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Cracovia se muestra al viajero orgullosa de su abundante historia, capital de Polonia durante siglos, conserva todavía su trazado medieval y su majestuoso Castillo Real.
Recorrer sus calles supone tropezarse a cada paso con una bonita iglesia, un museo o callecitas empedradas. Resulta casi imposible condensar todos sus atractivos en un par de días, pero se puede intentar.
Además su región la llamada Pequeña Polonia o Malopolska rebosa de monumentos, parques nacionales y lugares Patrimonio de la Humanidad que visitar. Por lo que la visita a esta zona quizá tenga que alargarse unos días más.
Cómo llegar del aeropuerto a Cracovia
El pequeño aeropuerto de Cracovia Juan Pablo II se encuentra a apenas unos 15km del centro de la ciudad.
Se puede llegar fácilmente a Cracovia en transporte público. Existen dos líneas de autobuses: la 208 (llega a la estación de trenes al Norte) y la 252 (se dirige al Sur, cerca del Barrio judío de Kazimierz). Si se llega a horas intempestivas también existe una línea de autobuses nocturna la 902.
La manera más rápida de ir del aeropuerto a Cracovia es probablemente en tren, aunque la parada se halla a unos 500 metros por lo que hay que tomar un bus lanzadera.
Web del Krakow Airport
Otra opción por supuesto es coger un taxi o contratar el traslado al hotel de Cracovia.
El centro histórico de Cracovia
El casco antiguo de Cracovia recuerda a un óvalo, pero compacto y no excesivamente grande, ideal para recorrerlo de arriba a abajo. Las antiguas murallas que rodeaban el centro histórico han desaparecido en casi todo su perímetro y en su lugar la ciudad se encuentra ahora rodeada por jardines. El centro histórico de Cracovia fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1978 fue uno de los lugares designados por el comité de la Unesco en la primera reunión que tuvo.
Al sur del centro histórico serpentea plácido el Vístula, uno de los ríos más largos y caudalosos de Europa, y al norte se sitúa la estación del tren. Junto a ella está el mayor centro comercial de la ciudad y al otro lado la estación de autobuses, por lo que no es mal lugar para buscar el alojamiento ya que es una zona con muchos servicios y la mejor comunicada de la ciudad.
A continuación comentamos los lugares imprescindibles que ver en Cracovia:
Las murallas y la calle Floriańska
En la parte norte del antiguo recinto amurallado se halla la Barbacana de Cracovia, una curiosa construcción defensiva de estructura circular y con un pequeño foso en torno a ella. Originalmente se utilizaba para controlar el acceso a la ciudad y estaba conectada a las murallas que estaban unos metros más allá.
Justo detrás de la Barbacana está la puerta de San Florián, una bonita torre fortificada rodeada de uno de los tramos de muralla todavía supervivientes. Por la parte interior de la torre puede verse a cierta altura un bajo relieve de San Florián, el patrón de Polonia, metido en una hornacina con armadura y ondeando su bandera roja.
Éste es el acceso principal al casco antiguo, a través de la calle Floriańska probablemente la arteria comercial más importante de la ciudad, muy concurrida a todas horas tanto de turistas como de habitantes de la ciudad. Floriańska está plagada de restaurantes, hoteles, tiendas de ropa, de recuerdos. También hay diversas casas de cambio aquí llamadas Kantor, donde cambiar złotys, la moneda local.
La Plaza del Mercado
Las elevadas torres de la Basílica de Santa Maríason visibles mucho antes de llegar a la plaza. Pero al llegar junto a la iglesia se abre ante los ojos del visitante la Plaza del mercado probablemente una de las más bonitas del mundo.
La Plaza del mercado o Rynek Główny es inmensa y más bien cuadrada, con la característica poco común de que el centro de la plaza lo ocupa un largo y solitario edificio: la lonja de los Paños. Esta curiosa disposición medieval de la plaza mayor con un edificio central aparece en otras ciudades centroeuropeas como Olomouc en la cercana República Checa o Tarnow también al Sur de Polonia.
La plaza del mercado de Cracovia se considera la plaza medieval más grande de Europa, ya que su trazado se remonta al siglo XIII. Los laterales están ocupados por una línea ininterrumpida de bonitas casas burguesas y palacetes de origen medieval en colores pastel.
