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En mitad de un paraje idílico rodeado ríos y montañas cubiertas de bosques, se encuentran los templos y santuarios de Nikko. Un lugar que parece impasible al paso del tiempo y que pese a las riadas de turistas que lo visitan todos los años, mantiene intacta su majestuosa estampa feudal.
El más de un centenar de construcciones de Nikko muestran la ostentosidad y el poder de los primeros shogunes Tokugawa que dieron comienzo al conocido como periodo Edo. El clan de los Tokugawa gobernó en Japón por más de 250 años entre 1603 y 1868.
Precisamente el final del periodo Edo se muestra en la película ‘El barbaro y la geisha’ cuando Japón comenzó a abrirse al exterior.
Gran cantidad de viajeros extranjeros visitan Nikko en una excursión de un día desde Tokio. Aunque no es mala idea pasar la noche en Nikko, ya que a primera y última hora no hay apenas turistas y recorrer el complejo casi en soledad resulta de lo más placentero.
Todo este magnífico conjunto de templos budistas y santuarios sintoístas fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1999 por la Unesco.
Menos conocido son las pequeñas cascadas del conocido como abismo de Kanmangafuchi, al que se llega por un camino bordeado de estatuas de Jizo.
Como ir a Nikko desde Tokio
En Japón existen diversas compañías ferroviarias privadas, por lo que conviene comparar los precios, número de trasbordos y duración de cada trayecto ya que en la mayoría de casos cada empresa utiliza sus propias vías férreas.
Varias de estas compañías conectan Tokio con la localidad de Nikko, situada a unos 150km del centro de la capital. Los trenes parten de las grandes estaciones de la zona norte de Tokio (Shinjuku y Ueno entre otras) por lo que no es mala idea alojarse cerca de ellas si uno quiere visitar Nikko en un día.
Japan Rail o Tobu
Una de las empresas más importantes es Japan Rail (JR) que ofrece el conocido JR Pass, un abono que permite utilizar los trenes de la compañía durante 1, 2 o 3 semanas. El viaje a Nikko resultará de este modo muy rentable.
Sin embargo, adquirir con JR únicamente el billete de ida y vuelta a Nikko no tiene un precio precisamente económico. En ese caso conviene elegir los trenes de la empresa Tobu, que además oferta distintos pases y descuentos específicos para la visita a Nikko.
Para nuestro viaje utilizamos el JR Pass y debíamos estar atentos para hacer trasbordo en Utsonomiya. En esta estación intermedia, de hecho, hay voluntarios que indican a los turistas el tren que deben coger para llegar a Nikko, con lo que perderse es casi imposible. (No sabemos si estarán todos los días del año, aunque en Japón todo es posible)
Ambas empresas Tobu y Japan Rail tienen en Nikko estaciones diferentes separadas por apenas 200 metros. Por cierto, la estación de JR fue obra del célebre arquitecto norteaméricano Frank Lloyd Wright.
Éstas se encuentran a unos dos kilómetros de la zona montañosa donde se ubica la zona Patrimonio de la Humanidad.
Es posible recorrer esa distancia a pie en menos de media hora siguiendo la calle principal. El Nikko Pass World Heritage Area de la empresa Tobu incluye los billetes de tren y además el autobús hasta la zona de los templos.
Al contrario que en otros lugares de Asia oriental, en Japón la mayoría de turistas no son extranjeros sino locales y los japoneses madrugan bastante. Además, Nikko supone uno de los grandes enclaves históricos de Japón por lo que es muy visitado y venerado por los nipones.
Qué visitar en Nikko
Santuario Toshogu
El impresionante santuario Toshogu, es sin duda, el gran foco de atención de Nikko.
En realidad, se trata del mausoleo donde descansan los restos de Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato del mismo nombre. Lo construyó su nieto Tokugawa Iemitsu, entre 1634 y 1636 y para ello, según parece, contrató a 15.000 artesanos y carpinteros.
La arquitectura sintoísta se caracteriza por una gran austeridad, líneas rectas y escasa decoración. Sin embargo, el Toshogu posee una decoración exuberante, casi impropia del sintoísmo, que no tiene parangón en todo el Japón. Quizá debido a la influencia de rica ornamentación que llegaba desde China.
Tras pasar bajo el gran Torii de piedra se llega al primer patio. Allí junto a la pagoda de cinco niveles se encuentra la recepción de visitantes donde se adquieren las entradas. Posteriormente se accede por la puerta Omotemon a la zona de los almacenes y el establo sagrado.
En este último se encuentra el famoso relieve de los tres monos sabios del budismo, uno de los rincones más fotografiados del Nikko.
Los visitantes siguen un camino embaldosado que serpentea entre los preciosos edificios. Fuera del camino está cubierto de guijarros de buen tamaño, pero allí aparentemente nadie se aventura, por lo que es posible sacar bonitas fotos sin gente. El turista japonés es tremendamente cívico: ni empuja, ni intenta colarse, ni grita ni se sale del camino.
