Una de las visitas imprescindibles en la región de Baden-Wurtemberg
Vista de la romántica Heidelberg desde el Camino de los Filósofos (Philosophenweg)

Vista de la romántica Heidelberg desde el Camino de los Filósofos (Philosophenweg)

Cobijada entre una verde colina y el ancho río Neckar, la ciudad de Heidelberg muestra su inconfundible silueta.

El puente viejo conecta las dos orillas y en la ladera de la montaña, un castillo medio en ruinas, que en su día fue una de las residencias más suntuosas del centro de Europa.

Plaza del mercado (Marktplatz) presidida por la iglesia del Espíritu Santo

Plaza del Mercado (Marktplatz) presidida por la iglesia del Espíritu Santo (Foto: Raquel)

En la ribera izquierda del río, encontramos la Altstadt (o Ciudad vieja de Heidelberg) bien conservada, repleta de casonas barrocas, iglesias y plazuelas con mucho encanto.

La Universidad de Heidelberg, fundada en 1386, es la más antigua de Alemania y sigue siendo una de las más prestigiosas del país. De hecho, atrae a miles de jóvenes que estudian aquí y que viven mayoritariamente en el centro histórico.

Su abundante población estudiantil la convierte en una ciudad vibrante, con una variada oferta cultural y de ocio, por no hablar de los excelentes restaurantes de Heidelberg.

Mirándola casi desde cualquier colina de los alrededores, Heidelberg posee una belleza de postal que atrajo a escritores y pintores del romanticismo del XIX, como William Turner. Pero más allá de su innegable fotogenia, la ciudad atesora un pasado fascinante y turbulento del que han sido testigos muchos de sus monumentos.

Puente viejo (Alte Brücke) y Puerta del puente (Brückentor) dos de los iconos de esta ciudad de Baden-Wurtemberg

Puente viejo (Alte Brücke) y Puerta del puente (Brückentor), región de Baden-Wurtemberg

Heidelberg se encuentra a apenas 100 km de dos de las grandes ciudades alemanas: Frankfurt y Stuttgart, por lo que es casi una visita obligada para todo viajero que se encuentre por la zona.

Merece la pena visitar Heidelberg con un guía oficial como Francesca Blasetti que conoce la ciudad a la perfección y domina cinco idiomas, entre ellos el español.

Breve historia de Heidelberg

Imagen de la Virgen y el niño en Merianstraße

Imagen de la Virgen y el niño en Merianstraße

Edad Media

La primera cita conocida de Heidelberg aparece en un documento datado en 1196 en la abadía de Schönau, por ello es considerado el año de la fundación de la ciudad. Aunque con anterioridad ya había habido aquí asentamientos celtas, romanos y algunos pueblos germánicos.

Unos dos siglos después, el príncipe Ruprecht I creó la Universidad y Heidelberg vivió un prolongado periodo de esplendor, convirtiéndose también en la capital del Palatinado (Pfalz en alemán).

Este fue un territorio regido por príncipes electores dentro del Sacro Imperio Romano Germánico.

La Reforma

Heidelberg fue uno de los lugares donde más fuertemente arraigó la Reforma Protestante.

En 1518 Martin Lutero fue recibido en la ciudad para defender sus tesis y años después un príncipe elector encargó la redacción del conocido como Catecismo de Heidelberg, uno de los documentos protestantes más influyentes.

Un placer perderse por el casco antiguo (Untere straße)

Un placer perderse por el casco antiguo (Untere straße)

Las tensiones religiosas en Europa Central entre católicos y protestantes desembocaron en la Guerra de los Treinta Años (1618-1948), un conflicto en el que terminaron involucrados casi todos los estados europeos.

La población mayoritariamente protestante de Bohemia rechazó al rey católico de los Habsburgo y ofreció la corona al príncipe protestante Friedrich V del Palatinado. Este aceptó el cargo, pero fue depuesto a los pocos meses razón por la que se le conoció como ‘el rey del invierno’, al reinar un solo invierno.

En 1622 los ejércitos de la Liga Católica asediaron Heidelberg durante dos meses y tras tomarla saquearon quizá su joya más preciada: la Biblioteca Palatina. Esta fue ofrecida como regalo al Papa de Roma y hoy la mayoría de aquellos valiosos libros impresos y manuscritos siguen formando parte de la Biblioteca del Vaticano.

