Obernai es una próspera localidad alsaciana dedicada principalmente a la producción vinícola y al turismo.
Este precioso pueblo situado a tan solo 30 kilómetros de Estrasburgo, conserva un pintoresco centro histórico repleto de casas de entramado de madera y rodeado todavía por parte de las antiguas murallas medievales.
Su monumento más emblemático es la Kapellturm, un altísimo campanario que resulta visible desde muchas de las calles del pueblo.
Pero Obernai posee muchos otros atractivos, sobre todo, alrededor de la encantadora Place de Marché o Plaza del mercado, donde encontramos su elegante Ayuntamiento y el edificio del Mercado del trigo.
Aquí, como en gran parte, de la Alsacia rural se habla no sólo francés sino también alsaciano. Una atávica lengua germánica que tiene hoy aproximadamente unos 700.000 hablantes en esta región de Francia.
Además, encontramos algunos carteles en alemán, ya que la frontera queda a apenas 20 km y muchos turistas son de esa nacionalidad. Por todo ello, muchos obernoises son en mayor o menor medida trilingües.
Y es que la Alsacia posee una atractiva mezcla de influencia francesa y alemana que se manifiesta en su arquitectura, su gastronomía y por supuesto, en su atribulada historia.
La manera más cómoda de conocer la región es con alguna excursión por Alsacia con Civitatis.
Breve historia de Obernai
Santa Odilia
A finales del siglo VII muy cerca de Obernai se levantó la abadía de Hohenbourg, fundada por Saint Odile, considerada la patrona de la Alsacia. En el Mont Sainte-Odile se encuentra su tumba y por ello es el lugar de peregrinación más importante de la Alsacia.
El primer documento en el que se cita la localidad de Obernai data del 778, aunque en aquel momento bajo la denominación de Ehenheim.
Durante varios siglos la villa y sus alrededores pertenecieron a las abadías de Hohenbourg y Niedermunster.
Ciudad imperial
En 1240 Obernai se desligó de la autoridad eclesiástica gracias al apoyo de la familia Hohenstauffen, a la que pertenecía el emperador Federico II y alcanzó la condición de ciudad. Ello le permitió construir unas murallas y dotarse de una autoridad fiscal y jurídica propia, así como organizar ferias y mercados.
Algunos años más tarde Obernai se convirtió en Ciudad Imperial, una posición que le permitió mayor autogobierno y prosperidad.
A mediados del siglo XIV el Sacro Imperio Romano Germánico mostraba signos de debilidad frente a la pujanza de otros reinos. Por lo que, en 1354, diez localidades alsacianas decidieron unir sus fuerzas creando una alianza conocida como Dekapolis, que duró más de tres siglos.
Entre aquellas prósperas ciudades estaba Obernai, pero también Colmar o Rosheim.
El momento de mayor esplendor de Obernai tuvo lugar entre los siglos XV y XVI de los que todavía se conservan testimonios como el Mercado del trigo, el Patio Fastinger o el Pozo de los seis cubos.
Siglos XVII-XX
Tras la Guerra de los Treinta Años y la posterior firma de la Paz de Westfalia (1648), el Sacro Imperio perdió su hegemonía en Europa Central. Esto propició que años más tarde el Reino de Francia se anexionara gran parte de la Alsacia y Obernai y las otras ciudades perdieron su autonomía.
En 1871 el pujante Imperio alemán volvió a ocupar la Alsacia y la mantuvo en su poder hasta su derrota en la Primera Guerra Mundial en 1919.
De nuevo la Alemania de Hitler volvió a anexionarse la Alsacia en 1940 y construyó el campo de concentración de Struthof-Natzweiler. Este fue el único campo de este tipo levantado en suelo francés y se encontraba a tan sólo 25 km de Obernai.
El 23 de noviembre de 1944 las tropas aliadas liberaron Estrasburgo, la capital alsaciana y tres días después hacían lo propio con Obernai.
Qué ver en Obernai
Obernai es un agradable pueblo en el que pasar un día o una estancia corta visitando otros enclaves de los alrededores. Por ejemplo, el encantador pueblo de Rosheim, situado a sólo 6 kilómetros o la exuberante naturaleza de los Vosgos.
El mayor aliciente del pueblo es pasear por su pintoresca Ciudad vieja (Vieille ville), con calles flanqueadas de maisons à pans de bois o casas de entramado de madera. Se trata de un tipo de arquitectura tradicional propio del norte de Francia y de territorios del ámbito germano.
Obernai posee varios monumentos destacables, sin embargo, la mayoría de ellos han de disfrutarse desde el exterior, salvo la iglesia de San Pedro y San Pablo. Aunque si se puede entrar en sus numerosas tiendas de productos típicos alsacianos y sus muy recomendables restaurantes.
El Campanario
La Kapellturm (literalmente torre de la capilla) es un esbelto campanario del siglo XIII que alcanza los 60 metros de altura. La torre y el coro son los únicos vestigios que quedan de una antigua capilla ya desaparecida.
Merece la pena fijarse en la balconada gótica en la parte alta y las diversas gárgolas que merodean en el campanario y el coro.
La torre que cumplía también las funciones de atalaya defensiva y no parece muy distinta a los que encontramos en otros lugares de Bélgica y el Noroeste de Francia designadas como Patrimonio de la Humanidad. Véase por ejemplo las Torres de la ciudad de Brujas.
