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Porqué visitar Rothenburg
La pequeña ciudad de Rothenburg ob der Tauber posee uno de los centros históricos medievales mejor conservados de Europa. Pero esto hace tiempo que dejó de ser un secreto. Rotemburgo (en español) es una de las paradas imprescindibles en los circuitos turísticos que recorren el centro de Alemania. Está situada en Baviera a unos 230km al norte de Múnich y a apenas 100 de Núremberg.
Los rotemburgueses han sabido lidiar con las aglomeraciones de turistas que abarrotan sus calles principales, protegiendo a la vez su patrimonio. De modo que la enorme afluencia de visitantes no ha conseguido restar ni un ápice del encanto de esta hermosa localidad.
Con su ejemplar recinto amurallado, que rodea todo la ciudad vieja, sus más de 40 torres y sus callejones empedrados no resulta complicado encontrar rincones pintorescos. Además basta con perderse por calles laterales o pasear a última hora de la tarde, una vez que los autobuses de turistas han partido, para poder disfrutar casi en soledad de la maravillosa Rothenburg ob der Tauber.
Un pueblo de postal que sin embargo ha tenido una historia apasionante de la que merece la pena conocer al menos unas pinceladas.
Para no perderse nada se puede contratar alguna de las visitas guiadas en Rotemburgo que ofrece Civitatis.
Un poco de Historia
Fundación
A mediados del siglo XII el rey Conrado III hizo construir aquí el Rote Burg (o Castillo Rojo) que dio luego nombre a la ciudad. También se añadió su ubicación geográfica ob der Tauber, que en español significa ‘sobre el río Tauber’.
En torno al castillo se establecieron las primeras casas, la plaza del mercado, iglesias y demás edificios religiosos. Como consecuencia de ello, se levantaron las primeras murallas para proteger todas estas construcciones.
Ya en el siglo XIII surgió un grupo de poderosos burgueses, que con el beneplácito real comenzó a administrar Rothenburg a través del Concejo.
Ciudad Libre Imperial
En 1274 el rey le concedió a Rothenburg ob der Tauber el título de Ciudad Libre Imperial. Tal y como ya le había sucedido a otras prósperas urbes del Sacro Imperio Romano Germánico, como Nördlingen o Ratisbona.
El aumento de libertades y derechos dio paso a un periodo de prosperidad que produjo el aumento de la población con la consecuente aparición de nuevos barrios y un segundo recinto amurallado.
En el siglo XVI se produjeron varios sucesos que alteraron considerablemente la historia de la ciudad. En 1521 Tras décadas de ultrajes y linchamientos, los judíos fueron finalmente expulsados de Rotemburgo. Algo más tarde en 1544 se rompió con la iglesia católica y los ciudadanos abrazaron la Reforma luterana.
La Guerra de los 30 años
Este conflicto que implicó a casi todas las potencias europeas durante tres décadas (1618-1648) marcó tragicamente toda esta región germana. En esta guerra el componente religioso tuvo gran importancia y pilló a Rotemburgo entre dos fuegos. Por un lado la ciudad debía lealtad al emperador católico Fernando II y por otro mostraba una clara inclinación por el rey Gustavo II Adolfo de Suecia de religión protestante.
Durante la Guerra de los 30 años este feudo cambió de manos varias veces y aunque consiguió salvarse de la destrucción, los enormes costes de la guerra supusieron la ruina de la ciudad. Acentuado además por la peste, con lo que la población de Rothenburg quedó diezmada.
Rothenburg atracción turística
A finales del siglo XIX diversos artistas y escritores descubrieron Rothenburg y su magnífica arquitectura que bebía de la antigua tradición alemana. Eso mismo atrajo al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (Nazi) que realizó en Rothenburg diversos campamentos de inmersión cultural y política con las juventudes nazis.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Rothenburg estaba lejos de ser un enclave estratégico pero sufrió (parece ser que por error) un bombardeo, que afectó a la mitad oriental del centro histórico. Afortunadamente la mayoría de los monumentos más importantes se salvaron de la destrucción.
Rothenburg ob der Tauber ha tenido una historia tan apasionante y en ocasiones atribulada, que resulta enormemente trivial considerarlo simplemente un pueblecito de cuento de hadas.
Las murallas y las torres
En la Edad Media Rothenburg tuvo un largo periodo de crecimiento y prosperidad. Esto provocó la construcción de tres murallas sucesivas, que protegieran la ciudad conforme iba creciendo. El primer y segundo recinto amurallado datan de los siglos XIII y XIV. Posteriormente se añadió una tercera muralla hacia el sur, dominada por el imponente Spital-Bastion, un baluarte defensivo circular construido en 1586.
Rothenburg junto a Nördlingen y Dinkelsbühl son las únicas ciudades alemanas (las tres en la zona noroeste de Baviera) que han conservado sus murallas completas en torno a ellas. El inmenso conjunto amurallado de Rothenburg tiene casi 4 km de longitud y nada menos que 42 torres y puertas.
