A mitad camino entre las sierras del norte de la provincia de Soria y el valle del río Duero encontramos uno de los pueblos más pintorescos de Castilla y León.
Calatañazor, asentado en lo alto de un cerro, es poco más que un par de calles de suelos empedrados que van a dar a una plazuela. Una larga fila de casonas de piedra, madera y adobe en las que habitan apenas medio centenar de almas.
La vida es dura en estos ásperos páramos sorianos, especialmente en invierno, cuando son habituales las temperaturas bajo cero. Por ello, la arquitectura popular de Calatañazor es un claro reflejo de la adaptación de sus gentes a la dureza del entorno y al clima de este lugar.
De hecho, el caserío de Calatañazor es probablemente uno de los mejor conservados conjuntos de arquitectura popular, no solo de la provincia de Soria, sino de todo el norte España.
Además, Calatañazor cuenta con otras construcciones medievales de interés como la iglesia, un par de ermitas y las ruinas del castillo.
Breve historia de Calatañazor
Los arqueólogos sitúan el asentamiento celtíbero de Voluce al otro lado del río Milanos, a menos de un kilómetro de la actual Calatañazor.
En algún momento de la Baja Edad Media sus pobladores se trasladaron a la ubicación actual.
Posteriormente con la invasión árabe de la península la aldea tomó el nombre de Qal`at an-Nusur (قلعة النسور), que podría traducirse como “Castillo de águilas”, del que procede el actual nombre de Calatañazor.
Almanzor
La historia se mezcla con la leyenda en la conocida como Batalla de Calatañazor acaecida (o no) en el año 1002. En ella las tropas castellanas al mando del conde Sancho García vencieron al ejercito del temido caudillo árabe Almanzor, que terminaría muriendo pocos días más tarde en Medinaceli. A este lance hace referencia la expresión «en Calatañazor Almanzor perdió el tambor».
Sin embargo, esta batalla quizá nunca tuvo lugar, ya que no se ha descubierto ninguna crónica ni documento de la época que lo atestigüe. Las referencias a esta batalla aparecen más de 250 años después, entre ellas, en la Estoria de España una crónica histórica promovida por Alfonso X el Sabio a finales del siglo XIII.
Durante varios siglos los señores de Calatañazor fueron los Padilla, una de las familias nobles más poderosas de la época. Con personajes tan principales como María de Padilla, esposa del rey Pedro I de Castilla o Martín de Padilla, Capitán General en tiempos de Felipe II.
Actualidad
Hoy Calatañazor es una aldea de apenas 50 habitantes censados, que ha ido perdiendo población paulatinamente en las últimas décadas, al igual que la mayoría de pueblos de Soria.
Calatañazor cuenta, sin embargo, con el encanto de su caserío que atrae a miles de visitantes todos los años, en especial en verano, Semana Santa y fines de semana. Esto ha propiciado que se hayan instalado en el pueblo varias casas rurales y algunos restaurantes que han revitalizado la economía local.
Cómo llegar a Calatañazor
Entre semana varios pequeños pueblos de la zona disponen de transporte bajo demanda, en una ruta que parte de la Estación de autobuses de Soria.
Sin embargo, la opción más práctica es llegar a Calatañazor en vehículo privado y aparcarlo fuera del casco urbano, ya que las calles son muy estrechas y algunas también empinadas.
Calatañazor se encuentra muy cerca de la Autovía del Duero (A-11) y a tan solo 30 kilómetros de la ciudad de Soria.
Qué ver en Calatañazor
Ermitas de extramuros
Fuera del pueblo, a los pies de las murallas de Calatañazor encontramos dos ermitas románicas. Junto al desvío que sube hasta el pueblo está la Ermita de la Soledad, un templo de una sola nave, en la que destaca sobre todo su bonita cabecera con una larga hilera de canecillos con cabezas humanas y zoomorfas.
Un poco más abajo, junto a un terreno desbrozado utilizado como aparcamiento están las ruinas de la Ermita San Juan Bautista. Lo cierto es que queda poca más que la portada, que en su día tuvo bonitas decoraciones vegetales. Los restos de los muros de la ermita se han consolidado con algunas capas de cemento.
