El parque Nacional de Connemara y la Abadía de Kylemore son algunos de los atractivos de esta zona
El hermoso Parque nacional de Connemara

El hermoso Parque nacional de Connemara

Al oeste de la ciudad de Galway se extiende la abrupta y vasta región de Connemara. Una tierra tan hermosa como áspera, casi diríase que abandonada de la mano de Dios.

Connemara se encuentra encajada entre el embravecido Océano Atlántico y dos de los mayores lagos de Irlanda (el Corrib y el Mask). Entre medias, inmensas extensiones de páramos azotados por el viento y la lluvia, arbustos retorcidos y ciénagas oscuras.

La Abadía de Kylemore

La enigmática Abadía de Kylemore (Foto: lodchjo-Pixabay)

La costa de Connemara está salpicada de pequeños pueblos pesqueros, pero el interior se encuentra prácticamente despoblado. Y las escasas localidades que hay, son literalmente cuatro casas a los lados de la carretera.

De hecho, casi podría decirse que las lanudas ovejas y la raza autóctona de caballos son los habitantes más numerosos de estas tierras tan adustas.

Connemara tiene una extensión algo menor que la isla de Lanzarote y su capital, Clifden, no es más que un pueblecito de apenas 2600 habitantes. Con este panorama nada parecería indicar que Connemara sea al tiempo una de las zonas más desoladas y fascinantes de Irlanda.

La mayoría de turistas viene hasta aquí únicamente a visitar la célebre abadía de Kylemore, una decimonónica construcción que parece sacada de la misma campiña inglesa. Sin embargo, se pierden algunos de los paisajes más cautivadores de Irlanda: El Parque Nacional de Connemara, el valle de Inagh o el puerto pesquero de Roundstone.

Civitatis ofrece un montón de excursiones y rutas por Connemara la mayoría en inglés.

Qué ver Connemara

La ruta de Diamond Hill es la más conocida dentro del Parque Nacional Connemara

La ruta de Diamond Hill es la más conocida dentro del Parque Nacional Connemara

Connemara National Park

Al norte de la región, muy cerca del pueblecito de Letterfrack se extiende el espléndido Parque Nacional de Connemara. Éste posee las montañas más altas de todo el condado de Galway, la cordillera conocida como Twelve Bens, cuyos picos apenas superan los 700 metros de altitud.

Y es que Irlanda no se caracteriza precisamente por su gran elevación sobre el mar. La montaña más alta de Irlanda es la Carrauntoohil con 1038 metros.

Las 2000 hectáreas del parque nacional cubren varios ecosistemas, principalmente grandes extensiones de brezales, turberas y humedales, suaves colinas y algunos bosques en las zonas más resguardadas.

Entre la fauna silvestre destacan las numerosas especies de aves insectívoras, rapaces y mamíferos como zorros, ciervos o armiños.
En la entrada del parque se ubica el Visitor Centre que incluye una pequeña exposición sobre esta zona protegida e información sobre los mejores senderos para recorrerla.

Uno de los torrentes que atraviesa el Parque nacional Connemara

Uno de los torrentes que atraviesa el P.N. Connemara (Foto: Eva Pesquera)

Una de las rutas más bellas y sencillas en el Parque Nacional de Connemara es la ascensión a la Diamond Hill, una colina que alcanza los 442 metros. El recorrido de ida y vuelta desde el centro de visitantes tiene escasamente 7 kilómetros y es asequible para casi todo el mundo. Por ello puede llegar a estar algo concurrido en verano, si hace buen tiempo.

Por el camino, bien señalizado, se atraviesan torrentes y hermosas masas de brezos y otros arbustos en flor. El recorrido está perfectamente habilitado, ya que en las zonas encharcadas se han instalado grandes tablas de madera a modo de sendero.

Conforme se asciende la Diamond Hill se abre ante el viajero unas hermosas vistas de los alrededores, con bosques, lagos y arbustos que ondean al viento.

Abadía de Kylemore

Este lugar está envuelto en un aura de romanticismo y tragedia, que hoy es convenientemente explotado por el turismo.