Rödertor y Markustor
Existen seis puertas principales, entre las que destacan la Rödertor, al este, datada en el siglo XIII. Esta era una de las puertas más fortificadas de Rothenburg, ya que antes de llegar a la torre había que atravesar una garita con guardianes y una barbacana. En la actualidad se puede subir a la Rödertor y contemplar una buena panorámica de esa parte del centro histórico.
Hacia el interior de la ciudad quedan algunas puertas de la muralla original. Por ejemplo la robusta Markustor que fue construida en 1172 y una de las más antiguas.
Klingentor y St. Wolfgangs
Más interesantes aún son las puertas de la parte oeste, cercanas a los monumentos más destacados de Rothenburg.
La elegante Klingentor tiene más de 30 metros de altura y curiosamente llegó a utilizarse como deposito de agua para abastecer a la población.
Este es un buen lugar para subir a las murallas y recorrer ese tramo de las murallas. Desde lo alto de las murallas se puede contemplar una perspectiva distinta de la imponente iglesia gótica de San Jacobo (St Jakobskirche) la iglesia más grande y hermosa de Rotemburgo.
Junto a la torre de Klingen se encuentra una de las joyas ocultas del pueblo: la St. Wolfgangskirche. Esta iglesia fortíficada es una verdadera rareza en Alemania ya que se encuentra integrada en las murallas. Y tiene muchas afinidades con las iglesias fortificadas que levantaron los colonos alemanes en esa época en la lejana Transilvania.
San Wolfgang es una preciosa iglesia construida en estilo gótico tardío y alberga además un pequeño museo sobre la cría de la oveja. El comercio de la lana era una de las grandes fuentes de riqueza de esta región.
Burgtor y el jardín del castillo
Siguiendo las murallas se llega a la Burgtor o puerta del castillo. La Burgtor se construyó tras el terremoto de 1356 que destruyó completamente el castillo, para proteger el costado oeste de la ciudad.
Como nos contó Robert de la oficina de turismo, a pesar del nombre de Rothenburg (Castillo rojo) ya no hay ningún castillo y algunos turistas se vuelven locos buscándolo.
Este enclave es uno de los más bellos de la ciudad, ya que además de la bonita torre, encontramos el agradable jardín del castillo. Un poco más allá las murallas caen a pico sobre un meandro del Tauber, creando un excelente mirador que permite disfrutar de una espectacular panorámica de Rotemburgo.
La plaza y calles principales
La ciudad se articula en torno a la Markplatz o Plaza del Mercado. Con un eje que va de oeste a este y otro de norte a sur que bordean la plaza. Entre la puerta del castillo y la Plaza del Mercado se encuentra la elegante Herrngasse, cubierta de lujosas casas burguesas. Y hacia el sur la arteria principal de Rothenburg (Obere Schmiedgasse y su continuación Untere Schmiedgasse) cubierta de tiendas y restaurantes, a menudo atestadas de turistas.
Marktplatz
El verdadero corazón de la ciudad es la Marktplatz, rodeada de algunos de los más bellos e insignes edificios de Rothenburg.
La Marktplatz está dominada por el fastuoso edificio del Ayuntamiento (Althes Rathaus) de estilo renacentísta y en el que destacan sus arcadas y escalinatas. Por este lado puede accederse a la Rathausturm, la altísima torre del Ayuntamiento.
La cúspide es exigua y estrecha, por lo que sólo se admiten 20 personas en ella.
Y suele provocar unos minutos de espera frente a los tornos. Sin embargo, una vez arriba, se recompensa al visitante con unas vistas extraordinarias en todas direcciones.
Otro de los edificios más llamativos de la plaza es el conocido como Ratstrinkstube o Taberna de los concejales. Con su fachada triangular de un blanco pulcro y su famoso reloj del que sale uno de los personajes más famosos de la ciudad: el alcalde Nusch.
En la actualidad es la sede de la estupenda Oficina de Turismo de Rothenburg, la cual conviene visitar en primer lugar para planificar la visita.
Herrngasse
Justo enfrente del Ayuntamiento pero ya en la ilustre Herrngasse se encuentran, una al lado de la otra, dos de las casas más preciosas de Rothenburg.
La Marienapotheke un elegante edificio que ha funcionado como farmacia desde 1812 y que ha hospedado a insignes huéspedes como el Emperador Maximiliano I.
Y a su lado la Fleisch- und Tanzhaus (o Casa de Baile y Carnicería) con su preciosa fachada de entramado de madera, es uno de los más bonitos fachberks de la ciudad.
Los fachberks son unas construcciones germanas muy singulares en las que la estructura de madera pintada se muestra en sus fachadas. Estos edificios tenían varios usos, como su nombre indica esta casa de Rothenburg tenía una carnicería en la planta baja y la alta se utilizaba para organizar fiestas y bailes. Esto recuerda a otra bonita casa de la cercana Nördlingen llamada Casa del Pan y la Danza.