Los distintos edificios que forman el conjunto fueron construidos a lo largo de la ladera de la montaña por lo que para visitarlo se van subiendo varios tramos de escaleras.
La puerta Yomeimon (Puerta del atardecer) corona uno de estos tramos, se trata de la construcción más espectacular y un buen exponente de la decoración extrema del Toshogu rebosante de tallas de colores y doradas.
El muro (llamado Kairo) a un lado y otro de la puerta posee una hermosa decoración en relieve, fundamentalmente con motivos vegetales y aves coloridas. Muy cerca de allí también se encuentran las torres del tambor y la campana, así como la biblioteca.
Tras atravesar el Yomeimon, a mano derecha, y casi saliendo al bosque que circunda el Toshogu, surge una empinada escalera de piedra que lleva hasta la tumba de Ieyasu.
Este lugar, llamado Okumiya, situado en lo alto de la colina suele estar menos concurrida y resulta muy agradable de visitar. Los edificios son más pequeños y austeros que los otros, pero este enclave en mitad del bosque y rodeado por coníferas de gran altura tiene un encanto indudable.
Existen muchos otros edificios destacables, como la puerta Karamon de clara influencia china.
Templo Rinnoji
El templo budista más importante de Nikko es el Rinnoji, aunque no posea ni por asomo la majestuosidad del Toshogu. Fue fundado allá por el siglo VIII, aunque la mayoría de las edificaciones que vemos hoy son muy posteriores.
En él destaca su bonito jardín, espléndido en otoño yel enorme edificio principal, Sanbutsudo. Se trata de una de las construcciones de madera más grandes de Japón. Y en su interior alberga miles de tesoros entre ellos tres imágenes de madera lacada en oro de Buda que simbolizan las tres deidades de la montaña de Nikko.
El templo de madera más grande es el célebre Todaiji en la ciudad de Nara.
Santuario Taiyuin
Aunque oficialmente se le considere un subtemplo del Rinnoji, el santuario Taiyuin-byo, tiene una identidad propia y es precisamente el lugar dónde se encuentra la tumba de Tokugawa Iemitsu, el tercer shogun y precursor de todo el conjunto de templos de Nikko.
Al estar algo apartado, el Taiyuin-byo no recibe tantos visitantes con lo que uno aprecia más la tranquilidad de lo que debería ser un santuario sagrado. Recuerda por sus formas y por su mezcla de elementos sintoístas y budistas al Toshogu aunque no sea tan grande ni espectacular.
El Taiyuin se encuentra en un precioso paraje encajonado entre montañas y bosques de una gran belleza. Se adivina una profunda influencia del arte chino, por sus bellos artesonados, su magnífica y recargada decoración dorada y también por las numerosas bestias, dragones y leones que amenazan al visitante desde los capiteles de las columnas.
No hay que perderse tampoco la preciosa puerta Yasha-mon custodiada por cuatro deidades budistas de vivos colores y aspecto agresivo.
Qué más ver en Nikko
Santuario Futurasan
Más arriba de la colina encontramos el santuario de Futurasan, probablemente el menos visitado de todo el conjunto. A pesar de que posee el edificio más antiguo de Nikko, levantado en 1619. Su culto está dedicado a las tres montañas sagradas de la ciudad.
Puente Shinkyo
Entre las estaciones de tren y el conjunto de templos de Nikko encontramos el bonito puente Shinkyo de un rojo subido que contrastaba profundamente con las montañas verdes que tiene detrás. El puente no es tan antiguo como pudiera parecer ya que se construyó a principios del siglo XX. Cruzar por él cuesta unos cientos de yenes, pero puede contemplarse perfectamente desde la acera de la carretera.
Abismo de Kanmangafuchi
Lejos de las multitudes encontramos, curiosamente, uno de los lugares más hermosos de Nikko. El conocido como abismo de Kanmangafuchi, situado al otro lado del río a tan sólo quince minutos a pie.
En este paraje, con el exagerado nombre de abismo, el río Daiya penetra en una pequeña y angosta garganta produciéndose un tramo de rápidos de verdadera belleza, no sólo por la claridad de las aguas, sino también, por la espesa arboleda que se inclina sobre el río.
Aunque realmente este lugar es famoso por las más de 70 estatuas de Jizo que bordean el cauce del rio. En el budismo, Jizo es el guardián de los que sufren, en particular de niños enfermos y embarazadas. Estas estatuas de piedra son muy veneradas y en ellas se colocan petos y gorros rojos.
El aspecto solemne y a la vez tierno de estas imágenes cubiertas de musgo le confiere a este sendero entre el río y la montaña un encanto muy especial.
Dónde dormir en Nikko
Para alojarse en Nikko conviene reservar con varias semanas de antelación ya que la mayoría de hoteles están a bastante distancia de los puntos de interés. Una magnifica opción es la Guest House Koundo, un alojamiento acogedor y económico.
Si uno no quiere madrugar demasiado lo mejor es dormir en el Hotel Seikoen (de estilo japonés) a cinco minutos a pie del santuario Toshogu.
(Totalmente actualizado Agosto 2021)
Enlaces de interés:
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