El Kornmarkt con la Fuente de la Virgen barroca en su centro

El Kornmarkt con la Fuente de la Virgen barroca en su centro

La Guerra de Sucesión

Ante la pujanza del vecino reino de Francia, el elector palatino Karl I Louis casó a su hija Liselotte con el Duque de Orleans con la esperanza de fortalecer la alianza entre ambos países. Sin embargo, en 1685 tras la muerte de Karl II, hermano de Liselotte, el poderoso rey francés Luis XIV reclamó para sí el Palatinado, dando comienzo a una guerra.

Cuatro años más tarde las tropas francesas tomaron finalmente Heidelberg que quedó en gran parte destruida.

El castillo quedó muy dañado y todavía muestra las heridas de aquella contienda. Poco después la capital del Palatinado se trasladó a Düsseldorf y posteriormente a Mannheim.

La ciudad comenzó a recuperarse y reconstruirse en el siglo XVIII razón por la cual el casco antiguo de Heidelberg es fundamentalmente barroco.

Panorámica desde el río Neckar

Panorámica desde el río Neckar

Segunda Guerra Mundial hasta hoy

El 30 de marzo de 1945, poco antes del fin de la Segunda Guerra Mundial, las tropas norteamericanas entraron sin oposición en la ciudad de Heidelberg.

Al no contar con industria armamentística ni ser un objetivo estratégico esta ciudad alemana se salvó de los bombardeos aliados. Esto unido a las buenas infraestructuras que poseía hizo que las fuerzas estadounidenses instalaran en Heidelberg su cuartel general durante el periodo de ocupación.

En 1951 se fundó un nuevo campus universitario, Neuenheimer Feld, con numerosas facultades de ciencias y un hospital universitario. Tres décadas después se amplió con un parque tecnológico y hoy Heidelberg es un centro de referencia con docenas de empresas del sector farmacéutico y la investigación.

Miles de biciletas en la estación de tren de Heidelberg, junto al Bahnstadt

Miles de biciletas en la estación de tren de Heidelberg, junto al Bahnstadt (Foto: Raquel)

Así mismo Heidelberg cuenta con el barrio sostenible más grande del mundo, con capacidad para 12.000 personas. El barrio de Bahnstadt, junto a la estación, cuenta con casas pasivas (Passivhaus) construidas con una gran eficiencia energética.

La gran mayoría de la población se mueve en bicicleta, incluida las personas de mayor edad y el tráfico de vehículos está muy restringido en el centro histórico.

Qué ver en Heidelberg

Para disfrutar de Heidelberg hay que pasear por su Altstadt, perderse por sus callejas, poco transitadas y encantadoras. De hecho, el escaso tráfico en el centro invita a caminar o usar la bicicleta.

También merece la pena cruzar los puentes y subir a las colinas que rodean la ciudad. Porque Heidelberg se puede admirar desde dentro, pero también desde fuera.

Torres en ruinas del castillo de Heidelberg (Alemania)

Torres en ruinas del castillo de Heidelberg (Alemania) (Foto: Raquel)

La HD Card, es una muy buena opción ya que incluye la entrada al castillo, el transporte público y docenas de descuentos en atracciones y establecimientos.

El castillo de Heidelberg

Situado en un entorno envidiable, sobre una colina y rodeado de densos bosques, el castillo de arenisca roja emana una atracción innegable. Desde semejante atalaya, la antigua residencia de los príncipes del Palatinado dominaba la ciudad y el valle del río Neckar.

Este lugar está considerado una de las ruinas más evocadoras y románticas de toda Alemania, por lo que es una visita muy habitual para las parejas de enamorados.

Al castillo (Schloss Heidelberg) se puede subir desde el centro de la ciudad, bien mediante el funicular (de pago) o por unas empinadas escaleras.

Las dos maneras tienen su encanto, por lo que es recomendable combinarlas.

Vistas de la ciudad desde el Stückgarten del castillo

Vistas de la ciudad desde el Stückgarten del castillo

Los jardines
En torno al castillo se despliegan unos agradables jardines que pueden visitarse libremente y en el que destaca un bonito arco barroco cubierto de animalillos, regalo del príncipe Friedrich V a su esposa.

