La ciudad de Cracovia y su provincia, conocida como Pequeña Polonia (Polonia Menor o Małopolska en polaco) posee multitud de atractivos. Esta región es sin duda una de las que cuenta con mayor densidad de monumentos y lugares declarados Patrimonio de la Humanidad del mundo. Nada menos que ocho, la mitad de los de toda Polonia, en un territorio similar al de la provincia de León. La Pequeña Polonia conserva una capital preciosa ( Cracovia, un centro histórico Patrimonio de la Humanidad), además de importantes lugares históricos, iglesias medievales encantadoras y algunos parques nacionales espectaculares.
Historia de Polonia y la Pequeña Polonia
Cracovia fue durante la edad media una ciudad muy próspera y formó parte de la liga Hanseatica, una federación de las más importantes ciudades de Europa central. Cracovia fue capital del estado polaco hasta que en 1596 esa capitalidad se trasladó kilómetros más al norte a Varsovia.
Curiosamente ambas ciudades están bañadas por el rio Vístula, el gran rio polaco con más de 1000km de longitud y que recorre de Sur a Norte todo el país.
Durante los siglos XVII-XVIII La República de las dos Naciones (Polonia y Lituania) conoció un momento de esplendor y expansión territorial que fue detenido por los tres imperios que rodeaban al país. Entre 1772 y 1795 Rusia, Prusia (Alemania) y Austria se repartieron Polonia haciéndola literalmente desaparecer del mapa.
En 1807 se creó el Gran Ducado de Varsovia, pero apenas subsistió ocho años. No fue hasta después de la Primera Guerra Mundial en 1918 que Polonia volvió a existir como estado.
Dato curioso: No es demasiado conocido que el gran director de cine Billy Wilder nació en el antiguo Imperio Austrohungaro, en la localidad de Sucha, actual Pequeña Polonia, a apenas unos kilómetros de Cracovia.
En 1939 Alemania invadió Polonia, hecho que precipitó la intervención de los países aliados y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Con la derrota de Alemania seis años más tarde, la URSS se anexionó gran parte de la Polonia oriental y a ésta la compensaron con territorios alemanes. Con lo que una vez más las fronteras polacas sufrieron drásticos cambios.
Pese a todos estos avatares la Pequeña Polonia o Małopolska es la región polaca que puede considerarse germen del actual estado polaco y una de las que históricamente ha formado parte de manera continuada de Polonia.
Campo de concentración de Auschwitz
A poco más de 60 kilómetros al Oeste de Cracovia se encuentra el Museo estatal Auschwitz-Birkenau. Se puede llegar fácilmente en autobús o tren desde la ciudad o contratando una visita guiada que incluya el transporte.
En mayo de 1940 la Alemania nazi construyó junto a la localidad de Oświęcim (Auschwitz en alemán) el mayor complejo de campos de concentración y exterminio de la Segunda Guerra Mundial. Se calcula que los nazis recluyeron en Auschwicz a más de 1.300.000 personas, la mayoría de ellas judíos, pero también prisioneros de guerra polacos, soviéticos y gitanos. Más de un millón de prisioneros murió en el campo de concentración de Auschwicz.
Se trata de una visita dura y emotiva que puede dejar sin aliento al visitante. Los guías del Museo estatal Auschwitz-Birkenau realizan un recorrido por varios de los barracones del campo, que a modo de sala de exposiciones muestran distintos enseres de los prisioneros como gafas, libros, maletas con los nombres de sus dueños…
Los nazis llevaron un exhaustivo control de los prisioneros y eso puede comprobarse al ver alguna de las fichas que incluía una fotografía a su llegada al campo. Si el visitante puede detenerse un momento a comprobar las fechas de llegada y deceso de alguno de estos prisioneros comprobará que la mayoría apenas sobrevivieron unas pocas semanas o meses.
Pese a todo, el tono del Museo estatal Auschwitz-Birkenau es tremendamente respetuoso y evita caer en lo morboso, ofreciendo datos documentales e históricos para que el visitante saque sus propias conclusiones.
Mediante un autobús lanzadera el visitante puede llegar a Auschwitz – Birkenau, el segundo campo, mucho más extenso y donde todavía pueden verse las vías férreas donde llegaban los trenes repletos de judíos y presos políticos.
Nota: Existen visitas en español, pero conviene informarse con antelación de los horarios.
