La capital de Lituania también se conoce en español como Vilna
Plaza del Ayuntamiento de Vilnius (Town Hall square)

Plaza del Ayuntamiento de Vilnius

Vilnius, la capital de Lituania posee un encantador centro histórico, compacto y no demasiado grande, en el que resulta delicioso perderse. Y ese es precisamente su mayor encanto, callejear sin rumbo y tropezarse a cada paso con alguna de las decenas de iglesias barrocas y palacetes que salpican su casco antiguo.

Curiosamente el centro histórico de las tres capitales bálticas (Tallin, Riga y Vilna) fueron declarados Patrimonio de la Humanidad, pero la capital lituana es quizá la más desconocida de ellas.

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Que ver en Vilnius (Centro histórico)

La animada Pilies gatve, la calle principal del centro de Vilnius

La animada Pilies gatve, la calle principal del centro de Vilnius

Las calles Pilies y Didžioji

El centro histórico de Vilnius se articula en torno al eje de Pilies gatve y Didžioji gatve. Estas dos calles, prolongación la una de la otra, conectan la Plaza de la Catedral (Katedros aikštė) y la Plaza del Ayuntamiento (Rotušės aikštė). Y cualquiera que visite la ciudad las recorrerá en algún momento y quizá en más de una ocasión.

Pilies gatve podría considerarse el corazón turístico de Vilnius, atestada de restaurantes, hoteles y tiendas de recuerdos. A pesar de ello es una calle empedrada muy agradable, prácticamente peatonal, por los pocos vehículos que se aventuran hasta aquí. Y en la que no es difícil encontrar músicos callejeros y cafeterías acogedoras.

Si se desea huir del bullicio, basta con tomar alguna de las calles adyacentes. Hay unos callejones perpendiculares con mucho encanto como Bernardinu o Skapo.

Por su parte Didžioji gatve bordea el Ayuntamiento a mitad de su recorrido. Bien podría ser la calle más elegante de la ciudad, flanqueada de edificios señoriales, iglesias y museos.
La espléndida Plaza del Ayuntamiento, amplia y con una forma curiosamente triangular se encuentra rodeada de bonitos edificios de influencia barroca, sin que ni uno solo rompa la armonía del conjunto.
No es mala idea hacer una primera parada en la Oficina de Turismo de Vilna, situada en la planta baja del Ayuntamiento para proveerse de un mapa y algunos folletos turísticos.

Campanario y Catedral de Vilna

Campanario y Catedral de Vilna

Plaza de la Catedral

La Plaza de la Catedral podría considerarse el lugar de referencia de Vilnius. Allí donde convergen la Ciudad Vieja y la Nueva y donde se sitúan algunos de los edificios más importantes de la capital.
Sin embargo la Catedral de Vilna, no es ni mucho menos una de las iglesias más bellas. Se trata de un edificio neoclásico bastante insulso, con aspecto de museo decimonónico, donde destaca únicamente la rebosante capilla de San Casimiro de estilo barroco.

Frente a la fachada se situa un campanario exento de 57 metros de altura, que realmente era una de las torres de la antigua muralla y que cuenta con diez grandes campanas de los siglos XVI y XVIII.
El verdadero valor de este lugar reside en que en 1251 el rey Mindaugas hizo construir aquí una catedral tras convertirse al cristianismo.
Parece ser que en este emplazamiento ha habido una catedral desde entonces. Pero la catedral gótica y posteriormente la barroca fueron destruidas y tuvieron que volver a reconstruirse.

A su lado, el también muy restaurado Palacio de los Grandes Duques de Lituania alberga en su interior el Museo Nacional de Lituania con una gran colección sobre la historia del país.
En la plaza destaca también la estatua ecuestre de Gedimidas, considerado el fundador del Gran Ducado de Lituania y que con sus conquistas engrandeció el imperio en el siglo XIV. En verano los turistas compiten por conseguir la sombra proyectada por la estatua, en la que curiosamente el Gran Duque marcha a pie delante del caballo.

Iglesia gótica de Santa Ana (Šv. Onos bažnyčia)

Día de boda en la iglesia gótica de Santa Ana (Šv. Onos bažnyčia)

Tras el palacio, sobre una colina cubierta de verde y grava, se halla la Torre Gediminas, una modesta torre de ladrillo. A pesar ello se trata de uno de las construcciones más simbólicas de la ciudad. Ya que en su día aquí se levantaba el castillo de la capital de Lituania. Durante 2018 está en obras y no es posible subir a la colina, uno de los mejores lugares desde donde otear la ciudad.

En su lugar se puede subir, algo más allá, a la Colina de Las Tres Cruces. El camino es bastante empinado y conviene tener una mínima condición física, pero las vistas del centro de Vilnius bien merecen el esfuerzo de la subida.

