Situado en el occidente de la provincia de Ourense, muy cerca de la capital de la provincia, se halla uno de los pueblos más atractivos y quizá menos reconocidos de Galicia.
Allariz posee un centro histórico de un encanto apabullante, erigido con piedras gastadas por el tiempo y cubiertas de musgo.
En esta localidad, de apenas 6000 habitantes, encontramos iglesias medievales, cuatro cruceiros centenarios, pequeños museos, y un entramado de callejuelas empedradas en las que perderse por propia voluntad.
Allariz fue declarado Conjunto histórico y artístico en 1971. Un patrimonio que sus gentes han sabido conservar y que lo convierte en una de las visitas más sugerentes de todo el noroeste de España.
Junto al casco antiguo serpentea con parsimonia el río Arnoia, el segundo afluente más importante del vigoroso Miño. El Arnoia a su paso por Allariz está flanqueado de jardines y zonas verdes creando enclaves de gran belleza.
Una manera estupenda de conocer el pueblo es con una visita guiada por Allariz con Civitatis.
Un poco de historia
Origen de Allariz
Tras la caída del Imperio Romano de Occidente diversos pueblos germánicos penetraron en la península Ibérica. Uno de ellos, los Suevos se establecieron en el Noroeste, en la antigua provincia romana de Gallaecia.
Hacia el siglo VI, en un altozano sobre el río Arnoia se levantó un asentamiento suevo al que dieron el nombre de ‘Vila Aliaricci’, que se cree que hacía referencia a un jefe godo llamado Alarico.
Siglos XI-XVII
Mucho más tarde, en el siglo XI, en tiempos ya del reino Castellano-leonés se levantó el castillo (hoy en ruinas) y se amuralló la villa.
El rey Alfonso VII en 1154 le concedió a Allariz los fueros que la convertían en Villa Real. A partir de ese momento Allariz se convirtió en un lugar privilegiado por la corona Castellano-leonesa. El propio Alfonso X el sabio vivió aquí parte de su infancia, en la que aprendió la lengua galaico-portuguesa que luego utilizaría para sus célebres Cantigas.
La villa Real de Allariz tuvo en los siglos XII y XIII un momento de gran esplendor y en aquella época se construyeron los que son sus monumentos más emblemáticos: El Monasterio de Santa Clara, las iglesias de Santiago, San Esteban y Santa María de Vilanova, así como el puente románico anexo.
En extramuros, en el conocido barrio de Socastelo se instaló una floreciente comunidad judía. Aunque no queda ya mucho de aquella judería sí que se conservan las trazas de aquellas callejas estrechas junto a algunos de los tramos de muralla mejor conservados de la villa.
Galicia tuvo varias juderías de importancia y aún se conservan algunas en buen estado cerca de la frontera portuguesa como las de las bonitas localidades de Tuy y Rivadavia.
De los siglos siglos XVI-XVII destacan las numerosas casas de hidalgos que se conservan en Allariz y los cuatro bellos cruceiros.
Estos se levantaron ante las cuatro parroquias de la villa, para buscar la protección divina tras las epidemias de finales del XVI. Galicia y muchos pueblos del Camino de Santiago están salpicado de estos cruceiros, muchos de ellos verdaderas obras de arte a la intemperie.
Época reciente
El siglo XIX bien podría considerarse nefasto para la villa. La ocupación de las tropas francesas y las posteriores desamortizaciones hicieron que se perdiera parte de su patrimonio.
El castillo fue desmantelado casi por completo, llegándose a subastar sus piedras destinadas, en su mayoría, a la construcción de casas y el empedrado de calles. Así mismo se perdió buena parte del recinto amurallado de Allariz.
Por si eso fuera poco, en el sur de Galicia actuó uno de los asesinos en serie más horribles de la historia negra española: Manuel Blanco Romasanta. Finalmente, este vendedor ambulante fue capturado en 1852 y llevado a Allariz donde fue juzgado y condenado.
Con el cambio de siglo, la villa conoció, de nuevo, momentos de prosperidad llegando a alcanzar una población de 10.000 habitantes.
Gracias, sobre todo, al trabajo que ofrecían los numerosos talleres que se instalaron para la elaboración de tejidos de lino y también a las fábricas para el curtido del cuero que ya existían hacía años.
Como llegar a Allariz
Allariz se encuentra a poco más de 100 kilómetros de Vigo o Santiago de Compostela (ambas con aeropuerto) y a sólo 20 kilómetros de la ciudad de Ourense.
Por ello, si se quiere llegar hasta Allariz en transporte público la capital provincial será un buen punto de partida.
Se puede llegar en tren hasta la ciudad de Orense, pero habrá que apearse y tomar allí un autobús hasta Allariz.
La empresa Monbus tiene hasta siete conexiones en autobús entre Ourense y Allariz en días laborables y tres en fin de semana.
En vehículo privado resulta muy sencillo llegar, ya que se halla junto a la autovía de las Rias Baixas (A-52), que recorre casi de punta a punta las provincias de Pontevedra, Orense y Zamora. La carretera nacional 525 también pasa por Allariz.
Que ver en Allariz
El centro histórico alaricano no es grande y más bien compacto, por lo que uno puede deleitarse recorriendo sus callejas sin rumbo, con la seguridad de irse tropezando con muchos de monumentos. La parte vieja de Allariz no sólo ha conservado intacto su trazado medieval sino también muchas de las casas solariegas y edificios religiosos que poblaron la villa.
Lamentablemente es habitual encontrar las iglesias cerradas salvo en horario de culto.
