Kutná Hora es una ciudad checa de algo más de 20.000 habitantes, no muy lejos de Praga.
Pero a pesar de su pequeño tamaño, cuenta con un centro histórico de enorme valor que hizo que fuese declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995. Es uno de los 14 sitios declarados por la Unesco en la República Checa.
No es de extrañar, ya que fue una ciudad de gran relevancia en época medieval, en el antiguo reino de Bohemia.
Son precisamente dos iglesias, por su gran singularidad, las que sobresalen de entre un buen número de edificios históricos. La iglesia de Santa Bárbara de estilo gótico y neogótico al mismo tiempo y la humilde capilla de Todos los Santos y su sorprendente osario.
Tanto esta capilla como la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora y San Juan Bautista se encuentran en el pueblecito de Sedlec. Pero Kutná Hora ha crecido tanto que puede considerarse como un barrio periférico de la ciudad.
Un poco de historia
En 1142 se levantó en Sedlec el primer monasterio cisterciense de Bohemia. Pero fueron las minas de plata de las colinas circundantes las que atrajeron a numerosos colonos alemanes. Y que propiciaron en el siglo XIII la fundación de Kutná Hora y su rápido crecimiento de población.
Algo parecido a lo que sucedió 300 kilómetros al Sureste en la ciudad eslovaca de Banská Štiavnica conocida como la Ciudad de plata, por sus minas de ese metal.
El nombre de Kutná Hora parece ser que proviene de la palabra checa ‘kutáním’ que significa minería o forja. Además, en el escudo de armas de la ciudad aparecen también un par de martillos mineros bajo un águila y un león. Y es que fueron las minas de plata las que propiciaron un largo periodo de esplendor y prosperidad en toda la zona.
De hecho, Kutná Hora rivalizó durante siglos con Praga desde el punto de vista económico, cultural y político. Convirtiéndose en la segunda ciudad más importante de Bohemia y en la residencia preferida de varios reyes.
No obstante, a mediados del siglo XVI el brillo de Kutná Hora comenzó a declinar debido a diversos sucesos, entre ellos la inundación de la mina más importante. La insurrección de Bohemia contra el rey Fernando I hizo que éste retirara los privilegios reales a la ciudad a lo que se unió diversas plagas y pestes.
Las minas de la región se abandonaron definitivamente a finales del siglo XVIII.
Hoy, sin embargo, se muestra como una ciudad vibrante y con un gran patrimonio y atractivo turístico. Y que ha servido incluso de escenario a famosas películas como ‘Los miserables’ (1999) protagonizada por Liam Neeson, Geoffrey Rush y Uma Thurman.
Como llegar a Kutná Hora
Praga suele ser el punto de partida de todo viaje por la República Checa. Y Kutná Hora se encuentra a tan solo 80km de la capital checa por lo que es una visita de lo más recomendable para un día o incluso dos.
La manera quizá más cómoda es visitarla en una excursión a Kutná Hora con guía de Civitatis. Un tour realizado en español y que suele tener muy buena acogida.
Si se desea ir por libre, nada mejor que alquilar un vehículo, ya que se llega en apenas 1 hora. Las autopistas y carreteras checas no tienen nada que envidiar a las de otros países de Europa occidental.
También es posible llegar a Kutná Hora en transporte público.
La opción más rápida y cómoda es sin duda el tren ya que se arriba en unos 50 minutos. Además, parte un convoy casi cada hora desde la Estación Central (Praha hl.n. o Hlavní nádraží). Pueden consultarse los horarios en la web de Ferrocarriles de Chequia.
Si pese a todo se prefiere el autobús, habrá que tomar primero el metro hasta la última parada de la línea C (la roja), Háje, situada en el sur de la ciudad. Y allí subirse a un autobús de la empresa ČSAD POLKOST hasta Kutná Hora. El viaje puede llegar a durar casi 3 horas ya que se detiene en todos los pueblos del camino.
Qué ver en Sedlec
A unos 2,5 kilómetros del centro de Kutná Hora, Sedlec sería otro barrio corriente de las afueras de una ciudad, sino fuera porque posee una enorme catedral y un espectacular osario. Ambas construcciones formaron parte en su día del complejo monástico cisterciense fundado en el siglo XII.
