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Rodeado de suaves colinas, bosques de pinos y extensos campos de olivos se encuentra Sant Mateu, una de las localidades más ilustres de la provincia de Castelló.
No en vano fue la capital histórica del Maestrazgo (Maestrat en valencià), una vasta y agreste región que tuvo una gran importancia estratégica en el medievo.
Actualmente las poblaciones más importantes de la provincia de Castelló se sitúan todas junto a la costa. Por ello, muchos visitantes se sorprenden al admirar un patrimonio monumental de tal magnitud en Sant Mateu, un pueblo que apenas alcanza los 2000 habitantes.
De hecho, el conjunto histórico de Sant Mateu fue declarado Bien de Interés Cultural por la Generalitat Valenciana.
Aquí se puede admirar una iglesia gótica del tamaño de una catedral, murallas y palacios medievales y una animada Plaza Mayor porticada.
Además de una preciosa ermita en lo alto de un monte y numerosas rutas de oleoturismo que transitan entre olivos centenarios.
Todo ello a tan sólo unos pocos kilómetros de localidades tan turísticas y concurridas como Peñíscola o Benicassim.
Conviene familiarizarse con los nombres de los lugares en valencià ya que es la lengua hablada principalmente por los lugareños y la usada en la cartelería.
Una buena manera de conocer la región es con alguna de las excursiones en la provincia de Castellón con Civitatis.
Breve historia de Sant Mateu
Fundación de Sant Mateu
Poco después de que el rey Jaume I de Aragón conquistara estas tierras, se las entregó a la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. El propio maestre de la Orden en 1237 dictó la carta de población que dio lugar a la fundación de Sant Mateu.
Durante casi un siglo la Orden del Hospital se encargó de la administración de la villa, la justicia y el cobro de impuestos.
La Orden de Montesa
Tras la disolución de la Orden de los templarios por el papa Clemente V, el rey aragonés Jaume II fundó la Orden de Montesa entre 1317-19.
Esta Orden fue la encargada de gobernar la región de El Maestrat y Sant Mateu, que se convirtió en su capital. Precisamente el territorio del Maestrazgo, tomó su nombre del ‘maestre’, el máximo mandatario de la Orden.
Bajo la administración de la Orden de Montesa comenzó un periodo de gran prosperidad basado fundamentalmente en la ganadería, el comercio de la lana y también de otros productos como el cuero y el azafrán.
En aquel tiempo Sant Mateu rondaba los 4500 habitantes y era la quinta población de mayor tamaño del Reino de Valencia.
A lo largo del siglo XIV-XV se construyeron las murallas de Sant Mateu, la iglesia arciprestal y se levantaron numerosos palacios góticos y conventos.
El Papa Luna
Tras el turbulento Cisma de Occidente, el Papa Benedicto XIII, conocido como Papa Luna, se refugió en la cercana Peñíscola y pasó largas estancias en Sant Mateu.
Tras su muerte, su sucesor Clemente VIII, finalmente renunció al papado en Sant Mateu en 1429, lo que es considerado como el mayor hecho histórico acaecido en la villa.
En aquellos tiempos Sant Mateu tuvo una gran relevancia y llegó a albergar varias veces las Cortes Generales del Reino de Valencia.
Una larga decadencia
En las siguientes centurias diversas malas cosechas, guerras y hambrunas abocaron a la población al empobrecimiento y a la pérdida de parte de su patrimonio monumental.
La Guerra de Sucesión fue especialmente sangrante ya que Sant Mateu fue sitiada sucesivamente por ingleses y franceses en 1705. Y tras la victoria de los borbónicos la villa fue castigada derribando gran parte de sus murallas.
Nuevos conflictos asolaron la población en el siglo XIX. En particular la Guerra de independencia contra Francia y las Guerras Carlistas en las que destacó el paso por estas tierras del general Ramón Cabrera conocido como el tigre del Maestrazgo.
Sant Mateu hoy
Como la mayoría de pueblos del interior de la provincia de Castelló, Sant Mateu ha ido perdiendo a lo largo de las últimas décadas gran parte de sus habitantes.
Su economía se basa fundamentalmente en el cultivo de cereales, almendros y sobre todo del olivo que produce un aceite de oliva de extrema calidad.
