El centro del budismo shingon se encuentra muy cerca de la ciudad de Osaka
Jardín de piedra del Templo Kongobu-ji (Kōyasan)

Jardín de piedra del Templo Kongobu-ji (Kōyasan)

Kōyasan, 高野山 o Monte Koya (en español) es uno de los destinos más sugerentes del Japón. Pese a ser un lugar muy conocido y relativamente turístico ha conseguido mantener intacta su esencia de pequeña localidad, al abrigo de docenas de templos ancestrales y algunos lugares sagrados. De hecho alguno de sus rincones conservan todavía una atmósfera casi mística.

El punto de partida desde el que llegar a Kōyasan suele ser Osaka, la tercera ciudad del país, de la que le separan apenas 75 kilómetros. Sin embargo, el contraste entre la populosa y moderna Osaka con este lugar recóndito de las montañas, poblado de bosques y templos es enorme. Casi habría que medirlo en siglos más que en una distancia física.

El Monte Koya ofrece al visitante algunas de las experiencias más gratificantes que puede uno vivir en el país nipón. Como por ejemplo, alojarse en un templo budista, pasear entre construcciones centenarias o visitar quizá el más bello cementerio de Japón.

Cementerio de Okunoin (Kōyasan)

Cementerio de Okunoin (Kōyasan)

Breve historia de Kōyasan

Allá por el año 804 el monje y poeta japonés Kūkai (conocido posteriormente como Kōbō-Daishi) viajó a China a estudiar la rama del budismo esotérico shingon. Allí aprendió con el mejor maestro en Chang’an, la capital de la dinastía china Tang.

Dos años más tarde, convertido ya en un maestro, retornó al Japón a predicar esta religión. Y finalmente en 1816 consiguió que el emperador japonés le otorgara unos terrenos para fundar un complejo monástico en el Monte Koya.

Desde entonces Kōyasan ha sido el centro de práctica y estudio del budismo shingon, una de las escuelas principales de esta religión en Japón.
Actualmente en Kōyasan, existen 117 templos, en torno a uno principal, el Kongobuji. Y en 2004 todo el conjunto fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Vías del teleférico de Kōyasan

Vías del teleférico de Kōyasan

Como llegar a Kōyasan

Son pocos los viajeros que visitan Japón que se deciden por alquilar un vehículo. En realidad, resulta mucho más cómodo utilizar su transporte público, realmente eficiente y puntual.

Japón cuenta con numerosas líneas de autobuses que conectan las grandes ciudades y las zonas rurales. Pero destaca, sobre todo, su densa red de líneas férreas privadas que permite llegar a los lugares más recónditos y alejados. Aunque también puede provocar cierta confusión a los extranjeros a la hora de elaborar su itinerario.

(Puedes leer aquí más sobre el transporte en Japón).

Pese a las buenas comunicaciones, Kōyasan, perdido en lo alto de las montañas y rodeada de bosques, todavía mantiene cierto aire remoto.

De hecho, para llegar hasta aquí desde las grandes ciudades de la región como Osaka o Kioto hay que tomar varios trenes. Y desde la cercana estación de Gokurakubashi se ha de subir a un tren cremallera con una pendiente endiablada.

La estación de este teleférico de Kōyasan no está sin embargo en el pueblo. Todavía es necesario coger un autobús lanzadera que acerca a los visitantes por la sinuosa carretera que llega hasta el centro de la localidad. Este tramo de apenas un par de kilómetros está prohibido hacerlo a pie. Debido a sus curvas cerradas y a la ausencia de arcenes sería peligroso para los peatones circular por esta carretera.

Atardecer en el Danjo Garan

Atardecer en el Danjo Garan

Con el JRPass

Habitualmente los turistas llegan al Monte Koya desde Osaka o Kioto, llevando consigo el flamante JRPass. La línea JR es probablemente la más famosa del país, sin embargo, no es la más adecuada para llegar a Kōyasan.

El trayecto entre el centro de Osaka y el Monte Koya se dilata por 3 horas ya que sigue la línea de costa hasta la ciudad de Wakayama para luego girar hacia el interior de la Prefectura.

Con el Kansai Thru Pass

La mejor alternativa es tomar la línea Nankai-Koya, perteneciente a otra empresa privada. Este otro itinerario entre Osaka y Kōyasan es mucho más directo y dura poca más de 1:30h.
Si se van a visitar diversos lugares de la región de Kansai, entre ellos Kōyasan, es conveniente hacerse con el Kansai Thru Pass que permite utilizar un sinfín de líneas de tren de la región. Esta provincia es una de las más bonitas e interesantes de Japón con ciudades como Kioto, Osaka, Kobe, Nara, Wakayama o Himeji

Recinto monástico del Kongobu-ji

Recinto monástico del Kongobu-ji

Visitar el Monte Koya

Resulta tremendamente sencillo orientarse en Kōyasan. Se articula en torno a un eje de unos 3-4 km, que se puede recorrer sin dificultad a pie en menos de 45 minutos. O también utilizando el autobús que recorre la localidad de punta a punta.