Muy cerca se abre una terraza con unas vistas magníficas de la ciudad y sus casas de tejados rojos.

Puede verse la imponente iglesia del Espíritu Santo en primer término y un poco más allá el Puente viejo que cruza el río. Al otro lado, una colina verde esmeralda por donde discurre el precioso Camino de los filósofos, otra de las visitas imprescindibles de Heidelberg.

El edificio del príncipe Friedrich en el patio del castillo

El edificio del príncipe Friedrich en el patio del castillo

El patio del castillo
Volviendo la vista al castillo, observamos los muchos destrozos que ocasionaron los bombardeos de las tropas francesas a finales del XVII en la Guerra de Sucesión del Palatinado.

El Schlosshoff o patio central es lugar más emblemático del recinto, rodeado de edificios de distintas épocas. Entre los que destaca el elegante Friedrichsbau, cuya fachada está cubierta con estatuas de los condes y príncipes del Palatinado.

Otro de los costados lo ocupa el edificio de Otto-Heinrich considerado una de las más importantes construcciones renacentistas en suelo alemán. Sobresale por sus 16 figuras alegóricas donde tienen cabida héroes como Hércules o Sansón, virtudes como la Esperanza y la Justicia o personificaciones de los planetas como Marte o Venus. Lamentablemente del edificio queda poco más que la fachada, aunque no es difícil imaginar la magnificencia que debió tener en su momento.

El Große Fass se custodia en la bodega del castillo

El Große Fass se custodia en la bodega del castillo

En la planta baja está instalado el interesante Museo de la Farmacia que hace un recorrido por los avances y descubrimientos de la Farmacología occidental. Expone una colección muy atractiva de instrumentos, recipientes, dibujos y muestras de plantas y semillas.

En la bodega del castillo se guarda el mayor barril de vino del mundo, el conocido como Große Fass construido en 1751. Posee una capacidad para 222.000 litros y se usó en su momento para almacenar una parte de la cosecha de los agricultores que se entregaba como diezmo.

Los viticultores entregaban su peor vino, por lo que el barril contenía una ingente mezcla de vinos de baja calidad. Algo que pareció no importar a Perkeo, uno de los guardianes del barril, que se convirtió en uno de los personajes más famosos de Heidelberg.

Equipo de remo femenino entrenando junto al Puente viejo

Equipo de remo femenino entrenando junto al Puente viejo

El puente viejo

El Alte Brücke o Puente viejo es una de los monumentos más bellos de la ciudad, construido también con la característica arenisca roja del valle del Neckar. Se levantó en 1788 por orden del príncipe elector Karl Theodor y en él puede verse una efigie suya y otra de la diosa Atenea.

El Puente viejo tiene 200 metros de longitud y ocho ojos que conectan la Alstadt con la otra orilla del río, donde se asientan algunas de las mansiones más lujosas de Heidelberg.

El Neckar es uno de los mayores afluentes del Rin y se ha sido utilizado como vía de transporte de mercancías desde hace siglos.

En la actualidad cuenta con numerosas presas, por lo que su curso de agua es muy estable y es el lugar ideal para practicar algunos deportes acuáticos.

En Heidelberg hay un larga tradición de competiciones de regatas, de hecho los dos clubes de Remo de la ciudad se fundaron allá por el siglo XIX. Por ello es muy habitual poder ver entrenar a los distintos equipos de remo.

Escaleras del Camino de la serpiente (Schlangenweg)

Escaleras del Camino de la serpiente (Schlangenweg)

Varias empresas ofrecen agradables paseos en barco, de en torno a una hora, que permite admirar la ciudad y el puente desde otra perspectiva. Recientemente se ha puesto en funcionamiento una iniciativa muy interesante, el barco Neckarsonne que funciona con placas solares y se mueve prácticamente en silencio.

La Brückentor o Puerta del puente es una de las antiguas puertas de la ciudad. Destaca por sus elegantes torres blancas con chapiteles negros y es, sin duda, uno de los iconos de la ciudad.

A su lado se sitúa la popular estatua de un mono con un espejo. Un lugar muy concurrido por los visitantes para hacerse selfis.

El camino de los filósofos

Al otro lado del río, frente a la Altstadt, discurre el encantador Camino de los filósofos o Philosophenweg, que ofrece en su recorrido unas preciosas vistas de Heidelberg.