Campo da Barreira
Esta amplia plaza situada extramuros, puede ser un buen punto de partida para explorar la villa. Aquí se celebra dos veces al mes uno de los mercados más concurridos de la zona, ante la atenta mirada del Monasterio de Santa Clara.
Éste Real Mosteiro fue fundado por la reina Violante, esposa de Alfonso X, allá por 1268. Se dice que la propia reina está enterrada aquí, aunque otras fuentes aseguran que lo fue en Navarra en la Colegiata de Roncesvalles.
A mediados del siglo XVIII un aparatoso incendio dejó el edificio reducido a cenizas, reconstruyéndose más tarde en un estilo barroco muy austero.
Su larga y grisácea fachada se encuentra solo interrumpida por un pórtico con tres arcos y dos contrafuertes que parecen unir dos edificios. Tras la fachada aparece un alto y elegante campanario, el único elemento en el que parece que se permitió cierta ornamentación.
En el interior del monasterio se encuentra el que está considerado el claustro más grande de España, pero dado que el convento de las clarisas es de clausura no es posible su visita. Por el contrario, si es posible acceder al pequeño Museo de Arte Sacro que muestra algunas valiosas piezas entre las que destaca la Virgen Abrideira una exquisita talla de marfil.
En un costado de la plaza se asienta la iglesia de San Benito, un edificio barroco muy afín al monasterio por su sobriedad. Ante él destacan dos hermosos cruceiros del siglo XVI, más antiguos que el propio templo.
Al norte del Campo da Barreira encontramos la zona de Socastelo con sus callejas estrechas y serpenteantes, herencia de la antigua judería. Es aquí, en la Rúa Nova y más abajo en la Rúa Entrecercas donde encontramos los lienzos de muralla más imponentes de Allariz. En ella hay algunas viviendas singulares literalmente empotradas entre los muros.
Intramuros
A pesar de que no se conserva ninguna de las antiguas puertas de la ciudad, según los documentos conservados, la muralla pudo tener hasta seis. Y probablemente una de ellas se encontraba en la Rúa Santo Estevo que llega, unos metros más allá, hasta la plaza del mismo nombre.
Este es, sin duda, uno de los rincones con más encanto de Allariz, presidido obviamente por la iglesia de Santo Estevo.
Este templo de origen románico se levantó a principios del siglo XII, sin embargo, su robusta torre y otras muchas modificaciones datan de cuatro siglos después.
A pesar de ello, el conjunto posee una belleza casi magnética. Quizá sea la pequeña escalinata de piedra cubierta de líquenes, las enredaderas que trepan por la torre o los enormes árboles que engalanan la plazuela.
Siguiendo hacia el centro de la villa entramos en su entramado medieval de calles estrechas, algunas de ellas peatonales a la fuerza.
En torno a la bonita Rúa da Cruz confluyen hasta cuatro calles en apenas unos metros y en mitad de todo se ubica la singular Casa Castro-Oxea, uno de los edificios civiles más antiguos de la villa.
A dos pasos, se encuentran las plazas más bonitas de Allariz. La Praza Maior y su prolongación algo más abajo, con el muy adecuado nombre de Praza de Abaixo. En ellas encontramos algunas de las casonas nobles más bellas de Allariz y también una tremenda actividad en sus tiendas y sus agradables cafeterías.
En el centro de ambas plazas se yergue la espléndida Iglesia de Santiago, un monumento románico en el que destacan sus preciosas portadas y su cabecera. Los relieves tallados con delicadeza especialmente en capiteles y canecillos son de muy hermosos y en muchos casos se encuentran a la altura de los ojos.
Subiendo el empinado Camiño do Castelo se llega a la atalaya donde en su día estuvo el castillo de Allariz. Solo quedan algunos restos de la antigua fortaleza, pero merece la pena admirar las vistas que ofrece del pueblo y sus alrededores.
Las orillas del río Arnoia
Junto al centro histórico de Allariz fluyen las tranquilas aguas del río Arnoia. En torno a él se encuentra el Parque Portobello con sus cuidados setos y arboledas.
En la margen derecha del Arnoia se encuentra la muy recomendable Oficina de Turismo, y también la antigua fábrica de curtido del cuero de la familia Nogueiras, reconvertida en el interesante Museo do Coiro. La fábrica situada a orillas del río es un excelente ejemplo de edificio industrial del siglo XVIII. Y recorriendo su patio y las distintas estancias se pueden conocer mejor las distintas fases de la curtición.
Muy cerca se celebra el Festival Internacional de Xardíns de Allariz, un certamen que atrae todos los años a los paisajistas más galardonados del mundo.
Aguas arriba, no muy lejos del Monte do Castelo se ubica el precioso puente románico de Vilanova en un estado excelente de conservación. En ese lugar se puede tener una de las vistas más bellas de Allariz, con el puente y la iglesia de Vilanova en primer término y el Monte de Castelo al fondo.
La iglesia de Santa María de Vilanova perteneció a la orden de los caballeros de San Juan de Jerusalén. El templo posee una fachada alta y adusta coronada por una espadaña y en su interior cobija la imagen de la patrona alaricana. Sin embargo, lo más destacable es su singular portada románica junto al cementerio del pueblo.
Dónde dormir en Allariz
Una opción excelente para alojarse en Allariz es la acogedora casa rural A Lareira De Allariz situada a dos minutos de la Plaza Mayor.
Cerca del río encontramos La Casa Rural Torre Lombarda, un hotel precioso habilitado en un edificio señorial del siglo XV.
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