Al oeste se encuentra la gigantesca puerta Daimon, en el centro del pueblo el templo más significativo de Kōyasan, el Kongobuji. Y al este subiendo una colina encontramos el cementerio sagrado de Okunoin.

Apenas existen unos escasos hoteles y guest houses. Si uno desea pernoctar aquí, lo más habitual es hacerlo en uno de los más de 50 templos que ofrecen sus austeras habitaciones. Esto proporciona al visitante una excelente ocasión para conocer algo más sobre la religión y las costumbres japonesas.
Un par de calles principales son las únicas que se han llenado de tiendas y restaurantes dirigidos a los turistas. Por lo demás el Monte Koya, tampoco parece haber cambiado demasiado en los últimos tiempos, salvo por las calles asfaltadas y algunos parsimoniosos coches.

Dragón tallado en la puerta de entrada del Kongobuji (Kōyasan)

Dragón tallado en la puerta de entrada del Kongobuji (Kōyasan)

Qué ver en Kōyasan

Templo Kongobu-ji

El Kongobu-ji es el templo más importante de Kōyasan ya que en él se estableció el centro de la escuela budista shingon. Además, aquí vive la autoridad religiosa más importante: el abad de Kōyasan.

El templo original se fundó en 1593 y todavía se conservan algunas partes de esta época, como la puerta principal. Este templo se fusionó con otro anexo, convirtiéndose en un enorme complejo de edificios monásticos.

Como en la mayoría de templos japoneses, es posible pasear libremente por entre las distintas construcciones del Kongobu-ji. Destacan las preciosas y centenarias tallas de madera que decoran los frisos de varios de los templos. En ellas pueden verse agresivos elefantes y retorcidos dragones, rodeados de volutas y cielos tempestuosos.

David de 'Cuaderno de viaje' junto a las grullas del Kongobuji

David de ‘Cuaderno de viaje’ junto a las grullas del Kongobuji

Pero merece la pena pagar la entrada que permite el acceso al edificio central y recorrer varias de sus preciosas estancias.

La sala Ohiroma es probablemente la más bella y espléndida de todas, rodeada de paneles dorados pintados con escenas de naturaleza. En ellos pueden verse montañas, árboles retorcidos y numerosas grullas japonesas (o de Manchuria) un ave venerada tradicionalmente en este país.

En la parte trasera el apacible jardín de rocas Banryutei, es el de mayor tamaño de todo Japón. Se construyó en 1984 con rocas traídas de Shikoku, la isla donde nació el fundador Kōbō-Daishi. Las piedras representan dos dragones surgiendo de entre las nubes.

Estelas funerarias antropomorfas. Cementerio de Okunoin

Estelas funerarias antropomorfas. Cementerio de Okunoin

Cementerio de Okunoin

Este apacible cementerio es uno de los lugares más sagrados de Japón y un lugar tradicional de peregrinación para los budistas japoneses. Debido a que aquí se encuentra el mausoleo de Kōbō-Daishi, el fundador del budismo shingon.

Dejando a un lado la carretera se accede a Okunoin a través del pequeño puente Ichinohashi. Tras él un camino de baldosas va trepando lentamente la ladera entre enormes cedros, pinos y miles de lápidas y linternas japonesas. (Existe otro camino más reciente y más corto que parte de la parada de bus de Okunoin-mae.)

Cementerio de Okunoin (Kōyasan)

Cementerio de Okunoin (Kōyasan)

Quizá una de las peculiaridades que convierte a Okunoin en un cementerio tan hermoso es que se encuentra integrado con la naturaleza circundante. Las estelas y sepulturas de piedra muchas veces agarradas a la pendiente de la colina, están cubiertas de musgo. Y los árboles centenarios con sus enormes copas crean muchos metros más abajo un lugar umbrío y sosegado.

Los enterramientos se agolpan a ambos lados del camino creando una estrecha franja en torno a él. Hay más de 200.000 lápidas en los dos kilómetros que separan el puente Ichinohashi de los templos de la cima.

Estelas funerarias llamadas Gorintō en el cementerio de Okunoin

Estelas funerarias conocidas como Gorintō en el cementerio de Okunoin

Una de las estructuras más abundantes y curiosas de Okunoin son unas estelas funerarias de piedra llamadas Gorintō. Son una especie de estupa de cinco anillos y grabada en sanscrito que representan a los cinco elementos (tierra, agua, fuego, viento y espacio o vacío)

Arriba el Salón Torodo o salón de las lámparas es el principal templo de adoración lleno de linternas donadas por los fieles. Resulta espectacular asomarse a su interior y contemplar las miles de linternas encendidas de manera ininterrumpida.

Muy cerca se encuentra el Mausoleo de Kobo Daishi quizá más pequeño y austero de lo esperado, pero a menudo rodeado de fieles rezando.
La belleza de Okunoin es mayor si se visita con niebla o al atardecer, cuando la luz disminuye y el bosque de árboles y lápidas posee entonces de una atmósfera casi mística.