Consulta los detalles en la web oficial de Turismo de Polonia
Las minas de sal. Wieliczka y Bochnia
Otra de las maravillas que se puede encontrar en la Pequeña Polonia o Małopolska son las famosas minas de sal de Wieliczka, que se encuentran a tan sólo 10 km de Cracovia y constituyen una visita casi ineludible para los turistas. Conviene llegar con tiempo en verano y los fines de semana ya que se produce gran afluencia de gente.
Las minas de Wieliczka son mucho más que un laberinto de galerías excavadas a más de 300 metros de profundidad. Estas minas han sido explotadas desde el siglo XIII y en la actualidad todavía producen sal de mesa.
La ruta guiada se ofrece en varios idiomas incluido el español, y recorre unos 3’5 kilometros de galerías y cámaras subterráneas. Destacan las sorprendentes figuras esculpidas en sal, aunque sin duda la sala más espectacular es la capilla de Santa Kinga, una iglesia excavada en la roca con llamativos relieves y enormes lámparas que cuelgan del techo. Fue construida en 1896 a más de 100 metros bajo tierra y cuenta con capacidad para 400 personas.
Nota: El precio de la ‘tourist route’ es de 89PLN (unos 20€) aunque en julio-agosto sube un poco.
Puede comprobar la lista precios en la página oficial de las Minas de de Wieliczka.
Las minas de sal de Bochnia, situadas a unos 30km al Este son las más antiguas del mundo y también están declaradas como las de Wieliczka, Patrimonio de la Humanidad. Cuentan además con una hermosa iglesia subterránea construida en el siglo XVII. No están tan concurridas y el precio de las entradas es algo más económico.
Parques Nacionales: Montes Tatra y Pieniny
La Pequeña Polonia o Małopolska cuenta con seis parques nacionales y más de una decena de zonas protegidas naturales. Aunque quizá la joya de la corona son los parques nacionales que se encuentran en las estribaciones de los Cárpatos que separan Polonia de Eslovaquia.
Polonia es un país más bien llano, salvo en su tercio más meridional donde se encuentran los poderosos montes Cárpatos. El parque nacional de los Montes Tatra forma parte de esta extensa cordillera que cruza varios países eslavos y es de hecho el único macizo polaco eminentemente alpino, con varios picos que superan los 2300m.
La mejor base de operaciones para visitar la zona es la próspera ciudad de Zakopane, desde la que se puede llegar a varias pistas de esquí o realizar toda clase de actividades relacionadas con la naturaleza.
El parque nacional de los Montes Tatra destaca por la variedad de sus ecosistemas naturales, que van desde las montañas más escarpadas, lagos alpinos, bosques de montaña, hasta los verdes valles y praderas en las cotas más bajas. Todo esto permite la presencia de infinidad de fauna y flora de gran valor ecológico como el oso pardo, el rebeco y el águila real.
El Parque Nacional de los Pieniny o Pieniński se sitúa también junto a la frontera con Eslovaquia, pero frente a las altas cumbres de los Tatra, aquí los montes más altos no alcanzan siquiera los 1000 metros.
El P.N. Pieniny tiene su equivalente al otro lado de la frontera eslovaca. Ambos parques forman un conjunto de gran valor ecológico y paisajístico, en el que destaca el rio Dunajec que separa ambos países a lo largo de varios kilómetros. El Dunajec discurre plácido entre pequeñas colinas boscosas creando hermosos meandros y encantadores recodos.
Y es precisamente el rio, el protagonista de la gran atracción turística de la zona: el descenso en balsa por las gargantas del rio Dunajec. La ruta dura 2 o 3 horas y en ella los hábiles barqueros maniobran en el poco profundo Dunajec en frágiles balsas que transportan ocho o diez turistas.
Sin embargo la mejor manera de recorrer este encantador rincón de los Cárpatos es en bicicleta. No es difícil alquilar una en la cercana localidad de Szczawnica. Desde ella una ruta cicloturista se interna en el parque nacional e incluso en la parte eslovaca sin más aduana que un cartel anunciando la frontera entre ambos países. Muy cerca se encuentra el Monasterio rojo o Červený Kláštor donde bien se puede hacer un alto en el camino.
Tarnów y la herencia judía
Tarnów es con 115.000 habitantes la segunda ciudad de la Pequeña Polonia o Małopolska, aunque su área metropolitana tiene más del doble. Se encuentra a poco más de 80km de la capital Cracovia y es muy accesible a través de la autopista.