En el Rynek Główny sobresale en uno de los laterales, la alta e imponente Basílica de Santa María. La iglesia original databa del siglo XIII pero el edificio fue totalmente reconstruido dos siglos después en estilo gótico, gracias a la aportación de muchos vecinos de Cracovia. No debían ir muy boyantes las arcas ciudadanas ya que eligieron un material muy modesto y barato como el ladrillo. Sin embargo, vale la pena acceder para poder admirar el enorme retablo de Veit Stoss, tallado en madera a finales del siglo XV. Aunque casi más sorprendente aún, es la decoración de sus paredes, en especial sus bóvedas pintadas en azul y oro como un cielo estrellado.
Con el buen tiempo las terrazas de cafeterías y restaurantes cubren gran parte de la explanada. Y los turistas saborean con deleite alguna de las cervezas locales a precios más que asequibles, mientras disfrutan del ajetreo y la gente que pasa por delante.
En la propia plaza hay otros puntos de interés. La lonja de los paños es un edificio renacentista (con añadidos posteriores) alargado y cubierto en sus laterales por anchas arquerías. El edificio fue concebido originalmente para el mercadeo y el trueque de mercancías. En el primer piso se ha instalado la Galería de Pintura y Escultura pero bajo los arcos y en el interior encontramos tiendas de recuerdos y artesanía que merece la pena recorrer.
Al lado de la lonja encontramos una torre gótica, que es la única parte superviviente del antiguo ayuntamiento, demolido en el siglo XIX. La torre fue utilizada como prisión pero ahora forma parte del Museo de Historia de Cracovia y muestra una exposición de fotografías.
Junto a una de las esquinas se encuentra aislada y solitaria la pequeña iglesia románica de San Adalberto, con su característica cúpula verde y ajena a la línea marcadas por el resto de edificios. San Adalberto, construida en el siglo XI, es anterior incluso a la plaza del mercado y literalmente la ciudad creció a su alrededor. Eso resulta incluso más evidente cuando nos asomamos a su interior, cuya planta se encuentra por debajo del nivel del resto de la plaza.
El Collegium Maius
El Collegium Maius es una de las construcciones más singulares de Cracovia. Fue construido en el siglo XV en estilo gótico como sede de la Universidad Jaguelónica, la más antigua de Polonia. Los edificios se articularon en torno a un elegante patio interior rodeado de arquerías con arcos apuntados. Las clases se impartían en la planta baja y en el piso superior vivían los profesores. Alguno de sus alumnos más célebros fueron Nicolás Copérnico o Juan Pablo II.
En la actualidad funciona como Museo de la Universidad y muestra algunas salas bellísimas como por ejemplo la biblioteca o la sala de profesores con su escalera de caracol de madera tallada.
Su colección de instrumentos científicos del medievo es excepcional, en concreto un astrolabio árabe del siglo XI, así como varios globos terráqueos y mapas de gran valor histórico.
Para los más cinéfilos señalar que también se exponen los mayores galardones del cineasta polaco Andrzej Wajda (Óscar, Palma de Cannes, Oso de Oro de Berlín, León de Venecia).
La visita se realiza en grupos reducidos por lo que conviene reservarla con anterioridad en temporada alta.
A apenas dos calles se encuentra la Plaza Szczepański que cuenta con los edificios modernistas más bellos de todo Cracovia. En especial el Palacio de las Artes (Pałac Sztuki) una verdadera joya del art nouveau inspirada en el célebre edificio de la Secession de Viena.
El Palacio de las Artes posee en torno a él un bello y elegante friso dorado con figuras simbólicas en bajo relieve diseñado por el artista polaco Jacek Malczewski.
No es el único edificio modernista de la plaza Szczepański, una de las más bonitas de la ciudad y apenas visitada por los turistas.
El Chopin Concert Hall se halla muy cerca y ofrece conciertos de música clásica a precios realmente competitivos.
Grodzka y otras calles adyacentes
Saliendo de la plaza del Mercado, la calle principal toma aquí el nombre de Grodzka y llega hasta los mismos pies del castillo de Wawell, probablemente el monumento más espectacular de la Cracovia.
La calle Grodzka en su primer tramo parece casi engullida por el turismo ya que está atestada de tiendas de souvenirs, restaurantes y casas de cambios. Sin embargo, vale la pena seguir andando por ella, al menos hasta la Plaza de María Magdalena, una sencilla placita cuadrada desde donde pueden verse dos iglesias la muy barroca Iglesia de San Pedro y San Pablo y justo al lado, la Iglesia de San Andrés con sus dos llamativas torres de cúpulas verdosas. Esta última data del siglo XII y es una de las construcciones más antiguas del país, aunque su interior es posterior, principalmente barroco.
