Desparramado sobre las suaves colinas de las Sierras Subbéticas aparece el pueblo blanco de Carcabuey. Coronado por su imponente castillo medieval y acompañado algo más abajo, por la iglesia de la Asunción.
Esta pequeña localidad cordobesa de apenas 2500 almas, esconde rincones con mucho encanto, que uno puede descubrir a poco que se adentre por sus cuestas y callejuelas.
Prácticamente todo el término municipal de Carcabuey (excepto la zona urbana) queda dentro del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, lo que puede dar una idea de la riqueza de su entorno natural.
Unas tierras dominadas por el cultivo del olivo, aquí omnipresente, que lejos de crear un horizonte monótono, le confiere una singular personalidad y una extraña belleza al paisaje.
Por todo ello, éste es uno de los mejores lugares de Andalucía para practicar el conocido como oleoturismo.
Aquí se pueden visitar almazaras y fábricas de aceite, fincas olivareras y también alojarse en escondidos cortijos y casas rurales rodeadas de olivos. No en vano, en Carcabuey se elabora un aceite de oliva de una calidad extraordinaria perteneciente a la DOP Priego de Córdoba.
La manera más cómoda de conocer la comarca es con una visita guiada con Civitatis.
Un poco de historia
Ya en tiempos prehistóricos se tiene constancia de que estas tierras estuvieron habitadas y más tarde aquí se asentó un poblado ibero que tomó el altisonante nombre de Ipolcobúlcula.
Pero es en época romana cuando en este enclave se instaló un asentamiento de cierta importancia. Se han encontrado losas con inscripciones, hornos cerámicos y antiguas prensas de aceite, que dan buena prueba de la presencia romana en Carcabuey.
La dominación musulmana duró más de ocho siglos, pero pocas fuentes citan la localidad de Karkabul, más allá de la llegada del emir Abdalá I de Córdoba para sofocar una revuelta y destruir el castillo allá por el año 892.
Entre los siglos XIII y XIV la región se convirtió en fronteriza entre el reino nazarí de Granada y el reino de Castilla. Lo que provocó que Carcabuey cambiara de manos en varias ocasiones, hasta su conquista definitiva por el rey cristiano Alfonso XI en el año 1341.
Más tarde, a mediados del siglo XV, el pueblo se vendió a la poderosa familia de los Fernández de Córdoba, Marqueses de Priego y posteriormente Duques de Medinaceli. Bajo su autoridad la villa se dotó de edificios públicos, iglesias y fuentes. Y se configuró su entramado de calles y plazas, que se ha mantenido casi inalterado hasta nuestros días.
Qué ver en Carcabuey
Carcabuey, en mitad de la comarca de la Subbética, se encuentra aproximadamente a una hora de carretera de la ciudad de Córdoba. Y a escasos 8 kilómetros de la bella localidad de Priego de Córdoba, por lo que puede ser una escapada muy apetecible para aquellos que visitan la provincia.
El Castillo y la ermita
En lo alto de un cerro rocoso, dominando el pueblo y todos los alrededores se alza el imponente castillo de Carcabuey.
Esta fortaleza fue construida por el rey Fernando III en el siglo XIII, sobre los cimientos de una construcción romana y una posterior árabe.
El castillo se adapta a la dificultosa orografía de la roca con una forma casi triangular. Posee un amplio patio de armas y cinco torres que protegen sus murallas.
Hasta hace algunos años los niños del pueblo jugaban entre sus muros, pero ya hace algún tiempo que el acceso fue cerrado, debido a la falta de seguridad del recinto.
A pesar de ello y de la empinada cuesta que hay que subir, las vistas que se tienen aquí del pueblo y los campos circundantes bien merecen el esfuerzo.
Sí que se puede entrar, sin embargo, a parte del recinto para visitar la ermita del castillo, con sus paredes encaladas sobresaliendo por encima de la muralla.
Su forma maciza y humilde esconde un interior acogedor, en el que destaca la imagen de la Virgen del castillo, patrona de la villa.
Vale la pena acercarse al altar y contemplar en sus paredes los cientos de exvotos que los alcobitenses han ofrendado, durante años, a la Virgen para que curase sus dolencias. Éstos son pequeñas obras de arte de hojalata que simbolizan personas, brazos, ojos, pechos e incluso caballos y corderos.
En el exterior, la explanada que se extiende frente al castillo todavía esconde, según se cree, vestigios arqueológicos de las antiguas culturas que pasaron por aquí (íberos, romanos, árabes…).