En los últimos tiempos el turismo rural está revitalizando la villa con la llegada de numerosos visitantes atraídos por la gastronomía, el encanto de sus callejas o las fiestas de Sant Mateu. Es entonces cuando el pueblo se cubre de banderitas con la cruz de la Orden de Montesa que sigue siendo el emblema de Sant Mateu.
Qué ver en Sant Mateu
La Plaza Mayor
El centro de la vida social de Sant Mateu es, sin duda, su bonita Plaza Mayor o Plaça Major en valencià. Rodeada de casitas estrechas de colores con soportales que le dan a la plaza un aire acogedor.
Con el buen tiempo la plaza se llena de terrazas donde tomar un café o una cerveza bien fría, casi rodeando a la fuente del Ángel. Esta bonita fuente de cuatro caños, está coronada por un ángel, símbolo del Evangelista que da nombre al pueblo.
La Plaça Major tomó forma allá por el siglo XIII y desde entonces ha sido el corazón de Sant Mateu.
La Iglesia Arciprestal
Por encima de las casas de la Plaça Major asoma la pétrea silueta de la torre de la esglesia Arxiprestal.
Los mercaderes de lana impulsaron en el siglo XIII la construcción de la primitiva iglesia, de la que nos queda su sencilla portada románica. Sin embargo, la mayor parte de su construcción se llevó a cabo entre los siglos XIV y XV en estilo gótico.
A ese periodo pertenece su campanario octogonal de 32 metros de alto y la espléndida bóveda de crucería que cubre el ábside.
El empobrecimiento de la población provocó el abandono de la construcción de la iglesia Arciprestal, que permanece desde entonces visiblemente inacabada sobre la portada románica.
La iglesia alberga en su interior el Museo Parroquial, cuya mayor joya es un cáliz con el que el Papa Luna obsequió a Sant Mateu en una de sus visitas.
Merece la pena rodear la enorme iglesia, para encontrar en un lateral una bonita portada gótica casi oculta y junto a la cabecera el conocido como Calvario. En este lugar se encontraba el antiguo cementerio medieval y hoy pueden verse todavía un puñado de hermosas lápidas funerarias circulares.
Palacios Medievales
A dos pasos, literalmente, de la Plaça Major se encuentra el Ayuntamiento de Sant Mateu. Éste está alojado en el Palau de la Cort Nova, un bello palacio gótico en el que destacan sus elegantes ventanas con arcos trilobulados sobre dos finas columnas.
El consistorio se halla situado en la calle Historiador Manuel Betí i Bonfill, dedicada a un erudito local, gran estudioso de la historia y el patrimonio del norte de la Comunitat Valenciana.
Ésta es precisamente la calle más interesante del pueblo ya que en ella también se pueden contemplar otras joyas medievales. Como el Carreró del jueus, un estrecho callejón que perteneció a la antigua judería y que lamentablemente hay que ver a través de una verja.
Así mismo, aquí se encuentra el Palau Borrull, otro palacio que forma junto al de la Cort Nova uno de los más importantes conjuntos del gótico civil valenciano. El Palau Borrull cuenta con un bonito patio con escalinata al que se puede acceder.
Finalmente, en la misma calle, hay un horno medieval datado en el siglo XIV en un estado de conservación excelente. El horno se puede admirar en el interior de la propia Oficina de Turismo de Sant Mateu.
En la calle Valencia, también muy cerca de la Plaça Major, sobresale el Palacio del Marqués de Villores. Un imponente palacio plateresco (s. XVI) al que merece la pena acercarse para admirar los curiosos relieves que decoran su fachada entre los que destaca el escudo de armas de la familia sobre la portada.
Esta ha sido la residencia palaciega más importante de Sant Mateu y ha alojado a reyes, infantes y generales.
Otros puntos de interés
Una estrecha y anodina casa de piedra albergó en su día el Ayuntamiento Viejo o Cort Vella, hoy convertido en un pequeño museo de etnología.
En los sótanos del Ayuntamiento viejo se conservan Les presons (Las prisiones), unas mazmorras medievales que impactan por el grosor de sus muros y la estrechez de sus habitáculos.
A muy corta distancia se encuentran los otros dos edificios religiosos más importantes de Sant Mateu: la iglesia de San Pedro y el convento de las monjas Agustinas. Este último muy apreciado por los dulces que venden las monjas en su pequeña tienda.