Este sendero trazado por mitad de la ladera de la montaña y que va en paralelo al río Neckar, es especialmente bonito por la tarde cuando la luz del sol ilumina el castillo y la ciudad de Heidelberg.

De hecho, es habitual ver a personas, de cualquier condición, simplemente paradas admirando el espléndido paisaje.

Extasiado con las vistas del Camino de los Filósofos

Extasiado con las vistas del Camino de los Filósofos

Si se sube desde el puente Theodor-Heuss la pendiente es más suave, mientras que si se hace desde el Puente Viejo es mucho más duro. Ya que hay que trepar por el Schlangenweg (o Camino de la serpiente), llamado así porque el camino empedrado zigzaguea como un reptil.

Este tramo suele estar flanqueado por altos muros de piedra y una espesa vegetación, por lo que por momentos uno cree estar muy lejos de la civilización.

El recorrido más habitual, entre los dos puentes, tiene unos 2 kilómetros. Pero se puede también subir hasta la cima de la montaña donde se encuentra el Thingstätte, un antiguo anfiteatro construido por el partido nazi en 1935.

Fuente de Hércules en la Marktplatz

Fuente de Hércules en la Marktplatz

La Plaza del Mercado

La Marktplatz o Plaza del Mercado es el corazón de la ciudad, un lugar que bulle de actividad desde el alba hasta el anochecer.
Aquí encontramos algunos de los edificios más ilustres de la ciudad y puede sentirse como el medievo coexiste armoniosamente con los nuevos tiempos.

Cuando el buen tiempo lo permite, la plaza se llena de mesas y sillas de las cafeterías, rodeando la fuente de Hércules, donde antaño se encadenaba a los delincuentes.

Y los puestos de souvenirs se han asentado junto a la cabecera de la iglesia, donde todavía podemos ver las antiguas marcas con forma de bretzels, que indicaban el tamaño mínimo que debían tener para su venta.

Interior de la iglesia del Espíritu Santo, Heiliggeistkirche

Interior de la iglesia del Espíritu Santo (Heiliggeistkirche)

Precisamente la iglesia del Espíritu Santo (Heiliggeistkirche) es el templo más importante de la ciudad. Construido a caballo del siglo XIV y XV en estilo gótico, destaca por la gran altura de sus tres naves. Especialmente evidente en su interior que cuenta con largas columnas que se expanden en las bóvedas como palmeras.

Frente a la habitual sobriedad de las iglesias germanas, la iglesia del Espíritu Santo muestra un fuerte contraste entre la arenisca roja y los muros encalados.

En esta iglesia se custodiaba la Biblioteca Palatina que fue saqueada durante la Guerra de los 30 años y también aquí se hallan las tumbas de varios de los príncipes del Palatinado más insignes.

Frente a la estatua de Hércules se halla el Ayuntamiento (Rathaus), un elegante edificio de principios del siglo XVIII que ocupa todo un lateral de la Markplatz.

En esta plaza se monta todos los años uno de los mercados de Navidad más entrañables de la región de Baden-Wurtemberg, con casi 150 puestos.

Museo de la Universidad y Fuente del León

Museo de la Universidad y Fuente del León

La Universidad y la Cárcel de estudiantes

La Universidad de Heidelberg también llamada Ruprecht-Karls-Universität Heidelberg, ocupa hoy no sólo el moderno campus al otro lado del río, sino también muchos otros antiguos edificios en el casco histórico.

Los más importantes se sitúan en torno a la Universitätsplatz: el Aula Magna y el Museo de la Universidad frente a la Fuente del león y al otro lado, el edificio de la Universidad Nueva.

La Fuente del León o Löwenbrunnen es una de las tres preciosas fuentes históricas de Heidelberg, junto con las de Hércules y la Virgen María. Por ello, guarda cierta afinidad con Olomouc en la República Checa, una ciudad que cuenta con otro interesante conjunto de fuentes barrocas.

En esta universidad han estudiado algunas insignes personalidades como Helmut Kohl, Hannah Arendt, el filófoso y académico español Emilio Lledó y más de medio centenar de premios Nobel.

Pero es, quizá, la Cárcel de estudiantes (Studentenkarzer) el lugar más célebre y visitado de todos los relacionados con la universidad. La Cárcel está situada en un callejón en una casa anexa al Aula Magna de la Universidad.