El osario de Sedlec
A principios del siglo XIV, junto a una pequeña capilla gótica se dispuso el cementerio de Todos los Santos. Aquí se dio sepultura a los fallecidos en la terrible peste de 1318 y también a las víctimas de las Guerras Husitas de un siglo más tarde.
Por lo que se calcula que el cementerio y la iglesia contigua contenían los restos de unas 40.000 personas. Gran parte de aquellos esqueletos se amontonaron en el interior de la capilla inferior de la iglesia.
Con la disolución de la abadía cisterciense, la capilla de Todos los Santos pasó a manos de la poderosa familia Schwarzenberg que decidió reformarla. Y en 1870 encargaron al escultor y ebanista František Rint, organizar de algún modo todo aquel montón de huesos.
Visita al osario
Exteriormente la capilla es un templo más bien anodino y muy reformado, aunque conserva sus altos ventanales de origen gótico. Pero nada hace presagiar lo que cobija en su interior: el famoso osario de Sedlec (Kostnice Sedlec).
Tras bajar los escalones hacia la capilla uno se ve rodeado de arcos adornados de huesos, guirnaldas macabras, una enorme lámpara de araña hecha de esqueletos y calaveras por todos lados.
El interior de las cuatro capillas laterales está ocupado por pirámides de cráneos y fémures cuidadosamente dispuestos. Una de ellas está presidida por un gigantesco escudo de armas de la familia Schwarzenberg, también confeccionado con todo tipo de huesos humanos.
La capilla de Todos los Santos resulta tremendamente deslumbrante y difícilmente deja indiferente a alguien. El conjunto se mueve en un difícil equilibrio entre lo macabro y una obra de arte de un barroquismo lúgubre y atrayente.
De algún modo, la visita a esta capilla hace pensar en la fugacidad de nuestra existencia y en cómo miles de huesos humanos anónimos fueron usados para crear algo bello e intemporal.
Este lugar bien podría haber influido en la obra simbólica y funesta de uno de los artistas checos más interesantes e inclasificables del siglo pasado: Alfred Kubin (1877-1959)
Catedral de Sedlec
Resulta curioso que, pese a su imponente tamaño y su rimbombante nombre, la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora y San Juan Bautista (Katedrála Nanebevzetí Panny Marie) suele ser eclipsada por la cercana capilla del osario.
La construcción original data de principios del siglo XIV, pero acabó en ruinas tras las Guerras Husitas, permaneciendo así durante varios siglos. Finalmente se reconstruyó entre 1700 y 1709 en estilo barroco, pero manteniendo algunos elementos góticos.
En su interior de tonos pastel es más perceptible la extraña fusión de esos dos estilos. Allí podremos ver su elegante escalera helicoidal y una custodia gótica de incalculable valor.
Qué ver en Kutná Hora
Catedral de Santa Bárbara
En el extremo sur de la ciudad encontramos la que es, sin duda, la construcción más bella de Kutná Hora: la Catedral de Santa Bárbara (Chrám svaté Barbory).
Además, está situada en lo alto de una loma, por lo que resulta visible desde gran parte de la ciudad.
La iglesia se comenzó a finales del siglo XIV, con la intención de competir en majestuosidad con la catedral praguense de San Vito. Sin embargo, su construcción fue interrumpida múltiples veces (por guerras o falta de fondos) por lo que la catedral no pudo concluirse hasta 1905.
Muchas veces una construcción prolongada durante siglos provoca que los edificios sean poco más que una amalgama de estilos y materiales, dónde cada arquitecto ha intentado dejar su impronta. Sin embargo, la catedral de Santa Bárbara muestra una belleza espectacular y extrañamente homogénea, en especial por sus elegantes arbotantes y sus afiladas cúpulas.
De su exterior también destacan sus enrevesados pináculos, protegidos más abajo por toda una pléyade de gárgolas fantasmagóricas con forma de murciélagos, sapos, lobos o carneros alados.
En su interior todavía se conservan preciosos frescos del siglo XV en la que destacan escenas de mineros, como no podía ser de otro modo en una iglesia dedicada a la patrona de la minería.
La calle Barborská
La catedral de Santa Bárbara conecta con el centro histórico de Kutná Hora a través de la calle Barborská, casi con seguridad la más bonita de la ciudad.
Es la estampa más conocida de la ciudad, con el Colegio de los Jesuitas a un lado, la preciosa balaustrada cubierta de estatuas de santos al otro lado y la catedral de Santa Bárbara al fondo.
