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Ibiza es, sin duda, uno de los destinos más atractivos del sur de Europa. Aunque su fama se debe especialmente a su ocio nocturno y vibrante, lo cierto es que también ofrece lugares de ambiente relajado, playas y calas paradisiacas y un patrimonio histórico y cultural de primer orden.
Ferry a Ibiza
La manera más acertada de llegar a la isla es, probablemente, tomando un ferry. La compañía Trasmed ofrece un confortable ferry a Ibiza desde las ciudades de Valencia, Barcelona y Palma de Mallorca. Con muchas frecuencias, especialmente en temporada alta y distintos horarios y precios.
Los ferries a Ibiza de Trasmed cuentan con interesantes comodidades. Entre ellas destacan: poder llevar consigo su vehículo y su mascota. Además, los ferries se distinguen por disponer de butacas y camarotes adaptados para las personas con movilidad reducida.
No en vano, Trasmed pertenece al conocido Grupo Grimaldi, una compañía con más de 75 años de experiencia en el transporte marítimo de mercancías y pasajeros y que opera en más de 130 puertos del mundo.
Qué ver en Ibiza
Diversos enclaves de la isla de Ibiza han sido declarados como Patrimonio de la Humanidad mixto por la Unesco, una distinción excepcionalmente rara en Europa. Esto significa que suponen un ejemplo de la coexistencia del hombre con la naturaleza.
La Unesco destaca la buena conservación de los fondos marinos en torno a Ibiza, los vestigios arqueológicos de origen fenicio de la necrópolis del Puig des Molins o el recinto amurallado de la Dalt Vila en la propia ciudad de Ibiza.
Dalt Vila
La ciudad antigua se encuentra en lo alto de una colina que domina la bahía ibicenca, pero ello no le sirvió para evitar numerosos ataques y saqueos de los piratas berberiscos y los otomanos. Por ello en el siglo XVI Carlos V y más tarde su hijo Felipe II levantaron unas imponentes murallas en torno a la ciudad.
Su acceso principal es el Portal de Ses Taules que se abre en dirección al puerto donde atracan los veleros y los ferries en Ibiza.
Intramuros la Dalt Vila conserva su trazado medieval de callejuelas estrechas y numerosas casonas nobles con patios interiores y ventanas góticas.
Playas y calas
Las playas de Ibiza no se caracterizan por su gran extensión, pero su fina arena, sus aguas cristalinas y el entorno natural las convierten en los lugares más codiciados en los tórridos días de estío.
La Playa d´en Bossa, con dos kilómetros, es la más larga de la isla, pero abundan más las pequeñas calas escondidas entre rocas. Una de las más conocidas es la Cala Salada, no muy lejos de la localidad turística de Sant Antoni.
Ruta de las iglesias blancas
Para los que deseen conocer algo mejor la historia y la arquitectura tradicional ibicencas, nada mejor que recorrer la isla en busca de sus encantadoras iglesias blancas.
Son en su mayoría austeros edificios encalados de los siglos XVIII y XIX. Estas iglesias estaban fortificadas y apenas tienen decoración exterior, ya que estaban concebidas para protegerse de los ataques de los piratas.
Una de las más bonitas es la iglesia Santa Eulàlia en el Puig de Missa, desde donde se tiene unas vistas esplendidas del pueblo y la costa.
Reservas naturales
Todavía quedan enclaves casi vírgenes en torno a Ibiza que han sido declarados espacios protegidos. En la costa de poniente existe una reserva natural que engloba numerosos islotes, entre ellos Sa Conillera y Es Vedrá. Gracias a esta protección en tierra viven numerosos animalillos endémicos y en sus aguas pueden verse docenas de especias marinas.
Por su parte el inmenso Parque Natural de Ses Salines de Ibiza y Formentera incluye diversos enclaves terrrestres de ambas islas, así como toda la franja marina entre ellas. De hecho, el ferry a Ibiza que parte desde Valencia discurre por mitad de este excepcional parque natural.
Qué hacer en Ibiza
Gastronomía
Disfrutar de la suculenta gastronomía ibicenca debería ser uno de los objetivos imprescindibles de todo visitante.
Uno de los platos más representativos es el bullit de peix servido en dos partes. Primero distintos pescados hervidos y después un arròs a banda con el fumet de ese pescado.
El postre tradicional ibicenco por excelencia es el flaó, una especie de tarta de queso elaborada con ingredientes locales.
Vida nocturna
Una visita a Ibiza no sería completa sin salir de fiesta alguna noche. Recorrer los bares, discotecas y clubs como Pacha, Amnesia o Ushuaia. Y tomar una copa en algún local con vistas al mar en la Playa d´en Bossa.
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