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Situado a apenas 25 kilómetros al sur de la ciudad de Santander, Liérganes es una pequeña localidad muy atractiva por su abundante patrimonio histórico. En especial por el gran número de casonas nobiliarias de los siglos XVII y XVIII.
Por ello, su conjunto urbano fue declarado de interés histórico-artístico nacional hace ya casi medio siglo y también forma parte de la asociación de Los Pueblos más bonitos de España.
A pesar de su cercanía a la costa cántabra, Liérganes pertenece a la comarca de los Valles Pasiegos, de la que es su límite septentrional.
Los Valles Pasiegos están cubiertos de colinas siempre verdes, pueblecitos desperdigados, y carreteras serpenteantes que trepan hasta más allá de los 1000 metros en dirección sur, hasta los límites con la provincia de Burgos.
El Ayuntamiento de Liérganes está formado por más de una docena de aldeas y barrios más o menos dispersos, de los que Mercadillo es el núcleo central y donde se concentra la mayor parte de construcciones de interés.
Aquí podemos encontrar un precioso puente medieval, así como una de las plazas más encantadoras de Cantabria, la plaza del Marqués de Valdecilla.
Una buena manera de conocer el pueblo es haciendo una visita guiada a Liérganes con Civitatis. Que ofrece también excursiones al cercano Parque de Cabárceno o Santander.
Breve historia
El municipio de Liérganes comienza a cobrar cierta importancia en la Baja Edad Media.
Entre los siglos XIV y XV se levantó la iglesia gótica de San Sebastián y San Pantaleón, considerada la construcción más antigua de la localidad. Mientras que el elegante Puente Mayor se terminó de construir en 1606.
Las tierras en torno a Liérganes no eran aptas para el trigo, sin embargo, a principios del siglo XVII se introdujo el cultivo del maíz. Este cereal se adaptó perfectamente al clima montañés y supuso una pequeña revolución en la agricultura de la zona haciéndola mucho más rentable.
La fábrica de Artillería
En tiempos de Felipe III, España se hallaba inmersa en varios conflictos, especialmente en la Guerra de Flandes, por lo que precisaba de una gran cantidad de armamento. Por ello se le ofreció a Jean Curtius, un empresario armamentístico de Lieja, la posibilidad de instalar una fábrica en España.
Tras un primer fracaso en Vizcaya, Curtius eligió Liérganes, ya que le ofrecía las condiciones ideales para instalar allí la industria. El caudaloso río Miera proporcionaría energía, los bosques y minas de hierro cercanas las materias primas, así como una mano de obra local muy barata. Curtius trajo consigo también fundidores desde Lieja y Flandes, en algunos casos familias enteras.
En 1622 se instaló finalmente aquí la primera factoría de fundición de hierro de España, dedicada a la fabricación de piezas de artillería, cañones y municiones. Pronto se convirtió en un gran centro industrial y económico que trajo la prosperidad a la zona.
Una de las principales calles del pueblo lleva el nombre del industrial Jean Curtius, muerto en Liérganes en 1628. En su Lieja Natal podemos ver el magnífico Museo Gran Curtius instalado en su propia mansión.
Los altos hornos conocidos como Real Fábrica de Artillería de La Cavada se situaron en los municipios de Liérganes y Riotuerto. La actividad de estas factorías tuvo muchos altibajos, ya que dependía de si España se encontraba en guerra o no. Tras más de 170 años en activo la factoría de Liérganes cerró en 1795 y La Cavada lo hizo en 1835.
Uno de los escasos vestigios que quedan en Liérganes de aquella factoría de artillería es la señorial Casa de los Cañones flanqueada por dos cañones de la época.
Mientras que a cinco kilómetros de Liérganes puede visitarse el pequeño Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada.
El Balneario de Liérganes
En 1862 se instaló un balneario en el enclave de la Fuente Santa, un conocido lugar con aguas termales en Liérganes. De hecho, ya eran conocidas las propiedades medicinales de sus aguas al menos desde hacía 200 años.
Los baños en estas instalaciones sedujeron al mismísimo Alfonso XIII que pasó aquí varias temporadas, en las que se le reservaban zonas de baño para su uso exclusivo.
El balneario trajo consigo al pueblo una estación de tren, mejores infraestructuras, hoteles y en definitiva: turismo.
Hoy el Balneario de Liérganes, aunque algo anticuado, sigue siendo uno de los grandes atractivos turísticos de la zona.
Qué ver en Liérganes
Liérganes es decididamente uno de los pueblos más bonitos de Cantabria y una escapada perfecta, ya sea desde Santander o cualquier localidad turística de la costa. Además, está perfectamente comunicado, ya que se encuentra a apenas 5 kilómetros de la Autopista A-8, que cruza Cantabria de parte a parte.
Liérganes se debe visitar sin prisa, paseando por sus agradables calles flanqueadas de casonas hidalgas y largas balconadas de madera.
Si se quiere explorar más a fondo, en la Oficina de turismo se puede recibir información y un práctico mapa para localizar los edificios más significativos de la localidad.