Plaza del Mercado
La Place du Marché es el corazón del pueblo, un agradable espacio repleto de jardineras con arbolitos y flores, siempre bullicioso y rodeado de los edificios más relevantes de Obernai.
El Hôtel de Ville o Ayuntamiento se encuentra junto al campanario, que lo ensombrece con su gran altura. Sin embargo, este bello edificio de origen renacentista bien merece una mirada más detenida. En él destaca, sobre todo, su ornamentada balconada de principios del siglo XVII.
Al lado del Ayuntamiento se sitúa la Fuente de Santa Odilia, levantada en 1904 para celebrar la llegada del agua corriente a Obernai.
La Halle aux Blés (o Mercado del trigo) es uno de los edificios más representativos y singulares de la localidad. Se trata de la antigua carnicería pública, construida en estilo renacentista en 1554 y cuyo exterior está decorado con pequeñas cabezas de bovino.
Muestra un tejado a dos aguas y el hastial triangular de la fachada típico de la arquitectura tradicional alsaciana. En la actualidad la Halle aux Bléses un restaurante muy popular y turístico.
La cour Fastinguer, es un precioso patio interior del siglo XV con balcones de madera y un pozo. Al ser de propiedad privada uno debe contentarse con contemplarlo a través de una verja. (68 Rue du Général Gouraud)
Plaza de la Estrella
La irregular y sinuosa Place de l’Étoile es uno de los lugares más pintorescos de la villa, a pesar de ser utilizada parcialmente como aparcamiento, lo que la desluce en gran medida.
En torno a esta plazuela se apiñan algunas de las casas de entramado de madera con más encanto de la villa. Varias de ellas conservan sobre la puerta una gran piedra tallada con la fecha y el emblema de su gremio.
La mayoría datan del siglo XVI y XVII y abundan los emblemas de viticultores.
Muy cerca podemos ver otros lugares de interés como el Callejón de los judíos (Ruelle des juifs) o la Casa Románica (Maison Romane), probablemente el edificio más antiguo de Obernai ya que está datado hacia 1240.
Murallas
Obernai tuvo una doble línea de murallas construidas en los siglos XIII y XIV que protegían esta próspera localidad medieval. El perímetro amurallado interior tenía unos 1400 metros y era custodiado por veinte torres y cuatro puertas. Las murallas exteriores, que envolvían a las primeras, contaban con otra docena de torres.
La mayor parte de las murallas se han perdido, pero se conservan todavía varios centenares de metros en el lado oriental del casco histórico en paralelo a Rempart Maréchal Foch.
En este lugar podemos encontrar un par de robustas torres y la Sinagoga de Obernai, justo al lado de una de las antiguas puertas de la ciudad.
Iglesia de San Pedro y San Pablo
En un pueblo en el que la mayoría de edificaciones son de pequeño tamaño y no sobrepasan los dos pisos, sorprende encontrar la imponente iglesia de San Pedro y San Pablo.
Se inauguró en 1872 en estilo neogótico sobre una iglesia anterior medieval y tiene las dimensiones de una gran catedral. Aunque no tenga el encanto de templos más añejos no hay que olvidar su visita.
A dos pasos tiene mucho más interés el Pozo de los Seis cubos (Puits à Six Seaux). Una obra de estilo renacentista de 1579, cubierta una decoración exuberante con motivos vegetales y extraños personajes. En el cercano pueblo de Rosheim existe otro pozo parecido con el mismo nombre.
Como llegar desde Estrasburgo
La cosmopolita Estrasburgo es un buen punto de partida para visitar la Alsacia, enclavada administrativamente desde 2014 en la región de Grand Est. La Alsacia cuenta con excelentes carreteras y también con una buena red ferroviaria lo que permite visitar cómodamente pueblos como Obernai.
Existe al menos un tren cada hora entre Estrasburgo y Obernai y el trayecto dura aproximadamente 30 minutos.
Para consultar los horarios y precios puede visitarse la página oficial OUI sncf.
Dónde comer
Obernai puede presumir de tener una variada oferta gastronómica. Los restaurantes abundan por ejemplo en la Rue du Marché, una de las calles más comerciales y turísticas.
Sin embargo, si uno desea disfrutar de la auténtica comida casera alsaciana nada mejor que comer en L’Agneau d’Or. Un pequeño restaurante tradicional en el que se suelen ver pocos forasteros, ya que está fuera de la zona más transitada.
Pruebe platos tradicionales como los Lewerknepfle, unas albóndigas de hígado servidas con patatas o los Filets d’oie en civet, filetes de oca estofados. Para los que prefieran algo más ligero, hay también ensaladas, pasta y choucroute.
Conviene, eso sí, presentarse no más tarde de las 13:00h o no se conseguirá mesa.
Dónde dormir
El Gouverneur Hotel es probablemente el hotel con más encanto de todo Obernai. Se encuentra instalado en una mansión del siglo XVI que cuenta con un patio interior ideal para el buen tiempo.
El hotel se encuentra junto a las murallas y la sinagoga a apenas 3 minutos a pie de la Plaza del Mercado.
Enlaces de interés:
Turismo de Obernai
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