miles de aves en sus viajes migratorios. Aquí también puede encontrarse una raza de caballos asilvestrados y multitud de mamíferos, como jabalíes o zorros.
Tampoco hay que perderse la hermosa Aviñón, la ciudad de los Papas o pueblecitos como Arlés que cobijó a grandes artístas como Van Gogh, Gaugin. También Picasso vivió muchos años aquí en una enorme casa en la localidad de Mougins, cerca de Cannes.
Qué comprar
Quién guste de traerse recuerdos y productos de sus viajes, en Francia podría llenar varias maletas. En la actualidad muchos artículos franceses se pueden conseguir ya en algunas grandes superficies de nuestro país o en tiendas online. Aunque para la mayoría de viajeros sigue teniendo más encanto descubrirlo y adquirirlo en su lugar de origen.
Algo más complicado es hacerse con los centenares de productos regionales de alimentación que solo pueden encontrarse en lugares muy concretos: quesos, embutidos, vinos, frutas, mermeladas, dulces…
Más allá de la gastronomía, Francia también elabora magníficos productos de cosmética, menaje, tejidos, porcelanas etc.
Nos hemos dejado aconsejar por nuestra amiga Raquel, profesora de francés y asidua visitante del país galo, que nos ha recomendado algunos productos franceses.
Jabones y cremas
Algo más al sur, en torno a Toulouse ha resurgido un tanto el cultivo del pastel. Una planta que originó una gran riqueza en la zona, allá por los siglos XV y XVI. Las hojas de la planta del pastel se utilizaban como tinte azul de calidad.
En la actualidad una empresa llamada Graine de pastel ha aprovechado las cualidades medicinales de la planta para crear una gran variedad de jabones y productos cosméticos. Exísten varias encantadoras tiendas Graine de pastel en las ciudades más importantes de la zona Toulousse, Albi, Carcassone, Montpellier y otra también París.
Navajas y cuchillos Laguiole
Por ejemplo, en Francia son muy apreciados los cuchillos y navajas Laguiole. Se comenzaron a fabricar en talleres de Laguiole y Aubrac en los límites de Occitania con la Auvernia. Estas famosas navajas llevan un muelle en el cierre decorado con un simbolo de una abeja. La marca no está registrada por lo que distintas empresas en la región utilizan la denominación Laguiole.
Bebidas alcohólicas
Ya en siglo XVIII los monjes de la región vinícola en torno a la ciudad de Reims, al norte de París, pusieron en práctica un método de fermentación único conocido como «champenoise». Estos maestros bodegueros crearon la efervescencia que ha hecho famoso al champagne francés. Llamado así por haber surgido en la región de Champagne, cerca de la frontera con Bélgica.
Francia cuenta con numerosas denominaciones de origen de vinos y otras bebidas espirituosas. En muchas regiones francesas se lleva cultivando la vid durante siglos y casi es un pecado visitar regiones como Burdeos, Borgoña, Coñac o Champagne y no traerse al menos una botella de estos prestigiosos caldos.
Bordados de Alsacia
La región de la Alsacia tiene una larga tradición en el bordado y punto de cruz. Se pueden encontrar numerosos productos y recuerdos, desde pequeños bordados que apenas alcanzan los los 8 o 10€ hasta verdaderas obras de arte bordadas en manteles o colchas.
Estos bordados conocidos como broderie alsacienne utilizan tradicionalmente un hilo rojo muy característico.
Dulces de Francia
La gastronomía gala ha creado algunos de los platos más conocidos del mundo y en el apartado de los postres no iba a ser menos.
En toda Francia se pueden degustar algunos de los más conocidos, por ejemplo, los macarrons, la tarta tatín, distintos tipos de mousse o la Crème brûlée similar a nuestra crema catalana.
Las confiterías más prestigiosas elaboran sus propios productos y son capaces como la Patisserie Christian Strasbourg (ver foto) de ofrecer una docena de tipos distintos de trufas.
Sin embargo, conviene estar atento a las especialidades de cada región ya que podemos encontrar verdaderas exquisiteces como la la tarte de mirabelles de Alsacia que se hace con unos ciruelos de pequeño tamaño muy típicos en la región.
Quesos franceses
Se suele decir que existe un queso francés para disfrutar cada día del año. Puede parecer una cifra exagerada, aunque en realidad se conocen no menos de un millar de tipos de queso galos. Y es que es uno de los alimentos básicos de la gastronomía francesa.
A lo largo del país, las queserías se cuentan por centenares y alguna de sus variedades han traspasado fronteras. Son célebres por ejemplo el Rochefort del norte de Occitania, el Camembert de Normandía o el Emmental de Savoya región limítrofe con Suiza.
Aunque lo que más merece la pena es deleitarse con los quesos propios de cada zona.
Muchos de ellos tienen una escasa producción por lo que solo pueden encontrase en su región de origen.
(Actualizado Septiembre 2021)
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