En la amplia y elegante Herrngasse se instalaron muchas familias burguesas y aquí se conservan todavía sus fastuosas casas. Estos burgueses competían por demostrar su poder y riqueza y una de las maneras que tenían de hacerlo era construyendo anchas fachadas para sus edificios.
Schmiedgasse
Poder disfrutar del bonito callejón del herrero (Schmiedgasse) es una de las razones por las que conviene hacer noche en Rothenburg. Muchos de los turistas vienen a pasar el día aquí desde Frankfurt o Núremberg. Así que solamente a primera hora de la mañana o al atardecer se puede pasear con tranquilidad por esta calle y su prolongación hacia el sur Spitalgasse.
Aquí encontramos uno de los lugares más fotografiados de Alemania, Plönlein una bella intersección donde pueden verse dos puertas de la ciudad.
Eventos en Rothenburg
Otro de los atractivos de Rothenburg son los muchos festivales y eventos que se celebran durante todo el año. Por ello todos los meses proporcionan una buena excusa para visitar esta parte de Baviera.
El Trago magistral
Quizá el más singular de todos sea el conocido como ‘Der Meister Trunk’ algo así como ‘El Trago magistral’. Según parece durante la Guerra de los 30 años las tropas imperiales del Conde de Tilly entraron en la ciudad y amenazaron con saquearla. El conde en un momento dado ofreció salvar a Rothenburg si alguien se bebía de un trago los 3 litros y 1/4 de vino contenido en un jarro. El alcalde Nusch lo consiguió y salvó a la población.
Durante 4 días tienen lugar espectáculos y desfiles en los que los habitantes se caracterizan con vestimentas del siglo XVII de campesinos, soldados, mercenarios o doncellas. Y como punto culminante se representa una obra inspirada en este acontecimiento. El Festival Histórico del Trago Magistral coincide con Pentecostés a mediados de junio.
El Festival del Vino
La Rothenburger Weindorf es la versión rotemburguesa de fiesta de la vendimia. Rotemburgo se haya en la región de Franconia, al norte de Baviera, una zona famosa por sus vinos. En la Rothenburger Weindorf, de mediados de agosto, se dan cita los vinicultores de la zona para mostrar sus caldos. A la feria se suman otros productores de manjares de la zona que acompañan estupendamente a los vinos y mostos.
Desde finales de noviembre hasta el 23 de diciembre tiene lugar su bonito mercado navideño llamado Reiterlesmarkt. Se instala evidentemente, en la Plaza del Mercado, pero ésta se ha quedado tan pequeña que los puestos se desparraman por las calles y plazas adyacentes. Especialmente en la Kirchplatz junto al ábside de la iglesia de St Jakobs.
La Markplatz y sus alrededores son el marco ideal para este mercado navideño y verlo desde lo alto de la Torre del Ayuntamiento es realmente especial.
Merece la pena pasearse por los puestos y hacerse con un vino caliente (glühwein), un kinderpunsch sin alcohol o comerse una salchicha literalmente de medio metro.
Hotel en Rothenburg
La estricta normativa urbanística de Rothenburg ha permitido salvaguardar el centro histórico. Y ello ha provocado que aunque existen bastantes hoteles en la ciudad vieja, la mayoría de ellos son elegantes hoteles boutique de unas pocas habitaciones. Muchos de ellos instalados en bellas casonas históricas.
Destaca entre ellos el Burg-Hotel situado en un edificio del siglo XII junto a las murallas y con vistas al río Tauber. Únicamente dispone de 15 habitaciones que se llenan rápidamente.
Otra buena opción para alojarse es el Wildbad Tagungsort. Un enorme complejo situado fuera de las murallas en mitad del bosque, muy cerca del río. Se trata de un antiguo hotel balneario decimonónico elegante y con mucho encanto. Se encuentra a apenas 5 minutos del bastión Spital en la muralla sur. Aunque para llegar a pie desde el hotel hay que trepar unas empinadas escaleras a través de los árboles.
Es un lugar ideal para pasar unos días de paz y tranquilidad en un entorno muy agradable.
Este artículo se ha escrito tras un viaje de prensa en el que se me han proporcionado diversos servicios. Sin embargo las opiniones aquí recogidas son todas reales y fruto de mi experiencia personal.
Enlaces de interés:
Turismo de Rothenburg
Turismo de Baviera
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19 diciembre, 2018 at 9:21 am
Muy hermosa descripcion de esa bella ciudad. La visite en octubre del pasado año y quede encantada. Pienso regresar proximamente.
19 diciembre, 2018 at 10:31 am
Hola Ida.
No me extraña que quieras volver a Rothenburg.
Nosotros estuvimos un día y claramente no es suficiente para recorrer la ciudad y visitar alguno de sus museos.
También volveremos 😉