Graz es la segunda ciudad de mayor tamaño de Austria, con apenas 300.000 almas, una pujante industria y numerosa población estudiantil atraída por sus seis universidades.
Con estos datos, la capital de la región de Estiria podría parecer otra ciudad anodina del centro de Europa, quizá por ello la sorpresa del viajero suele ser inmensa.
La ciudad vieja de Graz salpicada de iglesias góticas, patios de origen medieval y palacios renacentistas y barrocos es de una belleza incontestable. De hecho, es junto a Viena y Salzburgo la única ciudad austriaca con un centro histórico Patrimonio de la Humanidad.
Sin embargo, sigue estando fuera de las rutas turísticas más concurridas, lo que permite por otro lado, visitarla sin agobios y mucho placer.
Pero quizá lo más llamativo es la sensación apacible y de enorme tranquilidad que transmiten sus habitantes. Parques repletos de niños jugando, ciclistas por todos lados y un tranvía que recorre las calles comerciales a ritmo parsimonioso, no vaya a tropezar con algún viandante despistado…
No será difícil que el forastero tenga la percepción de que Graz es un buen lugar para vivir. Quizá las no muy lejanas Viena o Múnich sean más impresionantes, pero Graz es sin duda más acogedora.
Tampoco es esta una localidad aburrida, su enorme población joven le asegura una amplia variedad de oferta lúdica y nocturna, a la que se añade un panorama artístico de lo más vanguardista.
Para no perderse nada se puede hacer alguna de las muchas excursiones y free tours en Austria que ofrece Civitatis, algunas en español.
Un poco de historia de Graz
Hacia el siglo VI los eslavos se establecieron en esta región. No parece quedar gran cosa de su paso por estas tierras, salvo el nombre de la ciudad, que muy probablemente procede de la palabra eslovena Gradec (pequeño castillo).
La primera prueba documentada de la ciudad no apareció, sin embargo, hasta 1128 cuando la región de Estiria estaba gobernada por los Traungauer. El escudo de armas de esta familia noble, una pantera blanca rampante con cuernos y echando fuego, representa todavía a Estiria. Y su capital Graz tiene también un emblema muy similar.
Más tarde sobrevino un periodo de gran prosperidad que coincidió con la declaración de Graz como residencia imperial de los Habsburgo. Condición que mantuvo durante casi 250 años, hasta el año 1619.
El Sacro Imperio Romano Germánico dominó sobre vastos territorios de Europa central durante siglos, desde el Mar Báltico hasta el norte de Italia, entre ellos estaba por supuesto la actual Austria.
Ello favoreció la relación con la cercana Venecia y por eso en Graz trabajaron muchos artesanos y arquitectos italianos. Estos salpicaron la ciudad de hermosos palacetes y casas nobles en las que dejaron su impronta. Y esta es quizá una de las características más singulares de esta ciudad austriaca, su bella arquitectura italiana.
Entre 1787 y 1810 las tropas napoleónicas conquistaron y saquearon varias veces la ciudad.
De hecho, los habitantes de la ciudad tuvieron que pagar un rescate por dos de sus más preciados edificios, la torre del reloj y el campanario situados en la colina del Schloßberg.
El centro de Graz
La vida social y administrativa de Graz gira en torno a la Plaza Mayor (Hauptplatz) y a una de sus calles adyacentes: Herrengasse (en alemán, Callejón de los caballeros). Llamada así desde el siglo XV porque la aristocracia comenzó a instalarse en ella.
Hauptplatz
La Plaza mayor está dominada por el imponente ayuntamiento y sus tres torres, de finales del XIX. Frente a él, una teatral y elegante fuente rinde tributo a uno de los personajes más queridos de Graz: el Archiduque Juan. Este príncipe de los Habsburgo fundó en Graz diversas instituciones entre ellas un museo, dos universidades y el archivo estatal.