Cárcel de estudiantes (Studentenkarzer)

Cárcel de estudiantes (Studentenkarzer)

Durante casi un siglo entre 1823 y 1914 los estudiantes que cometían pequeños delitos, como escándalo público, duelos o borracheras eran encarcelados en este curioso lugar.

Parece ser, que el pasar al menos una noche en la cárcel se convirtió en una especie de ritual y a juzgar por las pintadas de las paredes, los estudiantes presos no lo debieron pasar tan mal.

Los muros de la cárcel narran a través de los ‘graffitis’ de los alumnos distintas situaciones reales como la visita de las prostitutas a los estudiantes o la suelta de cerdos por las calles.

Son muy abundantes las siluetas negras con las que los propios estudiantes se retrataban para dejar constancia de su paso por la cárcel.

La Casa del Caballero, la única casa renacentista que se salvó de la Guerra de Sucesión

La Casa del Caballero, la única casa renacentista que se salvó de la Guerra de Sucesión

Hauptstraße

La Calle Mayor o Hauptstraße cruza de punta a punta el casco histórico y es una vía imprescindible para descubrir Heidelberg.

En su extremo occidental limita con la Bismarckplatz, quizá la plaza más concurrida de Heidelberg, ya que es un importante nudo de comunicaciones. Aquí encontramos paradas de numerosas líneas de tranvías y autobuses, así como un centro comercial y todo tipo de servicios.

Adentrándonos en la ciudad vieja por Hauptstraße nos tropezamos con el Kurpfälzisches Museum, que alberga una interesante colección de obras de arte especialmente de los siglos XV al XX.

Si se continua, se deja a un lado el Aula Magna de la Universidad y se llega finalmente junto a la iglesia del Espíritu Santo. Justo frente a ella encontramos la Haus zum Ritter o Casa del caballero, un hermoso edificio renacentista de 1592, cubierto de medallones con personajes, cariátides y una profusa decoración vegetal.

La casa perteneció a Carolus Belier, un rico mercader de telas que se estableció en Heidelberg. Al estar construida en piedra fue la única casa que sobrevivió a los incendios provocados por la Guerra de Sucesión del Palatinado de finales del XVII.

La Hauptstraße conecta entre sí las plazas más bonitas de Heidelberg, la ya citada Marktplatz y otras dos contiguas.

El Kornmarkt (o Mercado del grano) es la plaza de menor tamaño, pero también la que tiene más encanto. Se encuentra rodeada de mansiones y palacios y en su centro encontramos una fuente con una columna mariana, la conocida como Madonna de Kornmarkt.

Pese a que la Reforma protestante dio lugar a una ola de destrucción de imágenes de vírgenes y santos en muchos lugares, por entender que promovía la idolatría, en Heidelberg se respetaron muchas de ellas.

Conviene levantar la vista mientras se pasea por Heidelberg, ya que se conservan bonitas esculturas religiosas en las fachadas de los edificios.
Por detrás de la columna de la Madonna de Kornmarkt puede verse las ruinas del castillo de Heidelberg. Quizá una de las fotografías más bonitas que pueden hacerse aquí.

Karlplatz con el castillo al fondo

Karlplatz con el castillo al fondo

La amplia Karlsplatz, llamada así en honor del gran duque Karl Friedrich von Baden, tiene mucho menor trasiego ya que apenas tiene comercios si no que está rodeada de palacios y edificios institucionales. El más significativo de todos es posiblemente la Academia de Ciencias, situada un centenar de metros más abajo del castillo.

Dónde dormir en Heidelberg

Uno de los hoteles más bonitos de Heidelberg es posiblemente el Hotel Villa Marstall, situado en una casona del siglo XIX situada junto al río Neckar.

Si uno prefiere estar en el mismo centro de la ciudad, nada mejor que Hotel am Kornmarkt, que se encuentra en la plaza más coqueta de la ciudad. Un hotel de precio asequible, sin lujos, pero muy acogedor.

Este artículo se ha escrito tras un viaje de prensa en el que se nos han proporcionado diversos servicios. Sin embargo las opiniones aquí recogidas son todas reales y fruto de nuestra experiencia personal.

Con la guía oficial Francesca Blasetti

Con la guía oficial Francesca Blasetti

Enlaces de interés:
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