Salón Kondo en el templo Danjo Garan

Salón Kondo en el templo Danjo Garan

Templos Danjo Garan

Una antigua leyenda cuenta que Kōbō-Daishi lanzó desde China su sankosho (un artilugio ceremonial budista) y apareció clavado en un pino en este sitio. El enorme pino todavía se encuentra aquí y a su alrededor se construyeron los distintos templos que conforman el Danjo Garan.

El lugar posee un ambiente casi mágico al atardecer, normalmente solitario y en el que únicamente la gran pagoda aparece iluminada.
El resto de templitos, por su parte, están tenuemente iluminados por grandes linternas japonesas y farolillos que cuelgan de las cornisas.

La pagoda Konpon Daito es el edificio principal del Danjo Garan

La pagoda Konpon Daito es el edificio principal del Danjo Garan

De entre las muchas construcciones del Danjo Garan destacan dos:

El Salón Kondo es un gran y bello templo ceremonial con tres altas columnas grabadas ante él. El edificio sufrió varios incendios por lo que el salón actual es bastante moderno, data de 1932.

El otro gran edificio, es por supuesto, la pagoda Konpon Daito. Construida en dos niveles, pintada de rojo y que alcanza los 45 metros de altura gracias a la aguja de su cúspide. Resulta imposible no ver la pagoda casi desde cualquier lugar del Garan.
En el interior hay una estatua de un Buda Cósmico, símbolo de la verdad absoluta, rodeado de otras imágenes y columnas.

La puerta Daimon en Kōyasan

La puerta Daimon en Kōyasan

Puerta Daimon

La imponente puerta Daimon es la entrada al Monte Koya por su lado oeste y su nombre significa literalmente ‘puerta grande’. La puerta Daimon se encuentra casi rodeada por el bosque, salvo por una carretera cercana.

Esta preciosa puerta pintada de un rojo apagado por el tiempo, se construyó en 1705 tiene más de 25 metros de altura.

Es una construcción de gran belleza construida con una doble techumbre y cuenta con las imágenes de las deidades protectoras de la ciudad a cada lado. Las esculturas Kongōrikishi son habituales en las antiguas puertas de las ciudades.
Pueden verse por ejemplo en esta escena de ‘El barbaro y la geisa’ rodada en la cercana Nara.

Sendero de peregrinación de las mujeres (Kōyasan)

Sendero de peregrinación de las mujeres (Kōyasan) (foto: Pati)

Caminos de peregrinación

Desde hace siglos Kōyasan ha sido un lugar de peregrinaje para los budistas y ello provocó que surgieran para llegar hasta aquí numerosos senderos entre las montañas. Algunos de estos caminos tradicionales todavía están en uso y puede ser interesante transitarlos si se va a permanecer en Kōyasan varios días. Además el número de turistas que van por ellos es nulo.

Uno de estos caminos es el conocido como Kōyasan Choishi Michi de casi 25 kilómetros de longitud y que parte de la estación de tren de Kudoyama.
Los senderos están marcados con hitos de piedra numerados en kanji cada varios cientos de metros para ayudar a los peregrinos.

Aunque el más interesante históricamente probablemente sea el Fudozaka-guchi Nyonindo uno de los ‘pasillos para mujeres’ que se crearon en torno a Kōyasan. Este y otros seis senderos rodeaban la aldea ya que a las mujeres no les estuvo permitido entrar en ella hasta 1872.

Este atractivo sendero discurre por la parte oeste, pasa por la hermosa puerta Daimon y llega por caminos de montaña hasta Okunoin.
El camino tiene unos 7 kilómetros de longitud discurre entre bosquecillos y en él puede encontrarse algún torii ajado por el frio y la lluvia.

Donde dormir

Una de las experiencias más curiosas y gratificantes de la visita a Kōyasan es hospedarse en un templo budista junto a los monjes. Conviene reservar con bastante antelación ya que la mayoría de estos templos (poco más de 50) no aparecen en las webs de reservas más comunes.

Templo Yochi-in, un buen lugar donde alojarse en Kōyasan

Templo Yochi-in, un buen lugar donde alojarse en Kōyasan

El Yochi-in es probablemente uno de los que ofrece una mejor relación calidad/precio. Y su nombre significa algo así como el templo del estanque de los cerezos. El Yochi-in posee unos edificios centenarios y un jardín de piedra preciosos.

Los monjes, algunos con un perfecto inglés, ofrecen a los viajeros a su llegada una encantadora ceremonia del té. Y al amanecer siguiente también se puede contemplar los rezos matinales y en parte participar en ellos.

Más información sobre los alojamientos en Kōyasan y Japón.

Enlaces de interés:

Como llegar a Kōyasan
Mount Koya

Estela zoomorfa en el cementerio de Okunoin

Estela zoomorfa en el cementerio de Okunoin

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