Se trata de una de las plazas con más encanto de la región, rodeada de hermosos palacios y casas nobles en su mayoría de estilo barroco. El edificio más llamativo es probablemente la Casa Luegg (Luegghaus) cubierta con una decoración de guirnaldas de estuco de influencia italiana.
Herrengasse
En la calle más noble de Graz proliferan ahora establecimientos de lujo y tiendas de moda, el tráfico está restringido, excepto al tranvía, y se ha convertido en una de las zonas preferidas por los gracienses para pasear.
Muy cerca de la plaza, en Herrengasse 3, descubrimos otra joya. La ‘Gemalte Haus’ es una casa barroca cubierta de frescos de arriba abajo. Fue obra del pintor Johann Mayer que representó en los frescos a distintas divinidades griegas.
Algo más allá, el precioso edificio del Gobierno Regional (Landhaus) es fácil de reconocer por su fachada blanca cubierta de ventanas geminadas de color marrón ocre. Bajo las banderolas de tres metros de la Unión Europea, Austria y Estiria está la puerta principal que se puede franquear libremente.
Al otro lado del arco se encuentra el precioso patio interior. Una obra maestra del Renacimiento italiano cubierta de varios pisos de arcadas de medio punto. Cada lado es distinto, por lo que no está de más curiosear cada detalle.
Enfrente del Landhaus, atosigados entre modernas tiendas de ropa de tonos metálicos, podemos encontrar un par de bellos arcos antiguos (en Herrengasse 7 y 9). Estos pasajes dan acceso a alguno de los secretos de esta ciudad. Pequeños y coquetos patios interiores, cafeterías acogedoras, elegantes corralas…
Casi al final de Herrengasse se levantó la iglesia parroquial de Graz. Tras una fachada barroca más bien anodina, se oculta un interior encantador, en el que predomina el estilo gótico. Y donde destacan los robustos pilares que parecen palmeras y crean las bóvedas de crucería.
En torno a la Catedral
La Catedral o Dom
La catedral más importante de la población no se muestra especialmente atractiva en su exterior, quizá por su mezcla de estilos. Sin embargo, en un lateral conserva un valioso y muy deteriorado fresco del siglo XV que narra las tragedias que asolaron Graz en aquella época.
En su interior, más bello y armonioso, contrastan las altas bóvedas góticas con el altar, el púlpito y otros suntuosos elementos barrocos.
El Mausoleo del emperador
Justo al lado de la catedral, situado en lo alto de una pétrea escalinata, se alza el Mausoleo del Emperador Fernando II.
Lo más sorprendente de la concepción del Mausoleo es que funde dos edificios religiosos, por un lado, el sepulcro del emperador y su familia y por otro una iglesia dedicada a Santa Catalina.
La obra se debió en gran medida al arquitecto y pintor italiano Pietro de Pomis, nombrado artista de la corte por el emperador. De Pomis construyó numerosas obras en Graz, y entre ellas destaca el imponente Palacio de Eggenberg, situado en las afueras.
El castillo o Burg
Pese a su nombre (Burg) este complejo de edificios que sirvió de residencia al emperador recuerda poco a un castillo. La construcción original data de mediados del siglo XV, pero los exteriores de estos edificios están muy reformados y sirven ahora como oficinas del gobierno regional. No obstante, esconden entre sus muros algunas estancias de incalculable valor como la capilla privada del emperador de estilo gótico.
Sin embargo, es la espectacular escalera doble en espiral la que deja a los visitantes atónitos. Esta escalera, única en el mundo, se bifurca una y otra vez, creando abanicos de piedra imposibles. Y es muy probable que no haya dos peldaños iguales dada la singularidad de la Doppelwendeltreppe (ese es su impronunciable nombre alemán). Fue construida hacia 1499 pero lamentablemente se desconoce su autor.
Integrada en el conjunto de edificios del Burg, la Burgtor o puerta del castillo es la única puerta de la ciudad que queda en pie. El resto de torres, puertas y murallas que protegían la ciudad fueron derruidas por las tropas napoleónicas en torno a 1800.