El suntuoso castillo de Kylemore lo mandaron construir en 1863 Mitchell Henry, un cirujano y político adinerado inglés y su amada esposa irlandesa, Margaret.

Aquí trabajaron artesanos italianos e irlandeses que utilizaron los materiales más nobles, entre los que destacaban mármoles de distintos colores.

El castillo contaba con todas las innovaciones de la época victoriana, además de 33 habitaciones, 4 baños, 4 salas de estar, salón de baile, sala de billar, biblioteca y muchas otras estancias.

Iglesia neogótica de Kylemore

Iglesia neogótica de Kylemore (Foto: Raquel Cobo)

En este idílico lugar junto a un lago vivió feliz el matrimonio Henry con sus hijos, hasta que, en un viaje por Egipto, ella contrajo unas fiebres y murió con tan sólo 45 años.

El marido levantó en su honor la preciosa iglesia neogótica situada a escasos metros del castillo y dejó de frecuentar Connemara.

Tras cambiar de manos varias veces el edificio fue adquirido por la iglesia católica en 1920, que la convirtió en una abadía de monjas benedictinas venidas de Bélgica, de la que habían huido por la Gran Guerra. Estas abrieron poco después, en la abadía de Kylemore, un prestigioso internado para señoritas que finalmente cerró en 2010.

Actualmente es con diferencia el lugar más visitado de Connemara y en temporada alta los turistas se agolpan para ver unas pocas salas de la abadía, los jardines victorianos, la iglesia y el mausoleo familiar.

Uno de los pocos fiordos de Irlanda, el Killary Harbour

Uno de los pocos fiordos de Irlanda, el Killary Harbour

El fiordo de Killary

El Killary Harbour es con sus 16 kilómetros de largo, uno de los escasos fiordos glaciales de Irlanda.

Esta ancha lengua de agua, en el extremo norte de Connemara, sirve además de frontera natural entre los condados de Galway y Mayo.

El fiordo de Killary ofrece uno de los paisajes más fotogénicos de la costa irlandesa, con la imponente montaña Mweelrea cayendo a pico sobre el agua.

Existe una bonita ruta histórica, la conocida como Green Road, de unos 9 kilómetros que discurre en paralelo al fiordo. Otra buena opción es tomar el ferry de la empresa Killary Fjord Boat Tours que recorre todo el fiordo y con un poco de suerte se pueden avistar los delfines que viven aquí.

El río Erriff desemboca en el fiordo y poco antes crea unas bonitas cascadas conocidas como Aasleagh Falls. Estas no quedan lejos de Leenaun, una pequeña localidad llena de pubs, muy frecuentada en verano por excursionistas y pescadores.

Vistas desde la Sky Road, cerca de Clifden

Vistas desde la Sky Road, cerca de Clifden (Foto: Daniel Mennerich-Foter)

Clifden y Sky Road

La localidad más importante de Connemara, Clifden, con sus calles anchas, sus construcciones modernas y sus riadas de turistas internacionales casi todo el año ha perdido gran parte de su encanto irlandés. Sin embargo, es una buena opción para alojarse y disponer de todos los servicios (supermercados, restaurantes, gasolineras…).

En todo caso, merece la pena pasear por las animadas Market Street y Main Street y visitar la iglesia católica de Saint Joseph cuya imponente torre es visible desde gran parte del pueblo.

En Clifden también se encuentra la sede de la Connemara Pony Breeders’ Society, una asociación que vela por la preservación de la raza de caballos propia de esta región. Varias empresas además ofrecen excursiones a caballo por los alrededores.

Algunos creen que el pony de Connemara proviene de caballos escandinavos traídos por los vikingos. Sin embargo, otras fuentes aseguran que son descendientes de los caballos andaluces que fueron soltados en Connemara tras encallar en estas costas algunos navíos de la Armada española.

Es un hecho constatado que, en 1588 tras la derrota contra Inglaterra, parte de la Armada española intentó huir rodeando la costa irlandesa y las tormentas les hizo estrellarse en esta zona. De ahí proviene, por ejemplo, el nombre del pueblo irlandés de Spanish Point en el vecino condado de Clare.