En un extremo, de hecho, puede verse un antiguo aljibe que podría pertenecer a la época romana.
Iglesias de Carcabuey
El resto de monumentos destacables de Carcabuey son lógicamente sus iglesias. En especial la adusta y pétrea parroquia de la Asunción, la más antigua y prominente de la villa, situada en la parte alta del pueblo.
La Asunción destaca por su maltrecha portada lateral con elementos renacentistas y su alto campanario que se eleva sobre todas las casas. En su interior, la Asunción guarda algunas de las tallas más reverenciadas de la población y que son sacadas en procesión durante la Semana Santa.
Casi en la otra punta de la localidad, encontramos la más modesta iglesia de San Marcos, probablemente de finales del siglo XVI, con sus paredes encaladas salvo la portada pintada de ocre y su viejo campanario de piedra.
Lamentablemente tanto La Asunción como San Marcos suelen encontrarse cerradas casi todos los días de la semana por lo que resulta muy difícil ver sus interiores.
Aunque quizá la construcción religiosa más singular de la localidad, sea el Altar de las Angustias. Se trata de una especie de templete, único en la provincia, que carece de propietarios y que cuidan los propios vecinos. El altar cobija en una hornacina una talla centenaria de la Virgen de las Angustias.
Otros lugares de interés
No hay que irse sin recorrer las callejuelas estrechas y sinuosas de la parte alta del pueblo. Una sucesión de casitas humildes de un blanco níveo que se agarran a la colina creando un entorno con mucho encanto.
La calle más señorial de todas es, probablemente, la del castillo, que trepa desde el Ayuntamiento por una escalinata flanqueada en un costado por una hilera de naranjos. En lo alto de esta calle puede verse un pequeño altar con un mosaico en honor a la Virgen del Castillo, patrona de Carcabuey.
Algo más abajo, en una de las plazuelas más pintorescas de la villa, se halla la Fuente del Pilar, con sus cuatro caños, realizada en el siglo XVIII. Una elegante y modesta obra urbana que muestra en su piedra las cicatrices de haber sido utilizada por muchas generaciones de alcobitenses.
Instalado en un gran edificio polivalente encontramos el interesante Museo Histórico Municipal. Sorprende que un pueblo de este tamaño cuente con un museo de esta entidad, con un diseño atractivo y didáctico y criterios museísticos modernos.
La visita puede ser aún mejor, si Rafael Serrano el historiador local, ejerce de guía.
La colección muestra en unas pocas salas un recorrido por la historia de Carcabuey y sus alrededores. En ella destacan un par de valiosas losas con inscripciones romanas que se encuentran en un magnífico estado de conservación.
Para más información se puede contactar con la Oficina de turismo de Carcabuey.
Oleoturismo en Carcabuey
La vida económica de Carcabuey gira en torno al olivar, ya que prácticamente toda la población está directa o indirectamente ligada a él.
La mayor parte del terreno agrícola del término municipal está dedicado a este monocultivo, por lo que no es difícil entender porque éste es un magnifico lugar para hacer oleoturismo.
Quizá la mejor manera de introducirse en la cultura del aceite de oliva sea contratando una experiencia completa que incluya alojamiento en una casa rural, además de visitar una finca olivarera y una almazara.
Visita a una finca olivarera
Para la gente del campo, visitar una finca olivarera quizá no suponga algo demasiado extraordinario. Pero para los urbanitas habituados a los atascos kilométricos, a pasar horas delante de un ordenador y a los alimentos envasados llenos de conservantes, puede resultar una experiencia de lo más emocionante.
Hundir los zapatos en la tierra blanda, pasearse entre olivos, a menudo centenarios, de la mano de alguien que conoce cada palmo de la sierra, y cada variedad de aceituna, es un auténtico lujo.
En la comarca de la Subbética las variedades más cultivadas son hojiblanca, picual (o marteño) y picudo, cada una con sus características y cualidades inherentes. Aunque es la hojiblanca la que predomina debido a su manejo más sencillo y que es apta tanto para elaborar aceite como para aceituna de mesa.
Lo cierto es que la recolección de la aceituna ya no es lo que era antiguamente. Mientras que en las pequeñas propiedades todavía se varea con grandes palos a la manera tradicional, en explotaciones de mayor tamaño se utilizan medios mecánicos o incluso maquinaria pesada.