Lamentablemente no se puede ver el interior de ninguna de las casonas históricas, lo que haría mucho más interesante la visita a Liérganes y sin duda, prolongaría la estancia de los turistas.
El Puente Mayor
El lugar más icónico y fotografiado de Liérganes es, indudablemente, el Puente Mayor, un hermoso puente de piedra de dos arcos, construido entre 1587 y 1606.
A finales del siglo XVI se realizó un enorme esfuerzo por mejorar las comunicaciones y este puente permitió conectar la costa cántabra con la meseta.
Se piensa que anteriormente ya había un puente aquí, quizá destruido por una avenida de agua. Lo cierto es equivocadamente a menudo se le conoce como Puente Romano.
El Puente Mayor de Liérganes es fotogénico desde varios puntos de vista, de manera que lo mejor es bajar junto a la orilla, cruzarlo, rodearlo y admirarlo desde varios puntos de vista.
El Molino y el Hombre pez
A dos pasos del puente encontramos, en perfecto estado, un molino con dos arcos, construido en 1667 junto al río Miera.
Este molino harinero estuvo en activo hasta finales del siglo XIX. La fuerza del agua movía dos grandes ruedas que molían el cereal y que todavía pueden verse dentro.
Su escueto interior se ha habilitado como Centro de Interpretación del Hombre Pez. La leyenda se mezcla con la realidad en la vida de Francisco de La Vega, nacido en Liérganes en 1660. Este hombre sufría deficiencias mentales y enfermedades de la tiroides, por lo que su piel tenía descamaciones y un aspecto pálido.
Sus dolencias mejoraban en ambientes húmedos, por lo que pasaba mucho tiempo dentro del agua y se hizo gran nadador. Parece ser que fue encontrado en alta mar por unos pescadores de Cádiz y fue llevado de nuevo a Liérganes.
La Plaza del Marqués de Valdecilla
Esta amplia plaza ha permanecido casi inalterada y mantiene un aspecto muy similar al que debió tener allá por el siglo XVIII, lo que le confiere un enorme encanto.
En un costado encontramos una gran casona con una larga balconada de madera, habitualmente engalanada de plantas y flores. Y en la esquina un gran blasón nos anuncia que perteneció a la ilustre familia de los Cuesta-Mercadillo.
Pero es la recia Casa de los Cañones construida entre 1714 y 1716 la que preside la plaza. Sorprende su escasa decoración, salvo quizá el almohadillado en torno a la puerta principal y el balcón volado.
Su sobrenombre se debe a los dos grandes cañones que adornan las esquinas de la fachada. Aunque, también se la conoce como la Casa de los Cantolla, la familia de atávico abolengo a la que pertenecía.
Otros edificios de interés
La localidad de Mercadillo, corazón de Liérganes, tiene unas pocas de calles donde se concentran los edificios de interés. Son principalmente las calles Jean Curtius, Camino Real y Mercadillo. En ellas podemos encontrar por ejemplo las Casas de Rañada y Portilla del siglo XVII.
Una de las casas más antiguas del pueblo es la Casa Setién, del siglo XVI y que cuenta con interesantes elementos platerescos.
Pero es probablemente el Palacio de la Rañada (o Cuesta-Mercadillo) la casona más impresionante de Liérganes. Construido por Juan Cuesta Mercadillo en el primer tercio del siglo XVIII, en él se recogían las rentas que los campesinos pagaban al señor.
En una calleja en cuesta encontramos otro edificio interesante: la Casa del intendente Riaño con su historiado blasón en lo alto de la fachada.
Curiosamente las dos iglesias que encontramos en Liérganes no ocupan un lugar preminente en el centro del pueblo, sino que están en las afueras, en un altozano.
El templo más antiguo es la iglesia de San Pantaleón (y de San Sebastián) aunque suele predominar el primer santo ya que es el patrón del pueblo. Se trata de una iglesia de origen gótico en el que destaca su humilde portada y la altiva torre. Merece la pena subir hasta aquí ya que se tiene una bonita vista del pueblo.
El otro templo destacable es la iglesia de San Pedro Advíncula, una construcción maciza netamente barroca de principios del siglo XVII. Ambas suelen encontrase cerradas salvo en horario de culto.
Mercado de los domingos
Otro de los atractivos de Liérganes es el mercado callejero que todos los domingos se instala a lo largo del Paseo del Hombre Pez, frente al Hotel El Cantábrico.
Este mercadillo destaca por los numerosos puestos de productos locales que atraen a gentes de los pueblos de alrededor. Así podemos encontrar embutidos, quesos, frutas, verduras, panes, bollería tradicional. Aunque también calzado, ropa, plantas, joyería y demás abalorios.
Si se visita Liérganes un domingo en coche conviene llegar pronto ya que el aparcamiento de la estación suele quedar desbordado.
Dónde dormir en Liérganes
A parte del balneario hay otros alojamientos muy bien valorados como el Hotel Miera, que ofrece una inmejorable relación calidad/precio.
Por su parte La Calleja Real es un pequeño hotel ubicado en una casona tradicional y decorado con mucho encanto tanto en las zonas comunes como en las habitaciones. Situado en la zona más bonita del pueblo.
Artículo escrito por David.
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