La iglesia de Santa Ana

Situada muy cerca del río Vilna, que dio nombre a la ciudad, encontramos la iglesia de Santa Ana (Šv. Onos bažnyčia), quizá la más bella de todas. Esta pequeña iglesia gótica construida enteramente de ladrillo posee una fachada espectacular con altas torres y agujas caladas. Según parece fue construida con más de 30 tipos distintos de ladrillo y a pesar de ello el conjunto posee una encantadora armonía.

El interior es escueto, en comparación con la artificiosa entrada, pero su techo relativamente bajo, para una iglesia gótica, permite ver de cerca la belleza de sus bovedas de cruceria.
Justo detrás, el monasterio de Bernardinos también construido gran parte de él en ladrillo, parece abrazar a la iglesia de Santa Ana. Este conjunto eclesiástico levantado junto a un meandro del río y rodeado de jardines es uno de los lugares con más encanto de la ciudad.

Patio Mayor de la Universidad de Vilnius

Patio Mayor de la Universidad de Vilnius

la Universidad

El otro grupo arquitectónico de gran interés es sin duda la Universidad de Vilna.
Fundada en 1579 sobre la base de un colegio jesuita, constituyó uno de los grandes focos culturales de la República de las Dos Naciones de Polonia y Lituania. Sin embargo no se pudo mantener ajena a las vicisitudes políticas del país. En 1832 el Zar Nicolás I de Rusia la clausuró y durante la ocupación nazi en la 2ª Guerra Mundial también se vio obligada a cerrar sus puertas.

Durante el régimen soviético entre 1944-1990, se mantuvo operativa, pero supeditada a los dictados de Moscú. Con la independencia de Lituania la Universidad volvió a disfrutar de un régimen de autonomía y en la actualidad acoge a más de 23.000 alumnos y unos cuantos turistas que pululan por sus eruditos pasillos y patios.

La Universidad actual es un complejo de edificios interconectados entre sí por trece patios y varios pasajes. El patio Mayor es sin duda el más imponente de todos, no sólo por su tamaño, sino también por los frescos que se conservan en dos de las fachadas y porque a él se asoma la fachada de la iglesia de los Santos Juanes. Una bonita iglesia barroca de mediados del siglo XVIII, donde destacan sus recargados confesionarios pintados, sin duda centenarios.
No hay que perderse los muy recientes frescos pintados por el artista Petras Repšys en el Centro de Estudios Lituanos. Las pinturas crípticas y evocadoras al mismo tiempo beben de la mitología lituana y parecen tener influencias naïf y surrealistas.

Puerta del Alba que alberga la venerada capilla de la Madre de la Misericordia

Puerta y capilla del Alba

La capilla del Alba y otras iglesias

Al sur del centro histórico pervive la Puerta del Alba o de la Aurora (Aušros vartai), la última de las puertas de la ciudad que se conserva de las antiguas murallas. Su exterior recio y sobrio contrasta con la capilla de la Madre de la Misericordia que se halla en su interior. Esta sobrecargada capilla tiene sus paredes cubiertas de placas metálicas en bajo relieve, mostrando escenas religiosas. Este lugar con la imagen de la virgen en su centro es uno de los lugares más venerados del país, por lo que está habitualmente llena de flores.

La pintura de la Bendita Virgen María datada en el siglo XVII, es reverenciada tanto por católicos y ortodoxos como uniatas (iglesia católica oriental). Curiosamente es una de las pocas representaciones de la Virgen en la que aparece en solitario, sin el niño.

Siguiendo la calle Aušros Vartų en dirección al Ayuntamiento hay que estar atento para encontrar un arco apuntado que da acceso a un pequeño jardín. Allí encontramos la artificiosa y colorida iglesia ortodoxa del Santo Espiritu (Šv. Dvasios cerkvė). La cripta guarda los restos de varios martires, pero lo más destacable es su llamativo altar barroco pintado de un refulgente verde esmeralda.
Callejeando por esta parte de Vilnius se puede encontrar una iglesia mucho más modesta y sobria pero con enorme encanto.

San Nicolás (Sv. Mikalojaus) construida en el siglo XIV en estilo gótico es una de las iglesias más antiguas del país. Destaca su fachada plana con hastial escalonado y las bonitas bóvedas estrelladas de su interior. Lejos del alboroto de otras iglesias más turísticas, San Nicolás transmite un enorme sosiego.