En varias fincas de Carcabuey se utilizan los llamados buggys, unos vehículos de enormes ruedas y con una gran tracción para moverse con facilidad por terrenos irregulares, a los que se ha insertado una pinza vibradora. Ésta agita el árbol en un movimiento rápido en forma de estrella que pretende ser productivo a la vez que lo menos perjudicial posible (ver vídeo).
Tras el paso del buggy, dos o tres operarios finalizan el trabajo con los llamados peines que hacen caer las últimas aceitunas. El proceso dura apenas medio minuto por olivo. Después otros miembros de la cuadrilla recogen las fardos repletos de aceitunas del suelo y las vuelcan sobre el conocido como tractor recogefardos.
Los visitantes asisten, a menudo, atónitos a todo este ajetreo de máquinas y gente yendo y viniendo en el que cada uno sabe exactamente qué papel desempeña.
La rapidez y la agilidad con que se maneja la cuadrilla es realmente sorprendente. No es de extrañar, las fincas tienen a menudo cientos de hectáreas y apenas unos días para recoger la aceituna en el momento óptimo de maduración.
Visita a una Almazara
En la antigüedad las almazaras consistían en poco más que una gran piedra que giraba a modo de mortero e iba prensando pequeñas cantidades de aceitunas.
En la actualidad, sin embargo, el proceso de elaboración del aceite de oliva, es bastante más sofisticado, por ello resulta tan interesante conocer por dentro estas fábricas.
Existen varias almazaras visitables en los alrededores de Carcabuey, una de ellas es la Marín Serrano El Lagar, situada en las afueras del pueblo, apenas un poco más allá de las últimas casas.
Partes de una almazara
Todas las almazaras cuentan, en principio, con tres áreas bien definidas:
Una primera llamada zona de recepción. Donde llegan los remolques a descargar la aceituna proveniente de las distintas fincas y puntos de compra. En este espacio al aire libre, se limpia el fruto, se le retiran los residuos (ramas, hojas, tierra…) y se pesa.
Posteriormente se introduce en varias tolvas según distintos criterios (de variedad, calidad etc.) a la espera de la molturación. Ésta se realiza en el mismo día para que el aceite no pierda propiedades. Bien merece acercarse a uno de estos enormes embudos llamados tolvas y mirar en su interior.
Después ya a cubierto, la aceituna pasa a la fábrica (o nave de elaboración). En esta gran sala, la masa de aceitunas atraviesa distintas maquinas que la muelen, baten y centrifugan hasta conseguir un aceite que acaba en unos decantadores de acero inoxidable.
En esta zona, el ruido suele ser casi ensordecedor por el funcionamiento de grandes molinos y batidoras, sin embargo, es el verdadero corazón de la almazara y donde se produce el milagro de la elaboración del aceite de oliva. Es aquí donde el visitante admira por primera vez ese aceite todavía áspero al paladar, de tonos entre dorado y verdoso tan característico.
Finalmente, el aceite de oliva ya decantado se almacena en la bodega en grandes depósitos también de acero inoxidable, a la espera de su envasado.
Algunas almazaras cuentan también con una pequeña planta de envasado, así como una tienda donde adquirir directamente un aceite oliva de gran calidad a un precio inmejorable.
Otro elemento importante es que las almazaras han conseguido reutilizar la práctica totalidad de los residuos que generan. Los huesos se utilizan como combustible en la propia factoría o en las viviendas, en vez de la tradicional leña. Así como el alperujo, los restos que se desechan (pieles, aguas, huesos etc) son utilizados como abono orgánico. Además con los residuos de la limpieza previa aquí llamados ‘chinos’ se arreglan caminos y con las hojas se alimenta al ganado.
Donde dormir
Pudiera parecer que una localidad de pequeño tamaño como Carcabuey no debería disponer de demasiadas opciones de alojamiento, sin embargo, supera la treintena. En especial casas rurales y antiguos cortijos que se han acondicionado para albergar huéspedes y que se encuentran a unos pocos kilómetros del pueblo.
Un buen lugar donde elegir un alojamiento rural en la zona es en el portal Andalucía típica.
Para más información sobre Carcabuey y la comarca cordobesa de la Subbética se puede consultar la web de Destino Subbética.
Este artículo se ha escrito tras un viaje de prensa en el que se me han proporcionado diversos servicios. Sin embargo, las opiniones aquí recogidas son todas reales y fruto de mi experiencia personal.
Enlaces de interés:
Ayuntamiento de Carcabuey
Turismo de la provincia de Córdoba
España (zona Sur):
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