No hay que perderse por ningún motivo el paseo junto a las murallas que datan originalmente del siglo XIV. En la parte nororiental de Sant Mateu se conservan casi 300 metros del antiguo recinto amurallado que un día envolvió todo pueblo.
Este es un lugar que posee un encanto innegable, con sus casas adosadas a la muralla y sus puentecitos sobre el normalmente seco río Palacio.
En otras partes de la villa quedan restos de la muralla, a menudo aprovechadas como muros de las propias viviendas.
Qué ver en los alrededores
Ermita Virgen de los Ángeles
Para muchos, sin embargo, el lugar con más encanto de Sant Mateu no está en el casco urbano. Sino a 2,5 km y en lo alto de una colina, pues allí se encuentra la Ermita de la Verge dels Àngels (o de la Mare de Déu dels Àngels) la patrona de los sanmatevanos.
El entorno es precioso y resulta muy agradable recorrer los senderos cercanos a pie entre grandes peñascos y bosques de pinos.
El santuario es en realidad un hermoso conjunto de edificios de los siglos XVI al XVIII formado por una iglesia, una hospedería convertida hoy en restaurante y un pozo.
La ermita fue construida en estilo renacentista, aunque su interior es inequívocamente barroco. Merece la pena acercarse a su mirador, especialmente al atardecer y admirar las vistas que alcanzan hasta el horizonte.
Ruta de los Olivos Milenarios
El entorno que circunda Sant Mateu tiene una belleza muy particular, bosques en las montañas y olivares en la llanura.
Precisamente en las inmediaciones de Sant Mateu se encuentran algunos de los olivos con mayor antigüedad de todo el país.
Existe una ruta circular de unos 12 kilómetros, asequible para toda la familia, que recorre los caminos junto a algunos imponentes olivos milenarios.
Sant Mateu es, de hecho, un lugar perfecto para practicar el oleoturismo, ya que también se puede visitar un molino de aceite y realizar catas.
Lo mejor es informarse en la Oficina de turismo sobre todas las posibilidades que ofrece Sant Mateu para el oleoturismo.
La Salzadella
A apenas 5 kilómetros de Sant Mateu se halla La Salzadella, una pequeña localidad que posee el encanto de la humildad. Es muy agradable recorrer sus callejuelas estrechas y frescas con algunas casas ajadas y contemplar su bonita iglesia barroca.
En La Salzadella la antigua muralla medieval ha sido integrada en la estructura de muchas viviendas del pueblo. En todo caso, todavía se conservan dos de las antiguas puertas de la villa: el portal de la Bassa y el de les Coves.
Uno de esos lugares, donde todavía se conserva la tradición de sentarse a charlar en la calle con los vecinos en las largas tardes de verano.
Dónde dormir en Sant Mateu
El alojamiento con más encanto de Sant Mateu es probablemente el Complejo Rural Turimaestrat que ofrece varios estudios acogedores a dos pasos de los palacios góticos.
Otra excelente opción está en el municipio de La Salzadella. Cal Matiner es una preciosa casa rural con absolutamente todas las comodidades, casi para quedarse a vivir allí. Cuenta con salón, cocina, terraza, tres dormitorios, dos baños, terraza, canales de televisión de pago…
La restauración de la casa es espléndida y se ha conservado parte de las murallas de la localidad, así como un antiguo lagar.
Enlaces de interés:
Turismo de Sant Mateu
Turismo Comunitat Valenciana
España (Aragón y Comunitat Valenciana):
Consejos para Viajar por España:
Aragón:
Aínsa (Huesca)
Alquézar (Huesca)
Boltaña (Huesca)
Huesca
Zaragoza Mudéjar
Comunitat Valenciana:
Morella (Castelló)
Sant Mateu (Castelló)
3 mayo, 2022 at 12:11 pm
Un artículo muy interesante, de un lugar que no conocemos, pero que gracias a este artículo tan estupendamente detallado, además de trasladarlos al lugar, a su historia, a su arquitectura… Nos han entrado ganas de conocerlo.
Abrazos
Ana y Victor
3 mayo, 2022 at 1:13 pm
Muchas gracias por vuestro comentario Ana y Victor.
Sant Mateu es una de esas pequeñas joyas que esconde el interior de Castelló, una provincia con unos parajes y una naturaleza que seguro que os encanta.
Un saludo.