El triángulo de las Bermudas
Entre el Castillo (Burg) y la Plaza Mayor (Hauptplatz) se encuentran las callejas, rincones y plazas con más encanto de Graz.
Merece la pena perderse por estas calles que deparan sorpresas a la vuelta de cada esquina, quizá una bonita plazuela o algún palacio renacentista. De hecho, a este barrio se le conoce coloquialmente como Bermudadreieck (El triángulo de las Bermudas) porque la gente se puede perder aquí durante horas.
Se pierden, sobre todo, porque se pasan la tarde en alguno de los numerosos bares y terrazas que hay desperdigados en varias plazas rodeadas de preciosos edificios renacentistas y barrocos.
Quizá la más bonita de estas plazas sea la alargada Mehlplatz, que conecta además en uno de sus extremos a través de un arco con los ‘patios secretos’.
Conectada a la anterior, encontramos otra pintoresca placita, la Glockenspielplatz, que debe su nombre al bonito carillón que hay en lo alto de uno de los edificios. Este no siempre funciona, pero es capaz de congregar a un puñado de turistas curiosos tres veces al día.
Como su nombre en alemán indica Hofgasse (algo así como el callejón de la corte o el palacio) fue siempre una vía ilustre. En torno a ella se sitúan la Catedral, el Castillo, la Universidad Vieja o el Teatro Nacional.
Perpendicular a la anterior calle, Sporgasse está considerada la calle más antigua de Graz. Parece ser que ya existía en tiempos de los romanos, ya que formaba parte de una importante ruta comercial que atravesaba esta parte del imperio.
En ningún otro lugar de Graz se puede asistir a una lección de arquitectura como en Sporgasse. Comienza en la Plaza Mayor y llega hasta la misma ladera de la colina de Schloßberg. A parte de la ya citada Casa Luegg que hace esquina, podemos encontrar palacetes, iglesias y antiguas posadas. No hay que perderse en Sporgasse 22, el bello Patio de la Orden Teutónica.
A dos pasos, Freiheitsplatz, otra plaza agradable para ver pasar la tarde tomando un café en una de sus terrazas, rodeados de edificios señoriales.
La colina Schlossberg
Graz no solamente cuenta con un centro histórico precioso, también posee una colina cubierta de jardines desde donde verlo todo.
La montaña de Schlossberg alcanza apenas los 475 metros, pero fue aquí donde se levantó la fortaleza original de Graz. No es de extrañar, ya que desde este emplazamiento se domina el río Mura y varios kilómetros a la redonda.
Hay varias maneras de subir al Schlossberg, una pendiente pronunciada sube entre árboles muy cerca de Sporgasse. Pero, si se quiere llegar de la manera más cómoda posible se puede optar por el teleférico que tiene su estación junto al río.
La torre del reloj
La Uhrturm o Torre del reloj fue originalmente una atalaya defensiva. Y no fue hasta 1560 que la torre tuvo su pintoresco aspecto actual.
No sorprende que este monumento se haya convertido en el símbolo de la ciudad, ni que los habitantes de la ciudad pagaran un rescate a los franceses por recuperarla. No solamente es una construcción con mucho encanto, en particular por sus grandes relojes de manecillas doradas, sino que junto a ella las vistas de Graz son simplemente maravillosas.
Muchos gracienses suben hasta aquí al atardecer para admirar durante horas el magnífico panorama que ofrece Schlossberg.
La colina cuenta con algunas construcciones más no exentas de interés como el bastión y el campanario con la campana más famosa de Graz.
Schloßbergsteig
Existe otra manera de subir o bajar la colina, pero no es recomendable para cobardes ni personas que sufran vértigo.