El lago Inagh, en el valle del mismo nombre

El lago Inagh, en el valle homónimo

Al Oeste de Clifden una estrecha carretera recorre en paralelo la costa. Es la conocida como Sky Road, una de las rutas más pintorescas de Connemara y que ofrece un panorama realmente espectacular del escarpado litoral.

El recorrido completo de la Sky Road tiene unos 16 kilómetros, con salida y llegada en Clifden. Y forma parte de la conocida y turística Wild Atlantic Way que recorre todo el litoral occidental de Irlanda.

Ciertos tramos pueden recordar a las preciosas carreteras de la península de Dingle, otro lugar apartado que merece la pena visitar con calma.

Inagh Valley

La estrecha carretera R344 atraviesa el mismo corazón de la desolada región de Connemara. El valle de Inagh es un paraje de una belleza áspera, majestuosa, flanqueado de imponentes montañas que protegen extensos páramos y algunos bosques de pinos.

Un rebaño de ovejas Blackface en la carretera del valle de Inagh

Un rebaño de ovejas Blackface en la carretera del valle de Inagh

En el fondo del valle se extiende un rosario de sinuosos y oscuros lagos junto a los que discurre la carretera. La soledad, el sonido del viento y la impresionante naturaleza del Inagh Valley puede llegar a dejar sin habla a las almas más sensibles.

Unas pocas cottages (casas de campo) reconvertidas en alojamientos, principalmente para pescadores, son casi las únicas construcciones del valle.

En este lugar tan alejado de todo, pueden llegar a recorrerse muchos kilómetros sin cruzarse con ningún coche. Sin embargo, no será raro avistar algún rebaño de las inconfundibles ovejas Blackface, típicas de esta zona del país. Estos sombríos animales de cara negra, cuernos retorcidos y cuerpo esponjoso corretean con total libertad en los márgenes del asfalto.

Al sur del valle de Inagh circula la carretera principal que conecta Galway con Clifden. Allí un pequeño mirador ofrece una vista preciosa de la Pines Island, una pequeña isla cubierta de pinos en mitad del lago Derryclare.

El pequeño puerto de la localidad de Roundstone

El pequeño puerto de la localidad de Roundstone

Roundstone

Cobijado en la intrincada costa del sur de Connemara se encuentra Roundstone, uno de los pueblos más pintorescos de la región.

Allá por 1973 sirvió de escenario para ‘El hombre de McKinstosh’ (ver vídeo) una excelente película de espías de John Huston protagonizada por Paul Newman.

Roundstone no parece haber cambiado mucho en el último medio siglo y sigue siendo un modesto puerto pesquero del oeste irlandés de apenas 300 o 400 habitantes. El pueblo y sus gentes conservan ese aire de autenticidad que hace que Roundstone sea una visita tan grata.

Paralela a la costa se extiende la calle principal (Main Street y su continuación Monastery Road) y en torno a ella se alinean la mitad de las casas de la localidad. Aquí apiñados unos junto a otros, encontramos todos los pubs, restaurantes, Bed & Breasfast y tiendas de Roundstone.

A dos pasos, literalmente, está el pequeño puerto, salpicado de un montón de barquitos pesqueros anclados. Y sobre el muelle pueden verse, a menudo, algunas redes de pesca y las conocidas como lobster trap, las trampas para langostas y bogavantes. Estos y otros sabrosos crustáceos son muy abundantes en estas frías aguas del Atlántico norte.

Y es que uno de los grandes atractivos de Roundstone es degustar el excelente marisco y pescado que se cocina en sus restaurantes y pubs. Una opción excelente para comer es el The Shamrock Bar & Restaurant, un local tradicional y acogedor donde se puede escoger entre diversos platos de pescado y marisco fresco. No hay que irse sin probar sus mejillones al vapor con salsa.

Main street de Roundstone

Calle principal o Main Street de Roundstone

Desde la calle principal, un pequeño callejón llega hasta la iglesia protestante de Saint Mary’s, rodeada de algunas lápidas centenarias. Un lugar agradable y apacible muy cerca del relativo ajetreo de la Main street.