Cuenta con un centro histórico pequeño pero muy agradable articulado en torno a la Plaza Mayor (Rynek) casi cuadrada y rodeada de bonitos edificios renacentistas bellamente decorados. En el centro se encuentra el ayuntamiento, una construcción robusta y curiosa en la que destaca sobre todo su elegante torre de ladrillo.
En uno de los vértices de la plaza se levanta el otro gran edificio de la ciudad, la Basílica Catedral de Tarnów. Aunque el edificio original databa del siglo XIV lo cierto es que debido a diversos incendios y colapsos se reconstruyó a finales del siglo XIX en estilo neogótico. Aunque en su interior todavía pueden encontrarse elementos de estilos anteriores.
Merece la pena acercarse al contiguo museo diocesano, apenas unas pocas salas muy humildes, pero que cobijan hermosas muestras de arte sacro de la región.
Hasta la llegada de los nazis, Tarnów contaba con una de las comunidades judías más numerosas de Polonia (unas 25.000 personas), en torno al 45% de la ciudad. Gran parte de la población judía fue deportada a campos de concentración.
En la actualidad todavía puede visitarse la judería de Tarnów, un puñado de encantadoras callejuelas y un parquecito donde se encontraba la antigua sinagoga que fue incendiada por los nazis. El único elemento que sobrevivió al fuego fue la Bimah, el altar donde se leía la Torá.
Las iglesias de madera de la Pequeña Polonia
Quizá una de las mayores sorpresas para los amantes del arte sean las numerosas iglesias de madera construidas en la edad media que perviven en el Sur de Polonia. Suponen un ejemplo extraordinario de los métodos constructivos tradicionales en contraposición a las edificaciones de albañilería que solían levantarse en las ciudades.
Seis de las iglesias de madera más bellas de esta parte de Europa fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en 2003 y cuatro de ellas se encuentran en la Pequeña Polonia.
La oficina de turismo de Małopolska ha editado un detallado folleto de “La ruta de la arquitectura de madera” en la que se incluyen no sólo estas bellas iglesias sino no también otros edificios civiles, museos y otras iglesias menores.
No es fácil llegar a las iglesias más famosas: Debno, Lipnica Murowana, Binarowa y Sekowa ya que son pequeñas iglesias rurales situadas en pueblos recónditos. Y quizá este aislamiento es lo que permitió su pervivencia.
La iglesia de San Miguel Arcángel en Debno es quizá la más bella. Data de finales de finales del siglo XV y demuestra una gran maestría en el trabajo de la madera. Para su construcción no se usó ni un sólo clavo y los distintos tablones y elementos están unidos entre sí por un ingenioso entramado.
El interior es aún más precioso ya que se encuentra pintado tanto en paredes y techos por bellas policromías. Éstas tienen ornamentos vegetales y geométricos en su mayoría, con un bello retablo gótico en el ábside de la iglesia.
Otros lugares de interés
Wadowice
Ciudad natal del Papa Juan Pablo II y muy cercana a uno de los lugares de peregrinación católicos más visitados de Europa Central: Kalwaria Zebrzydowska. Un complejo de edificios formado por el Santuario de la Pasión y de María y del Monasterio de Bernardos, así como distintos senderos de peregrinación y romerías.
Monasterio benedictino de Tyniec
Este monasterio románico originalmente, ha sido posteriormente muy reformado aunque guarda todavía gran parte de su encanto. Tiene un mirador espléndido sobre el Vístula y su aspecto exterior es casi de una iglesia fortificada. Se encuentra a tan sólo 15km de Cracovia y se puede llegar en bicicleta e incluso a pie por una agradable ruta junto al rio.
El Castillo Pieskowa Skała
Situado a 28km al norte de Cracovia, el castillo de Pieskowa Skała es uno de los más bellos de Małopolska. Es un castillo de estilo principalmente renacentista, situado en lo alto de un risco en un paraje de gran belleza dentro del parque nacional de Ojcow. Se puede visitar durante todo el año ya que funciona como museo histórico.
Enlaces de interés:
Visit Malopolska
Voivodinato de la Pequeña Polonia
Museo estatal Auschwitz-Birkenau
Minas de sal de Wieliczka
Minas de sal de Bochnia
Parque Nacional de los Montes Tatra
Parque Nacional Pieniny
Turismo de Tarnów
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