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918) algunos austriacos y un buen puñado de prisioneros rusos construyeron la Schloßbergsteig. Se trata de un sendero tortuoso con 260 peldaños que trepa la colina por el lado del río. También se la conoce coloquialmente como Russensteig (Escalera rusa o escalones rusos) por motivos obvios.
El camino estrecho pero asfaltado zigzaguea por la ladera de la colina y ofrece las mejores vistas sobre los tejados rojos de Graz. Un hermoso mar de tejas rojizas entre las que sobresalen aquí y allá la torre de alguna iglesia.
En torno al río Mura
Iglesia de los Franciscanos
Junto a la margen oriental del río podemos encontrar uno de los rincones más agradables de Graz. En torno a la iglesia de los Franciscanos se amontonan una serie de bonitos edificios de colores pastel que crean una alargada y sinuosa plazuela llamada naturalmente Franziskanerplatz.
Algunos puestos de mercadillo, varias terrazas agradables y dos o tres restaurantes italianos hacen que sea un lugar muy concurrido.
La iglesia y el monasterio anexo fueron fundados en 1239 pero han sido enormemente reformados. Quizá lo más valioso del conjunto sean los desvaídos frescos góticos que se conservan en los pasillos del pequeño claustro. Un lugar tan modesto como encantador y solitario.
Murinsel y Kunsthaus Graz
La modernidad en esta ciudad parece quedar en la orilla izquierda del río Mura.
La llamada Murinsel es una curiosa isla artificial construida en mitad del río y conectada a ambas orillas por un puente metálico.
La Murinsel es una estructura que recuerda a una concha gigante donde caben una cafetería muy ‘cool’ y un pequeño graderío donde pasar la tarde oyendo el rumor del agua. Resulta un lugar de lo más singular situado a los mismos pies de la colina de Schlossberg.
Agazapado a la orilla del río entre edificios blancos y tejados rojos está el Centro de Arte Kunsthaus Graz. Una construcción obra de los arquitectos Peter Cook y Colin Fournier que no puede dejar indiferente a nadie, máxime cuando es muy visible desde la Torre del reloj.
Los arquitectos ingleses dotaron al museo de un aspecto orgánico que recuerda a un anfibio, aunque los habitantes de la ciudad lo han bautizado como ‘Friendly alien’.
El edificio está recubierto de una superficie de metacrilato oscuro y resulta espectacular por la noche cuando se encienden cientos de lámparas en su interior.
El museo está especializado en arte contemporáneo de las últimas décadas, pero carece de colección propia ya que su programa se compone de exposiciones temporales.
Dónde comer en Graz
Aunque Graz no es un lugar excesivamente turístico conviene alejarse del entorno de la Plaza Mayor. Callejeando un poco uno puede encontrar algún restaurante de comida casera realmente bueno.
Pero para ir sobre seguro hay que ir al Gasthaus zur Alten Press, a dos calles del Centro de Arte contemporáneo (Kunsthaus Graz).
Gasthaus zur Alten Press es una taberna muy bonita donde sirven la mejor comida tradicional austriaca. Para los amantes de las sopas no hay que dejar pasar su Klare Rindssuppe mit Leberknödel una especie de consomé con una albóndiga enorme de hígado o su cerdo asado a la cerveza.
Dónde dormir en Graz
Uno de los hoteles más bonitos de la ciudad es el Schlossberghotel – Das Kunsthotel, como su nombre indica situado a los pies del monte Schlossberg y al lado del río. Muchas de sus habitaciones tienen unas vistas preciosas.
Más económico, pero no menos agradable, es el Palais Hotel Erzherzog Johann ubicado en un antiguo palacio barroco en el mismo centro histórico de Graz. Todo un acierto
Enlaces de interés:
Oficina de turismo de Austria
Turismo de Graz
Kunsthaus Graz
Taberna Gasthaus zur Alten Press
Mapa: Imprescindibles de Graz
Artículos sobre Austria:
Modernismo en Viena
Películas rodadas en Viena.
Deja una respuesta