Museo de las víctimas del Genocidio de Vilnius

Museo de las víctimas del Genocidio de Vilnius

Alrededor del Centro

Desde la Catedral, en dirección a los barrios nuevos, nace la avenida más imponente de Vilnius: Gedimino Prospektas, ancha, señorial y flanqueada de edificios ostentosos. Que puede recordar en algunos tramos al Camino Real de Varsovia, una ciudad con la que evidentemente guarda no pocas afinidades históricas y culturales. Ambas formaron parte de la pujante República de las Dos Naciones durante más de dos siglos (1569-1795).

En esta avenida se encuentran el Teatro Nacional, el Banco de Lituania y a dos pasos, el museo más interesante de Vilnius.

Museo del Genocidio

El Museo de las víctimas del Genocidio de Vilnius se abrió en 1992 (apenas un año después de la independencia de la URSS) en la antigua sede de la Agencia de Seguridad Sovietica, más conocida como KGB.

Antigua prisión de la KGB (Museo de las víctimas del Genocidio)

Antigua prisión de la KGB (Museo de las víctimas del Genocidio)

El edificio algo destartalado y ajado apenas ha cambiado su aspecto, lo que contribuye a crear un ambiente opresivo y desasosegante. A lo largo de las pequeñas salas se van desgranando distintos aspectos de las brutales represalias que sufrió el pueblo lituano bajo el poder soviético: Las detenciones masivas, las deportaciones, los campos de trabajo (gulags), la guerra de los partisanos…
Una exposición impresionante que cuenta con una labor de documentación absolutamente brutal, con fotografias, documentos y objetos de gran valor.

Sin embargo la parte más siniestra del edificio son, sin duda, los sótanos donde estaba la prisión de la KGB. Y que se muestra tal y como la dejó la Policia secreta cuando desalojó el lugar en 1991. Meterse en alguna de las celdas y recorrer el húmedo y perverso pasillo es capaz de helar la sangre a cualquiera.
Una visita absolutamente indispensable en Vilna, para descubrir una parte de la historia de Europa silenciada durante décadas.

Camareras en su descanso (Barrio de Uzupis)

Camareras en su descanso (Barrio de Uzupis)

República de Uzupis

Cruzando el río Vilna, uno ya es consciente de adentrarse en otro mundo. No ya por el cartel entre desafiante y hippie de la República de Uzupis, sino sobre todo por los sugerentes murales y el indisimulado ambiente bohemio del barrio.

Quizá en otra capital con mucha actividad alternativa como Berlín, Amsterdam o Barcelona no llamaría tanto la atención. Pero teniendo al lado el barroco y sosegado centro de Vilnius al otro lado del río, sorprende encontrarse con este reducto contestatario y creativo.

La mayoría de turístas se limitan a acercarse a la calle Paupio donde cuelga de los muros la peculiar y a veces absurda Constitución de Uzupis.
Se ha traducido a más de 14 idiomas por lo que los turistas juegan a buscar el cartel en su propia lengua para fotografiarse con ella.

El otro punto de referencia de Uzupis es la plaza con la escultura del Ángel de Uzupis. Un buen lugar, si el tiempo lo permite, donde tomar algo en una de las terrazas de sus cafeterías y restaurantes.
Sin embargo, quizá la parte más genuina de Uzupis son sus numerosas galerías de arte alternativo y sus grafittis, algunos de los cuales son realmente espectaculares.

Plaza del Ángel de Uzupis (Vilna/Vilnius)

Plaza del Ángel de Uzupis (Vilna/Vilnius)

Restaurantes recomendados

Si eres de los que cuando viajas prefieres ir sobre seguro, alimentándote de comida rápida o yendo a restaurantes de cocina conocida tipo italiana o china no te daremos ninguna dirección. Sin embargo, te podemos recomendar un par de restaurantes de cocina lituana, llenos de gente local y con un precio muy interesante.

A dos pasos del Palacio Presidencial se encuentra el Būsi Trečias, con un aspecto de pub añejo, algo sombrío y muy acogedor es un lugar perfecto para tomar una cerveza. Pero dispone de un montón de mesas, incluso un comedor en el primer piso donde cenar platos típicamente lituanos, fundamentalmente carne o brochetas con salsas y ensaladas. Tienen menús en inglés y las amables camareras además también lo hablan perfectamente.

Centro histórico de Vilnius

Centro histórico de Vilnius

Šnekutis es un restaurante de comida lituana bastante económico en el que pides la comida en la barra y te la sirven en la mesa al cabo de un rato. La comida es sencilla pero más que aceptable. Tiene tres locales en Vilna, uno de ellos justo enfrente de la pequeña iglesia gótica de San Nicolás.

Enlaces de interés:
Turismo Vilnius/ Turismo Vilna
Turismo Lituania
Museo Universidad de Vilnius
Museo de las vísctimas del Genocidio de Vilna
Restaurante Būsi Trečias
Restaurante Snekutis

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