En la calle Barborská, por cierto, se rodaron algunos planos de ‘Los miserables’ que sirvieron como escenario del magnificente París del siglo XIX.
El colegio de los Jesuitas es un elegante y austero palacio barroco, obra del arquitecto Giovanni Domenico Orsi. Responsable de otras grandes obras en Praga como la exquisita Biblioteca del monasterio de Strahov.
La fachada del colegio Jesuita tiene más de 180 metros de largo y frente a ella se sitúan 13 estatuas de los santos más influyentes para esta congregación, incluido la del español San Ignacio de Loyola.
No hay que olvidar asomarse al mirador que sobresale entre la catedral y el colegio Jesuita, que ofrece una panorámica preciosa del centro de la ciudad.
En Barborská se encuentra también el Museo checo de la plata, en el que se puede visitar algunos de los antiguos túneles mineros que se horadaron bajo la ciudad.
Kutná Hora es una ciudad de larga tradición minera y posee incluso un mineral con su nombre: la kutnohorita un tipo de carbonato de calcio y manganeso, de color blanco o rosa que fue descubierto aquí.
La Corte italiana
El antiguo castillo de Kutná Hora fue transformado hacia el año 1300 en la sede de la Casa de la Moneda Real y posteriormente en la Residencia de los reyes cuando visitaban la ciudad.
Tomó el nombre de Corte italiana (Vlašský dvůr) por los artesanos que hizo traer Wenceslao II desde Italia para que comenzaran la labor de la acuñación de monedas. Durante 250 años, aquí se acuñó el conocido como Groschen de Praga, una moneda de plata muy común en la Europa central del medievo.
Por todo ello la Corte italiana fue durante largo tiempo el centro del poder económico del reino de Bohemia y escenario de importantes acontecimientos. En la actualidad acoge las dependencias del Ayuntamiento y un museo.
La Corte italiana ofrece dos circuitos, uno centrado en la producción y acuñación de las monedas y otro en el que se visita el Salón de Audiencias, la capilla Real y otras lujosas estancias de la Corona.
Otros monumentos de Kutná Hora
Merece la pena perderse por las empedradas calles del centro histórico de Kutná Hora. Ya que podremos descubrir pintorescos rincones que no aparecen en las guías de viaje.
En la calle Husova, por ejemplo, repleta de casonas y palacetes barrocos algo desvaídos encontramos la preciosa Fuente gótica de piedra (Kamenná kašna) del 1495, con sus arcos y pináculos, casi como si de una iglesia en miniatura se tratara.
Si se sigue esa calle, algo más adelante puede verse la imponente Columna de la Plaga (Morový sloup), construida tras la terrible peste de 1713. Este tipo de monumentos en forma de grandes columnas fueron muy comunes en Europa Central para dar gracias a la Virgen y a diversos santos por el fin de una epidemia. La más conocida es sin duda la excelsa Columna de la Trinidad de Olomouc, en el sur de la Republica Checa, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad.
A dos calles de la Columna de la Plaga nos tropezamos con una de las casas más antiguas de la ciudad. La Kamenný dům o Casa de Piedra es una exquisita muestra de vivienda gótica burguesa de finales del siglo XV.
Un paseo por Kutná Hora no estará completo sin admirar otro de sus preciosos templos católicos. La bonita Iglesia de Santiago (Kostel sv. Jakuba) sobresale altiva de entre los edificios del centro histórico.
Esta iglesia construida en el siglo XV, se encuentra encajada entre callejas adorables y un par de placitas minúsculas, de manera que parece que tuvo que crecer hacia arriba. Sus naves son altas y estrechas y aún más su torre que alcanza los 85 metros. Su silueta es muy reconocible desde los miradores cercanos a la Catedral de Santa Bárbara o la calle Barborská.
Dónde dormir en Kutná Hora
Si se quiere visitar la ciudad sin prisas o explorar el Este de Bohemia es una buena idea hacer noche en Kutná Hora.
La Vila U Varhanáře es un pequeño hotel y restaurante situado en la calle Barborská junto al Colegio de los Jesuitas que cuenta probablemente con las mejores vistas de la ciudad.
Si se prefiere algo más refinado, nada mejor que el Palace Kutná Hora, un hotel situado en un precioso edificio de época justo enfrente de la Columna barroca.
(Totalmente actualizada en agosto del 2020)
Mapa de Kutná Hora
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