Al otro lado de la Plaza de María Magdalena conviene no perderse la calle Kanonicza, quizá una de las más bonitas de la ciudad, llena de casas nobles, portales blasonados y edificios eclesiásticos.
Sin embargo lo mejor es perderse por la ciudad, alejarse de las calles principales y del enorme flujo de turistas. Callejear sin rumbo fijo puede proporcionar rincones poco transitados y pintorescos. En particular la zona del Convento de los Dominicos y la Plaza Mały Rynek (del Mercado pequeño) tiene mucho encanto.
El castillo Wawel
En la colina de Wawel a orillas del Vístula se asienta el conjunto histórico más importante de Polonia. El primer rey polaco coronado aquí fue Ladislao I en 1320 inaugurando una época de gran esplendor para Cracovia.
Su hijo Casimiro III de Polonia mandó construir el castillo de Wawel, un imponente grupo de edificios que con el tiempo fue ampliado y reconstruido por distintos reyes polacos. El aspecto actual del castillo data del primer tercio del siglo XVI y se realizó en estilo renacentista. Aunque todavía se conservan elementos góticos, por ejemplo en los salones de los apartamentos reales privados.
El castillo de Wawell es sin duda el monumento más importante que ver en Cracovia. Una de las estancias más bellas es la Sala Poselska con su techo cubierto de un elaborado artesonado lleno de cabezas. Mientras que la sala de mayor tamaño es la Cámara del Senado (Senatorska) dónde tuvieron lugar grandes celebraciones y bailes de la corte.
El castillo de Wawel también custodia el Tesoro de la Corona y valiosas colecciones de armas y tapices flamencos.
A su lado se construyó la majestuosa Catedral de Wawel de estilo principalmente gótico y con sus 19 capillas en torno a la nave principal.
En ella fueron coronados 37 reyes polacos y guarda en su cripta los sarcófagos reales. En la catedral también se hallan los sepulcros de polacos ilustres y una capilla renacentista de especial belleza la capilla de Segismundo. En la torre más alta también puede contemplarse la enorme campana de Segismundo labrada en el siglo XVI y con un peso de más de 12 toneladas.
Lo cierto es que hay tanto que ver en el castillo de Cracovia que habría que reservar casi un día entero para visitarlo.
Web del castillo de Cracovia (en inglés)
Kazimierz, el barrio judio
La comunidad judía siempre fue muy numerosa en Cracovia, de hecho en 1938 se calcula que había unos 60.000 judíos, en torno al 25% de la población de la ciudad. Al año siguiente, con la invasión nazi la mayoría se vio forzada a emigrar o acabó en campos de concentración.
El actual barrio de Kazimierz hace años que recobró su esplendor pasado, y aunque la población judía es todavía escasa, aún se conservan siete sinagogas, una de ellas en activo, la de Remuh. Mientras que otra, la Antigua Sinagoga alberga el Museo de historia hebrea.
Entre junio y julio se celebra el Festival de Cultura Judía de Cracovia con conciertos, exposiciones y otras manifestaciones culturales. Se le considera el más importante del mundo en su género.
El barrio de Kazimierz puede que no posea grandes monumentos pero en sus calles se respira un ambiente bohemio realmente sugerente. Merece la pena recorrer la calle Józefa plagada de cafeterías y bares alternativos o la alargada plazuela Szeroka llena de restaurantes a un paso del cementerio judío. No hay que irse de Kazimierz sin visitar el mercado de la plaza Nowy, repleto de puestos de verduras y hortalizas, quesos, panes pero también cachivaches.
Dónde dormir en Cracovia
El Aparthotel Maria es un Guest rooms, quizá modesto pero muy acogedor y casi adorable. Las habitaciones son inmensas y luminosas y al menos la nuestra tenía una estufa antigua de porcelana de más de dos metros de alto en un rincón. En la planta baja cuenta con una cocina muy grande junto al comedor, dónde los huéspedes podían utilizar la nevera y cocinarse alguna cosa.
La situación del Aparthotel Maria es inmejorable, al norte del centro histórico muy cerca de la barbacana y las estaciones de tren y autobuses.
(Totalmente actualizado: Abril 2018)
Enlaces de interés:
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