Más allá, a los pies del castillo se haya una necrópolis medieval con tumbas antropomorfas excavadas en la piedra caliza. Están orientadas hacia el Este, hacia tierra Santa y algunos historiadores las sitúan durante el periodo visigodo mientras que otros las datan en torno al siglo XI o XII.
Calle Real y Plaza Mayor
El único acceso a Calatañazor es la Calle Real, la vía más importante del pueblo y que lo cruza de punta a punta. Esta calle se encuentra flanqueada de casas tradicionales y traza una curva hasta la Plaza Mayor, donde se sitúa el moderno Ayuntamiento.
En la plaza también se sitúa el Rollo jurisdiccional, símbolo de que a la autoridad de la villa se le concedió la potestad de impartir justicia.
El Rollo es un elemento muy típico de los pueblos castellanos, aunque su función fue abolida por decreto en 1812. Muchos no fueron derribados y todavía pueden encontrarse docenas en los pueblos de las dos Castillas y Extremadura principalmente. Hay varios todavía en Soria como, por ejemplo, el de la cercana población de Vinuesa.
El urbanismo medieval de Calatañazor se dispone en torno a la Calle Real y más allá crece un tanto desordenadamente hasta cubrir toda la colina.
Arquitectura Popular
En la calle Real y también en la calle Tirador encontramos los mejores exponentes de arquitectura popular de Calatañazor, entre los que destacan algunas casas con soportales sustentados en pilares de madera.
La mayoría de las casas poseen un carácter rústico y algo maltrecho por el tiempo y el clima, pero que les confiere gran parte de su encanto.
Suelen tener una estructura básica con una planta baja destinada a la vivienda construida en mampostería de piedra. Mientras que el piso superior o desván, utilizado a menudo como pajar, suele estar hecho de entramado de madera y adobe (o ladrillo), mucho más ligero y económico.
La habitación principal de la casa es la cocina y en ella se haya instalada una gran chimenea que calienta también las estancias adyacentes.
Por ello, la cocina suele estar situada en el centro de la vivienda y es donde la familia pasa gran parte del día, en especial en los meses fríos. Otro elemento muy distintivo son las chimeneas que asoman sobre los tejados y que tienen una forma cónica típicas en la zona.
Iglesia de Nuestra Señora del Castillo
Hacia la mitad de la Calle Real se alza la maciza silueta de la Iglesia de Nuestra Señora del Castillo, el templo principal de la villa.
Se trata de una construcción esencialmente gótica, aunque con evidentes añadidos y reconstrucciones en distintas épocas. La portada románica se halla enmarcada por un alfiz de influencia islámica y sobre él tres arquillos y un óculo.
En su interior hay varios retablos barrocos y un pequeño museo parroquial que expone diversas pinturas, piezas litúrgicas y esculturas religiosas.
Muy cerca de la iglesia en una plazuela junto a la Calle Real se erigió un busto en honor a Abu ʿAmir Muhammad ben Abi ʿAmir al-Maʿafirí más conocido como al-Manṣūr o Almanzor, el temible militar andalusí.
Castillo de Calatañazor
Fue el infante Don Pedro, hijo del rey Sancho IV, quien hizo construir el castillo de Calatañazor a principios del siglo XIV, un momento de gran inestabilidad en el seno del reino castellano.
El castillo situado en el extremo sur de la de la villa amurallada, contaba con un foso y un puente levadizo, hoy ya desaparecidos.
Se conserva, eso sí, parte de los muros y de los torreones sobre los que planean impertérritos los buitres leonados.
El recinto del castillo tiene una planta muy irregular ya que tuvo que adaptarse al peñasco donde se asienta.
La Torre del Homenaje ha sido reconstruida recientemente de manera poco brillante, por lo que el castillo queda un tanto deslucido.
En todo caso, merece mucho la pena subir a la torre y contemplar la maravillosa panorámica que se tiene desde ella. A un lado el cañón del río Milanos, al otro el pueblo y finalmente la llanura soriana que se pierde en el horizonte.
Dónde dormir en Calatañazor
Hay varias casas rurales muy apetecibles en pueblo. Una de las mejores es la Casa Rural de la Villa ubicada en un edificio de 1765 que conserva su fachada original y sus interiores con vigas de madera. Ideal para una escapada romántica.
Artículo escrito por David.
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