Un lugar especialmente interesante para los amantes de la música es Roundstone Music and Craft Shop (Bodhran). Se trata de un taller y tienda en la que se puede admirar y comprar multitud de instrumentos musicales creados artesanalmente: violines, banjos, gaitas y por supuesto, bodhrans, un tipo de tambor tradicional irlandés.

Cuatro kilómetros al sur del pueblo encontramos el enclave de Dog’s Bay, una resguardada bahía con una hermosa playa de arena blanca.

Puente de piedra de 'El hombre tranquilo'

Puente de piedra de ‘El hombre tranquilo’

Un castillo y un puente

Al sureste de Connemara, a apenas 25 kilómetros de la ciudad de Galway encontramos una de las construcciones más antiguas de la región que se conservan en buen estado. El castillo de Aughnanure, es en realidad un enorme torreón y fue construido por el clan de los O’Flaherty en el siglo XVI.

Esta imponente Irish tower house (casa torre irlandesa) está abierta al público, se pueden visitar varias de sus estancias y además se encuentra muy cerca del lago Corrib.

A apenas 10 kilómetros del castillo de Aughnanure encontramos un antiguo puente de piedra, medio oculto por la vegetación ribereña.
El puente está un poco en medio de la nada, sobre un riachuelo y con algunas granjas dispersas en los alrededores. De hecho, nadie repararía en este bonito puente si no fuera porque apareció en una película clásica del cine de Hollywood.

John Ford rodó ‘El hombre tranquilo’ en varios escenarios naturales de Connemara y el pueblo de Cong. Y este puente aparece al comienzo de la película. Un gran panel junto al puente rememora aquel famoso rodaje.

El pueblo de Cong se encuentra en los límites de los condados de Galway y Mayo

El pueblo de Cong se encuentra en los límites de los condados de Galway y Mayo

Cong el pueblo de ‘El hombre tranquilo’

En los límites de los condados de Galway y Mayo, nos encontramos con la bonita localidad de Cong. Merece la pena dedicarle unas horas para pasear por sus calles y rememorar el rodaje de ‘El hombre tranquilo’ (ver vídeo).

Efectivamente aquí se rodó el grueso de la película, y los fans de este film clásico reconocerán alguno de los edificios de Innisfree, el nombre del pueblo en la ficción.

En el especial el pub de Pat Cohan, que tiene todavía el mismo aspecto, para felicidad de los turistas. Además, se pueden hacer una fotografía en la escultura de John Wayne y Maureen O’Hara y visitar el pequeño museo que recrea la casita de los protagonistas.

Pero Cong cuenta también con un patrimonio histórico de cierta entidad. Las ruinas de la Abadía de Cong tienen un enorme encanto, a pesar de que sólo conserven ya algunos muros de la iglesia y parte del claustro románico.

Ruinas de la Abadía de Cong

Ruinas de la Abadía de Cong

Al otro lado del río, la suntuosa mansión conocida como Ashford Castle, recuerda por su aspecto robusto y su piedra grisácea al castillo de Kilkennny.

El castillo de Ashford es actualmente uno de los hoteles más caros de la zona y cuenta con unos interiores muy lujosos. También es posible, sin ser huésped, acceder a sus hermosos jardines, previo pago de la entrada.

Alojamiento en Connemara

Un alojamiento maravilloso es el Clifden Bay Lodge en un entorno precioso con vistas a la Sky Road. Muy cerca de Clifden.

The Old Store es un acogedor Bed & Breakfast con vistas al mar situado a pocos metros del puerto de Roundstone.

Esta antigua posada fundada en 1796 está considerada la más antigua de Irlanda. Hoy el Leenane Hotel ofrece no sólo unas vistas espléndidas al fiordo de Killary, sino también la cercanía a muchos de los puntos de interés de Connemara.

Muy cerca del castillo de Ashford de la localidad de Cong está el The Lodge at Ashford Castle situada en una casa de campo preciosa.

Mapa de Connemara

La carretera N59 cruza Connemara de punta a punta

La carretera N59 cruza Connemara de punta a punta

Enlaces de interés:
Turismo Connemara
Connemara National Park
Kylerome Abbey
Roundstone
Bodhran, Roundstone
Connemara Pony Breeders’ Society

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